Por Bruno Chiocconi *
En la época donde los hippies estaban más vinculados al arte que a las prepagas, existió uno, José Luis Molinuevo, que con su sola presencia inspiró versos y canciones en sus amigos. Serían éstos los que llevarían a Pepe Lui al firmamento del rock nacional donde habitan canciones que rozan la perfección.
La amistad de José Luis con los músicos de Sumo fue una cuestión geográfica y, para entenderlo, tenemos que situarnos en la Hurlingham bonaerense de la década de los 80. Aún en dictadura, con una escena musical que crecía a pasos agigantados y en la que muchas bandas estaban envueltas en su búsqueda sonora, Sumo tenía muy en claro lo que hacía. Y cómo no, teniendo a Luca Prodan al frente y un plantel de músicos de primera línea. Además, detrás de ellos estaban aquellos ajenos a las luces del escenario que formaban parte del grupo de trabajo. Integrados por personal contratado y amigos que auspiciaron de plomos, allí es donde encontramos al protagonista de esta nota que usted respetable lector se encuentra leyendo.
A pocos metros de la casa de Diego Arnedo habitaba este artesano/hippie, que vivía con su madre en una casa repleta de muñequitos, con quien el músico había trabado amistad en base de compartir gustos tales como el rock y sobre todo Pescado Rabioso. Esta amistad con Arnedo lo llevó a laburar como plomo (tiracables, carga equipos, técnico, parte del staff fuera del escenario) para la banda en la que Diego se destacaba como bajista.
Y es así que en el año 1987 Sumo lanza su tercer disco “After Chabón”, que contiene evidencia de la amistad que unía a José Luis con los músicos de la banda. Luca lo menciona en la clásica “Mañana en el Abasto” quedando éste plasmado en la línea: “José Luis y su novia se besan ahí por el Abasto”. Sería la primera relación artística del rock nacional con el peculiar personaje bonaerense.
José Luis formaba parte del paisaje que rodeó a Sumo durante su corta trayectoria, continuando su vínculo con los demás integrantes y sus proyectos futuros luego del fallecimiento de Luca. Evidencia de esto es el agradecimiento en los créditos a nuestro protagonista en “Corderos en la noche”, disco debut de Las Pelotas, lanzado en 1991. Volverían a mencionarlo más adelante pero ahora en una canción del disco “Para Qué?” (1998). “Volviendo de lo de José Luis / Caminando, haciéndose pis”. Así cantaba el Bocha Sokol, que todavía era el frontman de la agrupación, sobre este personaje que aún era conocido por sus dos nombres. Era un confidente de Las Pelotas sin perder su relación con su amigo Arnedo que la estaba rompiendo en Divididos.
El fin del siglo fue también el fin de José Luis ya que en la madrugada del 1 de enero de 2000 falleció en extrañas circunstancias luego de ser detenido en una pequeña ciudad de Córdoba, donde se encontraba visitando a unos parientes. La eternidad musical se la otorgaría su amigo Diego Arnedo con una hermosa canción que, según los que lo conocieron, lo pinta tal cual era, del disco “Vengo del placard de otro” lanzado en el 2001.
Así, “Pepe Lui” se resignifica como homenaje de un grupo de talentosos para un querido amigo que se fue de este mundo de manera repentina, en manos de la policía, sin poder despedirse y que fue un enigma durante años para muchos amantes de la música.
(*) Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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