El aumento constante del costo de vida está generando una situación de emergencia sin precedentes entre las personas mayores, según denunció Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires. El funcionario analizó el panorama en el programa Somos Mayoría, conducido por el Dr. Christian D´Alessandro en Radio Gráfica, y sentenció: “Las personas mayores vienen perdiendo calidad de vida y muchas pierden la vida”.
Los datos aportados por la Defensoría son contundentes y grafican la asfixia económica que padecen los jubilados. Según el último relevamiento del organismo, la canasta básica de un jubilado ya supera el millón y medio de pesos ($1.500.000) mensuales, una cifra inalcanzable para la inmensa mayoría.
En contraste con este valor, Semino recordó que la jubilación mínima, incluso sumando el bono compensatorio, “apenas llega a los $400.000”. La diferencia abismal entre lo necesario y lo percibido no solo compromete la alimentación, sino también la estabilidad habitacional de este segmento. En este contexto, el Defensor reveló un fenómeno preocupante: “Hoy se da un fenómeno y es que los deudores en el pago de las expensas son las personas mayores”.
Semino detalló que los rubros que más empujan los costos hacia arriba son los medicamentos, los alimentos, los servicios y la vivienda. El defensor hizo hincapié en que las necesidades sanitarias de los adultos mayores agravan el problema de la alimentación. “Las personas mayores necesitaríamos por salud consumir alimentos que por su naturaleza son más caros”, sostuvo, refiriéndose a dietas especiales y productos de mayor valor nutricional.
Mientras la presión inflacionaria no se detiene, el Gobierno mantiene congelada la fórmula de movilidad jubilatoria, postergando cualquier actualización por inflación hasta el mes de noviembre. Para el universo de jubilados, esta espera se traduce directamente en una acelerada pérdida de poder adquisitivo.
El informe de la Defensoría evidencia que el deterioro de los ingresos no se detiene. El Defensor Semino alertó sobre la gravedad de la situación, mencionando la alta demanda de asistencia: “Nosotros atendemos entre 300 y 400 personas por día”, remarcó, confirmando que la crisis económica ya se percibe como una crisis humanitaria dentro del sector.














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