Por Lucas Molinari
“Lo más duro es que esa gente viene de afuera y le pagan hoteles cinco estrellas y nosotros tenemos compañeros que no llegan a la canasta básica. Es increible que ganando millones y millones de dólares con el esfuerzo del trabajador… Es muy dificil la situación que estamos pasando”. relata José Gutierrez, delegado metalúrgico de la multinacional Ball, en Radio Gráfica.
Gutierrez contó junto a sus compañeros de Comisión Interna Fernando Álvarez y Raúl Cabrera, lo que sucede en Ball Corporation, fábrica de latas para el consumo, en el Parque Industrial de Burzaco.
Es una empresa que domina el mercado mundial y en nuestro país tiene el monopolio de un producto que se usa para envasar gaseosas y cervezas.
En Argentina tiene una fábrica, otra en Chile, otra en Paraguay y trece en Brasil.
Son 400 obreros en cuatro líneas de producción. Una de ellas se cerró en junio y despidieron a 50 personas.
La mayoría acordó su salida con 130% de indemnización, pero hubo tres que no estuvieron de acuerdo. Son Jorge Infante, Gustavo Ferreyra y Diego Reinaga. La Comisión Interna pide su reincorporación y la empresa se niega. Además denuncian pésimas condiciones de trabajo.
CHILENOS, MEXICANOS Y BRASILEROS
Tras el despido de 50 obreros en junio, en septiembre se reabrió la línea de producción pero con operarios traídos de otros países donde Ball tiene fábricas.
Los delegados de la UOM explicaron en Gráfica que hubo cuarenta operarios chilenos que estuvieron un mes y medio viviendo en un Hotel Cinco Estrellas en Puerto Madero, con traslados diarios a Burzaco.
También brasileros y mexicanos llegando al país para participar de la producción de esta empresa multinacional que hoy exporta para Chile y Brasil.
¿Por qué traen trabajadores de otros países? Los delegados respondieron: “Es inexplicable“.
Son conocidas las maniobras de las multinacionales respecto al manejo de sus balances. Cuando son filiales, como el caso de Ball, generalmente estructuran su contabilidad para lograr beneficios estatales.
Con el gobierno de Milei y la sanción de la Ley Bases, tienen luz verde para avanzar en la precarización del personal y para quebrar la organización sindical.
“ES COMO UNA DICTADURA NUESTRA FÁBRICA”
Así definen los delegados las condiciones laborales: “Estamos sobrecargados de trabajo, el tema de seguridad e higiene hay mucha inseguridad, estamos sobreexigidos”.
“A todos nos sirve la hora extra“, opina Cabrera y reflexiona. “Pero también tenemos una familia, una vida, hay compañeros que llegaron a estar tres meses sin franco con jornadas de doce horas, eso es esclavitud“.
En la Comisión Interna son nueve integrantes y vienen peleando por el reconocimiento de categorías y el aumento salarial. En esa fábrica el inicial está en 700 mil pesos y con horas extras el obrero puede duplicar su ingreso, pero a un costo alto.
“Tuvmos ocho accidentes laborales en una semana, caídas, golpes… lo veníamos marcando porque el compañero trabaja sobreexigido”, denuncia Gutierrez.
Finalmente, los delegados agradecen a Radio Gráfica por el espacio y se muestran esperanzados en contar con el respaldo de la Unión Obrera Metalúrgica (Seccional Avellaneda), el ministerio de Trabajo bonaerense y la secretaría de Trabajo de Nación, para poner un límite a la prepotencia patronal.
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