Después de cuatro años, hoy se amanece con nuevos aires, una plaza unificada, sin rejas, todo un símbolo que da cuenta del inicio de una nueva etapa que deberá afrontar miles de desafíos tanto en lo referente a lo económico interno como en lo que respecta a la región y el mundo.
Por Valeria Rodríguez*
En un contexto regional convulsionado, Argentina queda encerrada en una herradura compleja entre Brasil con un gobierno racista y neoliberal extremo como el de Bolsonaro, Bolivia, con un golpe de estado asesino que lleva infinidad de violaciones a los derechos humanos, Chile, con un gobierno neoliberal que se maneja con los mismos modos del autoproclamado gobierno de Añez, reprimiendo las manifestaciones populares que están en las calles desde el mes pasado.
Fernández tendrá que generar estrategias inteligentes en torno a este contexto regional, pero esto no es todo, ya que en el mundo las cosas no son como hace cuatro años y parecería que el concepto de mundo en este nuevo gobierno también es diferente.
Para Mauricio Macri el mundo empezaba y terminaba en las finanzas especulativas, el concepto de mundo para Fernández es más que eso, e implica la interconexión con distintos continentes para generar una sinergia que beneficie económicamente al pueblo, negociando naturalmente, pero buscando el mayor beneficio para todxs, distinto es a la visión de “negocios especulativos”.
Ante este concepto de mundo que parece ser tan simple, hay que tener en cuenta que es lo que pasa en los demás continentes con los cuales se debe negociar, es por ello que se debe tener los ojos abiertos al bloque asiático con China a la cabeza cuya construcción de poder es aglutinar lentamente para conseguir reforzar su poder y lograr en un futuro no muy lejano la incorporación de la nueva ruta de la seda.
Los ojos en Asia
China consiguió unir Asia con Europa con una serie de obras de infraestructura como las cuatro carreteras con más de 380 carriles entre Kazajistán y China por donde transita el tren Yixinou, el tren de carga de contenedores que viaja de un lado a otro a lo largo de 11,000 km y conecta Chongqing en la provincia de Sichuan a través de Xinjiang y Kazajstán con Rusia, Bielorrusia, Polonia y finalmente Duisburg en el valle del Ruhr. Y todo eso en solo 13 días.
Por supuesto que durante el viaje de Asia a Europa conecta ciudades como Almaty en Kazajistán, Bishkek en Kirguistán, Tashkent en Uzbekistán, Teherán en Irán , Estambul en Turquía, Moscú en Rusia y Rotterdam en Países Bajos.
Este tren, que es una empresa conjunta entre los ferrocarriles de China, Rusia, Kazajstán y Alemania y el gobierno municipal de Chongqing en China fue creado en el marco de las obras de infraestructura de la Nueva Ruta de la Seda y transporta computadoras portátiles, BMW, repuestos, ropa, maquinaria, paquetes postales internacionales, productos químicos, medicamentos e instrumentos médicos, todo tipo de productos, fabricados en China y fabricados en Europa.
Todo eso por solo el 20% del costo del flete aéreo. Y esto es solo una de los tantos proyectos en los que avanza poco a poco China pero hay que tener en cuenta que no son sólo capitales chinos los que juegan en estos proyectos que poco a poco se van materializando sino que se interconectan también capitales del Banco Mundial y diversos bancos como el Exim Bank que es de capitales norteamericanos lo cual provoca un accionar ambiguo por parte de los Estados Unidos que no le puede declarar la guerra económica tan abiertamente como se piensa pero sí influenciar a otro países.
Por supuesto que Fernández tiene en cuenta este nuevo contexto de Asia y esas complejidades como la reticencia de los Estados Unidos que a su vez cuenta con capitales en estos proyectos, pero que puede presionar desde el Fondo Monetario Internacional, con lo cual cada paso que se de en relación a un acercamiento al bloque asiático debe hacerse con cuidado y lentamente, como lo hizo China hasta ahora.
De todas maneras, esta iniciativa de la nueva ruta de la seda fue presentada en 2013 por el presidente Xi Jinping y de allí en adelante Argentina contó con algunos acercamientos desde el gobierno de Cristina Fernández con la presencia China en diferentes espacios como por ejemplo en los financiamientos en la represa de Río Santa Cruz, el financiamiento de centrales nucleares y el Belgrano Cargas.
Durante el Macrismo la relación con China se mantuvo pero se reforzó más la relación con los Estados Unidos por un simple motivo, su poder de veto en el Fondo Monetario Internacional y su interés especulativo en aumentar la deuda. A pesar de ello, el saliente presidente de la nación estuvo presente en el primer Foro y la Ruta para la Cooperación Internacional (OBOR por sus siglas en inglés) en 2017 pero más tarde en abril de éste año la presencia de Macri brillo por su ausencia quien decidió enviar al canciller Jorge Faurie, todo una señal.
También fue una señal la intención de China de fortalecer las relaciones con Argentina durante el nuevo gobierno , y quedó demostrado está semana cuando Alberto Fernández recibió al enviado vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China, Arken Imir Baki, quien transmitió una invitación especial a Beijing del presidente Xi Jinping y acordaron reforzar en adelante los vínculos entre ambos países.
Entre los temas que se tocaron, justamente se habló de la firma de un memorándum de entendimiento en relación a la Nueva Ruta de la Seda en lo relativo a la construcción de obras de infraestructuras que nos acerquen a China, otro proyecto importante que quedó paralizado fue el de la IV Central Nuclear y aparentemente será reflotado durante el nuevo gobierno.
Hoy, asume un nuevo gobierno con grandes desafíos, si bien en una primera etapa se intentarán resolver los problemas económicos que aquejan al pueblo con una renegociación de la deuda, seguramente en una segunda etapa las decisiones en torno a las relaciones exteriores quedarán materializadas a pesar de que ya se podría analizar que las estrategias están planteadas.
(*) Co-conductora de Feas, Sucias y Malas
Discusión acerca de esta noticia