Por Diego Cessario *
Dos meses en Brandsen 805 son doce de cualquier otro club. Hace apenas sesenta días, La Boca era un infierno. Un nuevo infierno de los tantos que esta gestión tiene, le inventan o un poco del primero y bastante del segundo. Sin embargo, si leemos entre líneas y analizamos los hechos duros, podemos afirmar que anoche esta gestión, luego de la triste noticia de ayer por la tarde, se puso la mejores ropas y demostró estar a la altura de las circunstancias. De todas las circunstancias.
Cuando el Mundo Boca, al igual que muchos otros sectores, se hicieron eco de la noticia del accidente del micro con hinchas y el fallecimiento de Paola Fleitas, el club se puso a disposición de la familia. Algunos criticaron la actitud de no suspender el partido, pero entre el calendario y el espectáculo pautado, era inviable la postergación. Nuevamente, Boca Juniors se mostró con sus mejores ropas y le regaló a su gente uno de los mejores partidos del año. Aún con muchas bajas y con nombres no tan aclamados. Sin embargo, Boca tiene un arquero suplente que demuestra que todavía tiene muchísimos reflejos; tiene dos centrales nacidos en el club que, generacionalmente, son totalmente opuestos y se complementan bastante bien con tan pocos minutos juntos; dos laterales -también nacidos en el club- que marcan, atacan y son peligrosos cuando pisan el área; un Rolón que jugó tan bien que parecía desconocido, un Pol y un Romero que ayudaron a que el juego sea un poco más fluido, y adelante dos 9 de área, uno más peligroso que el otro.
En un partido disputado palo a palo, Quilmes comenzó ganando temprano con un golazo de afuera del área de Bonetto. El equipo de la Ribera reaccionó rápido y empató con un gran gol del Pipa Benedetto, quien parece haber recuperado el olfato por la red. 20 minutos después, en un desborde de Sández, el juvenil goleador de la reserva Gonzalo Morales, puso el 2-1 para Boca, que le permitió irse al descanso con el resultado a favor del equipo Xeneize. Ya en el complemento, Ibarra metió mano en el banco y, de la mano de Luca Langoni -otro juvenil-, Boca amplió a 3-1 el tanteador. Cinco minutos después, Pavone consiguió el descuento para el Cervecero y comenzaron los disturbios en las tribunas. Los propios jugadores y cuerpo técnico de Quilmes intentaron calmar a su parcialidad, pero terminaron lastimados. Un completo desastre. ¿Cómo seguir los minutos que faltaban con la mente revolucionada? En fin…
Boca clasificó a la semifinal de Copa Argentina y enfrentará a Patronato de Paraná. Los jugadores Xeneizes siguieron haciendole honor a la pilcha y declararon que hacía tiempo no se sentía tanto la presencia del público. El mensaje de Javier García, el propio Pipa Benedetto, lo dolido que estaba Ibarra en la conferencia de prensa y la humilde alegría de los juveniles, asegurando que hay un futuro muy prometedor, manejado con mucha ineligencia desde el Concejo de Fútbol; y como prometió Riquelme cuando comenzó su gestión, la Copa Argentina hay que jugarla con 11 jugadores del club. Bueno, Boca terminó con 10 de 11 en cancha salidos de sus inferiores.
Boca sacó la ropa de gala, que no significa echar en cara todo lo que puede tener, sino simplemente estar a la altura de las circunstancias, ni de más, ni de menos. Cumplir con responsabilidad en todos los aspectos, ser superior pero sin faltar el respeto, cosa que no siempre se observa. ¿Vieron cuando en la tribuna o en una charla de café, alguien dice “Fulano es tan bueno que juega parado”? Bueno, así juega Boca: parado, camina el año a velocidad crucero. Y avanza. Y gana los partidos que tiene que ganar y corona campeonatos, con producción propia y no gastando millones en ídolos que pasan un tiempo y no terminan de tener pertenencia nunca. En el mientras tanto, también parece haberle dado vuelta la racha a River: le gana y lo elimina como quien no quiere la cosa, y no es poco. Y con tres técnicos en el banco de suplentes, tirando entre todos, para sacar el equipo adelante. Acá no hacen falta méritos, acá hacen falta ganas de trabajar y tener respeto por los compañeros y la institución, lo demás, todo es salvable.
Es cierto, falta la Copa Libertadores. Ya se dará. O no. Pero también hay que entender el mensaje: la Copa no siempre se va a poder. El tema es competir y estar a la altura; más teniendo en cuenta una obsesión cuando, en realidad, hay cosas más importantes que una pelota entrando a la red; como el caso del fallecimiento de Paola y el dolor de su familia. Boca club hoy dio una lección: se gana, se empata y se pierde, pero esto no es más que un juego, un deporte. Quizá, la Copa venga el año próximo, no perdamos las esperanzas. Menos aún con el futuro que tenemos.
(*) Periodista / Abrí la Cancha / Cobertura del Club A. Boca Juniors.
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