Por Lucas Molinari
En 1959, John William Cooke escribió “La lucha por la liberación nacional”, un escrito en el que hace apuntes para el desarrollo de una política revolucionaria desde el Peronismo. Allí define:
“Sobre el pueblo recaerá el peso de la liberación, donde el peronismo y la clase obrera tomarán decididamente el papel que les asigna la historia. El pueblo será también el que cumpla el programa revolucionario antes y después de tomar el poder, sabiendo que será el beneficiario directo de los progresos y participante directo en la planificación y en la conducción del gobierno. A la política de abandono del control del comercio exterior y del sistema bancario, hay que oponer una política de nacionalizaciones, actualizada y aplicada directamente a la actual realidad. A la política de desarrollo industrial bajo la hegemonía del imperialismo, debemos oponer una política de desarrollo armónico sobre la base del desarrollo industrial independiente”.
Para ese año, Argentina ya había ingresado en el Fondo Monetario Internacional. Con el partido mayoritario proscripto, se desplegó el desarrollismo con los monopolios multinacionales al frente. Sin embargo, las bases materiales que había forjado la Revolución Justicialista perduraban.
Lo que planteaba Cooke en materia de nacionalizaciones fue también expresado en los programas del movimiento obrero (Huerta Grande 1957, La Falda 1962 y CGT de los Argentinos 1968).
Las contradicciones del modelo dependiente argentino llevarían años después a una encerrona de las dictaduras entreguistas. Así fue que cayó Onganía, tras un proceso creciente de movilización popular que logró la vuelta de Perón al país.
Fue un 17 de noviembre de 1972. Más allá de los Pactos que se tejieron en el Palacio, el pueblo argentino y su militancia lo tomó como una victoria propia. Fue un día de fiesta, en la edición de Crónica del día siguiente hay una nota que da cuenta de la enorme caravana que acompañó a Perón de Ezeiza a Vicente López, a la residencia de Gaspar Campos donde se hospedó:
“La marcha se hizo más lenta cuando entraron en la zona urbana. En cada puerta o ventana había una persona saludando. En un momento dado, cuando iban a cruzar las vías del Ferrocarril Mitre, las barreras bajaron y la caravana se vio obligada a detenerse. (…). Una mujer gritó entonces: “¡Cuídenlo, por favor!” y un muchachito joven exclamaba: “Volviste, macho!”.
El retorno democrático de 1973 sin embargo fue demasiado corto y las tensiones al interior del Movimiento Nacional generaron una enorme disputa sobre el rumbo del proceso.
El historiador Rafael Cullen, explica sobre aquel año: “El 20 de junio estalla la batalla de clases que el peronismo ocultaba en su interior; el nombre único de Perón cobró múltiples significados. Era al mismo tiempo la “subversión” y el orden capitalista. Para el conjunto del pueblo peronista este retorno significaba el retorno a las condiciones de vida y de trabajo en 1955. Los millones de personas que fueron a recibir a su Líder iban a buscar cada uno de ellos su Perón. Pero ninguna iba a aceptar menos que eso. Por ello su reivindicación era subversiva para esta etapa del capitalismo”.
Con la distancia de los años, podemos volver a los textos de esa época de ebullición política para recuperar experiencias y debates. Pero, sobre todo, para destacar el rol de la militancia en aquella Argentina. El aprendizaje de la Resistencia se expresó en el nacimiento de formaciones en todos los barrios, lugares de trabajo y de estudio.
Argentina era un país, pese a toda la violencia gorila desplegada desde 1955, integrado socialmente y con posibilidades ciertas de volver a proyectarse como una potencia del Sur.
Allí se explica la gestación del genocidio que golpeó nuestra Nación en 1976 y la implantación de un modelo económico de miseria planificada, que nos hundió en la dependencia con el Norte.
El rol de la militancia fue, desde entonces, la Resistencia. A la dictadura primero y luego a la democracia de la derrota.
Esta semana se cumplieron 31 años del “Pacto de Olivos”, que Fernando Muñoz define como el “apretón de manos de la dirigencia política que durante esa década profundizó la extranjerización, el endeudamiento y la fuga de capitales, a costa de más pobreza y desempleo”.
Allí se acordaron las bases de la Constitución de 1994 que provincializó nuestros bienes comunes, obturando el retorno de un proceso liberador como el peronista, que se basó en la nacionalización de nuestros recursos para el impulso de una política económica industrial y soberana.
Desde entonces, ese andamiaje colonial está intacto.
El kirchnerismo significó la recuperación de las banderas históricas del peronismo y fue la condición de posibilidad para discutir un avance nacionalista. Sin embargo, tras el triunfo electoral de 2011 la conducción de CFK eligió la “vuelta a los mercados”. Para ello, hubo más que gestos para el capital trasnacional: El más importante, sin duda, fue la ruptura con la CGT.
¿Qué había pasado años antes? El 24 de marzo del 2008, en el marco del conflicto con las entidades patronales agrarias, la Juventud Sindical y la Juventud Peronista ingresaron en unidad a Plaza de Mayo. Las disputas fratricidas quedaban en el pasado y se volvía a discutir la necesidad de un “programa de liberación nacional y social”.
A esa unidad de acción le siguió el sectarismo promovido desde la Conducción, en un contexto en el que el modelo económico entraba en crisis por la falta de dólares.
Este repaso histórico sólo busca poner sobre la mesa algunos elementos de reflexión para el presente. La importancia de la unidad en el Movimiento Nacional, a la vez que la imprescindible tarea de la militancia del debate de ideas.
Volver a Perón implica recuperar las bases de la Revolución Justicialista, un programa cargado de futuro. Pero claro, hoy la tarea principal es terminar con este proceso de saqueo. Argentina se está reseteando, el gobierno nacional nos conduce a una economía primarizada y a un empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora.
La salida no se visualiza, quizá porque la crisis de representación se da en un contexto de fragmentación social y despolitización.
Por ello, el desafío está en cómo politizamos, cómo construimos en comunidad, cómo unimos a nuestro pueblo para reconocernos en las mismas problemáticas.
La militancia como levadura en la masa. Así fue el “luche y vuelve” que devolvió a Perón, así fue el camino al 2001 que hizo estallar el modelo neoliberal y abrió las puertas para el resurgimiento de lo nacional.
Lo distinto de este experimento es que no respeta los acuerdos de ese Pacto de Olivos, los bravucones de las Corporaciones que toman las decisiones reales están envalentonados en ir hasta el hueso.
Entonces, ¿es posible discutir cómo sería un reseteo nacional y popular?
Hoy, en el día de la militancia, vaya nuestro saludo y abrazo a quienes ponen su energía en construir espacios sociales y políticos se desafíen la tristeza que propone el liberalismo reinante.
BALL DESPIDE Y PERSIGUE
“Lo más duro es que esa gente viene de afuera y le pagan hoteles cinco estrellas y nosotros tenemos compañeros que no llegan a la canasta básica. Es increíble que, ganando millones y millones de dólares con el esfuerzo del trabajador… Es muy difícil la situación que estamos pasando”. relata José Gutiérrez, delegado metalúrgico de la multinacional Ball, en Radio Gráfica.
Gutiérrez contó junto a sus compañeros de Comisión Interna Fernando Álvarez y Raúl Cabrera, lo que sucede en Ball Corporation, fábrica de latas para el consumo, en el Parque Industrial de Burzaco.
Es una empresa que domina el mercado mundial y en nuestro país tiene el monopolio de un producto que se usa para envasar gaseosas y cervezas.
En Argentina tiene una fábrica, otra en Chile, otra en Paraguay y trece en Brasil.
Son 400 obreros en cuatro líneas de producción. Una de ellas se cerró en junio y despidieron a 50 personas.
La mayoría acordó su salida con 130% de indemnización, pero hubo tres que no estuvieron de acuerdo.
Son Jorge Infante, Gustavo Ferreyra y Diego Reinaga. La Comisión Interna pide su reincorporación y la empresa se niega. Además denuncian pésimas condiciones de trabajo.
Tras el despido de 50 obreros en junio, en septiembre se reabrió la línea de producción pero con operarios traídos de otros países donde Ball tiene fábricas.
Los delegados de la UOM explicaron en Gráfica que hubo cuarenta operarios chilenos que estuvieron un mes y medio viviendo en un Hotel Cinco Estrellas en Puerto Madero, con traslados diarios a Burzaco.
También brasileros y mexicanos llegando al país para participar de la producción de esta empresa multinacional que hoy exporta para Chile y Brasil.
¿Por qué traen trabajadores de otros países? Los delegados respondieron: “Es inexplicable“.
Son conocidas las maniobras de las multinacionales respecto al manejo de sus balances. Cuando son filiales, como el caso de Ball, generalmente estructuran su contabilidad para lograr beneficios estatales.
Con el gobierno de Milei y la sanción de la Ley Bases, tienen luz verde para avanzar en la precarización del personal y para quebrar la organización sindical.
“Es como una dictadura nuestra fábrica”. Así definen los delegados las condiciones laborales: “Estamos sobrecargados de trabajo, el tema de seguridad e higiene hay mucha inseguridad, estamos sobreexigidos”.
“A todos nos sirve la hora extra“, opina Cabrera y reflexiona. “Pero también tenemos una familia, una vida, hay compañeros que llegaron a estar tres meses sin franco con jornadas de doce horas, eso es esclavitud“.
En la Comisión Interna son nueve integrantes y vienen peleando por el reconocimiento de categorías y el aumento salarial. En esa fábrica el inicial está en 700 mil pesos y con horas extras el obrero puede duplicar su ingreso, pero a un costo alto.
“Tuvimos ocho accidentes laborales en una semana, caídas, golpes… lo veníamos marcando porque el compañero trabaja sobreexigido”, denuncia Gutiérrez.
Tras la difusión del conflicto por Radio Gráfica la repercusión en la Unión Obrera Metalúrgica no se hizo esperar. La comisión interna fue convocada a la Seccional Avellaneda y se reunieron con su titular, Daniel Daporta. Para este Panorama, le escribimos a Daporta en varias ocasiones y no respondió. Seguiremos el conflicto y veremos qué decisiones toma el gremio de cara a una situación plagada de irregularidades en esta multinacional.
Hubo varios metalúrgicos que se comunicaron con Gráfica al escuchar la entrevista y comentaron otras situaciones similares. Seguiremos abriendo los micrófonos a los cuerpos de delegados que quieran comunicar cualquier conflicto. Sin embargo, sabemos que la clave está en la fuerza que se logre en cada taller. La comunicación popular debe entones subordinarse a los pasos que definan los representantes de base, para así cumplir con uno de sus principios fundamentales: ser herramienta de lucha para la clase trabajadora.
¿FIN DE LA MESA DEL TRANSPORTE?
“La Mesa se va a desarmar, pero no por nosotros, por otros sindicatos que no tienen historia, que no tienen lucha, que son pilotos de avión, aeronavegantes que no conocen el verdadero sindicalismo ni la verdadera pobreza. Eso nos va a romper”, lanzó el titular de La Fraternidad Omar Maturano.
El movimiento sindical llega fragmentado al primer año de Milei. Los esfuerzos de dirigentes por construir un plan de lucha fueron contrarrestados por los dialoguistas.
Pablo Moyano opinó en Gráfica: “la CGT está partida, hay compañeros que siguen creyendo que hay que dialogar con el Gobierno y otro sector que estamos confrontando. Parte de la CGT está en la calle y otra dialoga no se por qué con el Gobierno. En los próximos días vamos a tener reunión de Consejo Directivo, vamos a ver que se prioriza si defender a los trabajadores o seguir dialogando con el gobierno donde lamentablemente no se avanzó en nada. Todo lo contrario, se volvió el impuesto al trabajo, se vetaron las jubilaciones, se avanzó con la inscripción de los trabajadores independientes”.
El encuentro de la Mesa Chica de la central obrera será el próximo martes por la tarde en UPCN. Tras el acuerdo parcial del gobierno con los sindicatos aeronáuticos, el sector dialoguista busca proyectar el encuentro tripartito con el ejecutivo y los empresarios del Grupo de los 6.
Si en la edición anterior contamos que se especulaba con la posibilidad de un nuevo paro de transporte, quedó descartado.
Luego, la CTA que venía empujando la propuesta de una Marcha Federal, finalmente será una convocatoria porteña y bonaerense en torno al Congreso (posiblemente el 5 de diciembre).
¿Los éxitos del gobierno en el Congreso y la baja de la inflación explican la debilidad del Campo Popular?
Vivimos una etapa de apatía, incluso en sectores que durante el macrismo no dudaban en convocar a dar pelea contra el ajuste. Pareciera que la derrota vivida tras cuatro años del Frente de Todos, dejó en una encerrona al conjunto de las organizaciones populares.
Pablo Moyano, sin embargo, se mostró optimista: “Creen que van a disciplinar y arrear al sindicalismo. Alguno se podrá callar o asustarse, pero no ha podido con el sindicalismo ni la dictadura militar ni el menemismo, ni la Alianza, ni Macri menos este cachivache va a poder hacernos callar. Al contrario, la conflictividad social está creciendo. Todas las actividades están con quilombo. Va a haber una resistencia muy grande como pasa con los aeronáuticos”.
Lo dijo antes del acuerdo al que llegaron APLA, APA y AAA. Los tres gremios aeronáuticos más importantes. El acta no fue difundida. Primó el hermetismo de parte de los sindicatos. Quien sí dio declaraciones fue Juan Pablo Brey, de Aeronavegantes:
“Siempre dijimos que teníamos que salir de este conflicto que era 100% salarial. No tenemos el tema solucionado, tenemos que seguir negociando, pero descomprimimos. Que el presidente salga a decir que la quiere cerrar o privado sabemos que eso ya es una cuestión ideológica. Estamos dispuestos a discutir, pero no en la instancia en que nos encontrábamos. Hoy esto nos garantiza un tiempo de paz social para respirar un poco, no te puedo decir por cuanto tiempo, pero sí que el acuerdo lo aprobaron los compañeros por unanimidad. Nos da tiempo de respirar un poco y sentarnos a discutir lo que tengamos que discutir”.
Por su parte, el secretario de transporte Franco Mogetta se mostró victorioso:
“Hoy terminamos con los privilegios de la casta sindical en Aerolíneas Argentinas (pasajes en ejecutiva garantizados, traslados en remises, entre otros tantos) gracias a la firmeza del Presidente @JMilei y la coherencia de @LuisCaputoAR. El objetivo sigue siendo el mismo: AEROLINEAS SE PRIVATIZA. El Estado tiene que desaparecer de su rol empresarial porque genera enorme déficit y distorsiona los mercados. Solo a través de la libre competencia de los privados los argentinos tendrán mejores servicios y a precios más accesibles”.
Sobre el aumento salarial, fuentes de Aeronavegantes dijeron a Tiempo Argentino: “la firma oficial es por un 20% pero llega al 40% con cifras extraoficiales que en el caso de los viáticos podría llegar al 150%”.
Desde Aerolíneas Argentinas emitieron un comunicado que detalla que se “cerró el conflicto con sus gremios con importantes avances que mejorarán la productividad de la compañía y limitarán beneficios que se encontraban por fuera de los estándares de la industria”. También, que los sindicatos “convalidaron modificaciones en convenios y formas de trabajo” y dejan planteado que habrá “un periodo de estabilidad en la programación que abarcará toda la temporada de verano”. Es decir, que está el compromiso de no hacer medidas de fuerza por tres meses.
Continúa el escrito de Aerolíneas diciendo que “se insertaron también incentivos orientados a aumentar las horas de vuelo de pilotos y tripulantes, quienes percibirán mejores salarios cuanto mayor sea su tiempo efectivo de operación”. Es decir, aumento de salario por productividad.
Finalmente, nos preguntamos sobre el futuro de la Mesa del Transporte y también sobre los próximos pasos de la CGT. También veremos cómo se van dando los conflictos, que se van a profundizar con el actual modelo primarizador.
YAPA, LA GRÁFICA CULTURAL
Radio Gráfica nació en 2005 por la decisión de un Colectivo de militantes que respondieron a la tarea planteada por la Cooperativa Gráfica Patricios: Construir un medio comunitario que devuelva al barrio toda la solidaridad que brindó en nueve meses de retención de tareas y permanencia en la fábrica.
La Gráfica Patricios se recuperó a fines de 2003. En aquel diciembre se volvió a tener servicio eléctrico y se escucharon de nuevo las rotativas. Pasaron 21 años y hay mucho camino recorrido. En 2004 se fundó la Escuela que luego la comunidad educativa nombró “Trabajadores Gráficos”. Por las causalidades del destino el primer día de esa institución fue un 7 de mayo, el día del gremio en homenaje a Evita.
En 2005 para que surja Radio Gráfica no hubo subsidios, se hizo todo a pulmón. El 17 diciembre de ese año, un Festival convocó a más de 2000 personas frente a la recuperada, en Avenida Regimiento Patricios al 1900. A media cuadra del Riachuelo. Donde empieza la Ciudad, donde se une con el Conurbano.
Este 2024 tomaremos el mismo camino, pero con el acumulado de dos décadas de construcción social y política.
Este 30 de noviembre habrá un Festival en la calle para juntar fondos para la obra que permita la habilitación municipal de La Gráfica Cultural, un espacio para eventos con capacidad para 300 personas.
- Sindicatos y empresas están aportando 300 mil pesos.
- Comercios de barrio están regalando premios para los ganadores del sorteo.
- Porque hay 200 bonos de 5 mil pesos que estamos vendiendo.
Las cuentas las haremos públicas luego del Festival y vamos a documentar la obra. Se trata de una pared de chapa de 170 metros cuadrados.
Nada es imposible si existe la voluntad organizada del Pueblo. En eso andamos. Agradecemos por supuesto la difusión y ojalá quienes leen este Panorama puedan estar ese día.
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