Por Fidel Fourcade *
Contra viento y marea (un cuadro gripal bastante fulero) el artista otrora ex jóven promesa, se presentó en una fecha doble en el Movistar Arena para defender su último disco “Por cesárea” lanzado en abril.
¿Estará nervioso? ¿Dirá “otro día en la oficina”? Que pasará por la cabeza de un pibe que mueve a más de 30 mil personas antes de un show de esta magnitud. Ex jóven promesa, convertido ya en una realidad, Dillom personifica la síntesis perfecta entre la vieja escuela y “lo que escucha la pibada hoy”.
En una alquimia entre los trash y lo hardcore, se abren las puertas de su extraño mundo, donde de la aspereza y lo cruel florece un artista con una sensibilidad particular. No hay que caer en la trampa de adjetivarlo porque estaríamos obviando el trabajo y el oficio de un artista que rodeado de otros músicos y un equipo de trabajo tiene una misión fácil de decir pero difícil de cumplir: ser auténtico.
Keep it real Dylan
Ya pasó el momento de leer títulos del tipo “la dura historia del trapero Dillom” y de escucharlo hablar del tema en los reels y recortes de programas del streaming criollo. ¿Ese dolor es el combustible de su música? Probablemente así sea, pero hay algo más ahí, algo más allá de la historia personal.
A veces se requieren un par de años, incluso una década, para poder leer momentos del país y saber en qué andábamos en tal año. Frente a una incipiente pero sin dudas estupida década, en Dillom encontremos probablemente una gran síntesis: lo rescatable de la tragedia cotidiana.
El corazón late en las alturas del escenario del Movistar, que músculo noble
El show comenzó a eso de las 21:20 hs con “Buenos Tiempos” con una formación de cuarteto y Dillom con la guitarra colgada. Super rockero, tan rocker, que el sonido tardó un par de canciones en aterrizar del todo. La estrella de la noche, es 4×4, a tracción de sangre, falible como lo somos todos y más falible aún acusando el recibo de una cuadro febril que hizo mermar su performance.
De las dos jornadas del fin de semana donde Dillom llenó el Movistar, la del sábado resaltó por la presencia estelar de Lali Espósito para cantar “La carie” y WOS para hacer “Cabezas cromadas” mientras la del domingo se vió marcada por la mejoría física del cantante.
Con el transcurso de la noche fueron pasando todas las canciones de “Por cesárea” y bastantes de “Post Mortem” y se dio un hecho más que interesante: no cantó OPA. Una decisión, que de haber sido adrede, pareció genial. Entre tanta canción sentida, en un set al que no le faltan hits ni grandes canciones, no agregar una de sus 3 canciones más famosas también es una postura estética.
Si Buenos Aires fuera Ciudad Gótica, Dillom sería “El pingüino” . No creo que deba elaborar mucho al respecto y creo que el artista coincidiría conmigo.
(*) Columnista de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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