En diálogo con Radio Gráfica, el periodista y escritor formoseño Alejandro Crivisqui reflexionó sobre el proceso de elección de convencionales constituyentes para una nueva constitución provincial en Formosa. En sus declaraciones, destacó que la cláusula que permite la reelección indefinida, tan cuestionada desde ciertos sectores, ha sido fundamental para la continuidad de lo que denominó “el modelo formoseño”, permitiendo el desarrollo de políticas públicas de largo plazo y transformación profunda en la provincia.
En las elecciones que se realizaron el pasado domingo 29 de junio fueron electos los convencionales constituyentes. Son en 30 en total que deberán desarrollar la tarea en las próximas semanas.
Crivisqui sostuvo que la reforma constitucional vigente desde 2003 —que habilita la continuidad de mandatos— ha posibilitado la consolidación de un proyecto político, económico, social y cultural que difiere del resto del país. En este sentido, destacó que Formosa realizó una reforma agraria en 1995, en pleno auge del neoliberalismo, donde se priorizó el acceso a la tierra por parte de pequeños productores. Según remarcó, este modelo —apoyado por el Estado provincial— garantiza la soberanía alimentaria y excluye el ingreso de actores como Monsanto y los cultivos transgénicos.
En cuanto a la identidad provincial, remarcó que Formosa es una provincia declarada “pluricultural y multiétnica” desde su Constitución, reconociendo y promoviendo las lenguas y cosmovisiones originarias —Qom, Wichí, Pilagá, Guaraní— en la educación y la salud. Esta concepción multicultural —afirma— antecede incluso a experiencias similares como la de Bolivia durante el gobierno de Evo Morales.
Asimismo, vinculó la reforma constitucional con un fuerte sentido de soberanía política y económica. Señaló que la provincia no tiene deuda, posee superávit fiscal y promueve un desarrollo científico y tecnológico propio, incluyendo avances en materia nuclear y salud pública, como la producción local de repelentes para prevención del Dengue y medicamentos. A su juicio, estos logros no serían posibles sin una Constitución que respalde un modelo de Estado activo y con planificación a largo plazo.
Además, puso en contraste la situación formoseña con lo que considera un proceso de desmantelamiento del Estado en otras partes del país, defendiendo la necesidad de una reforma que incluya los llamados “derechos de cuarta generación”, como el acceso universal a la conectividad digital, ya garantizado en Formosa.
Finalmente, Crivisqui subrayó que la Constitución provincial impide la extranjerización de la tierra y de los recursos naturales, protegiendo los territorios indígenas y campesinos. Esta protección constitucional —dijo— es esencial para sostener la autonomía del modelo formoseño frente a intereses económicos externos.
En un contexto nacional de reformas institucionales y disputas sobre el rol del Estado, el caso de Formosa representa, según Crivisqui, un ejemplo concreto de cómo una constitución provincial puede ser la base para un proyecto político propio, soberano y con continuidad.
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