Por María Laura Morales*
María Ovando fue condenada el 28 de octubre del 2020 a 20 años de prisión por no haber evitado abusos sexuales hacia sus hijas y nietas. La condena que recae sobre esta mujer de 37 años es por la figura de omisión de cuidado, por el mismo caso también están condenados los presuntos perpetradores, a quienes le dieron 18 y 20 años de prisión.
Desde la defensa de Ovando señalan que, si bien ella llegó al juicio en libertad, fue detenida apenas dictada la sentencia en una causa cuyo armado remite a un claro gesto de venganza de parte de un sector del Poder Judicial que no logró condenarla en el 2012.
“María es una mujer de condición social híper vulnerable que venía de una detención anterior en la que también logramos la absolución, que fue la que dio la notoriedad a su caso (…) En el 2011 se la absuelve y a partir de ahí comienza el derrotero que termina en esta nueva condena”, contó Roxana Rivas entrevistada en Radio Gráfica.
Desde los feminismos indican que esta sentencia busca disciplinar al movimiento que reclama por un Poder Judicial con perspectiva de género y que viene tomando como bandera causas en las que se puede ver el sesgo patriarcal y clasista del aparato judicial de Misiones.
“En el 2015 iniciamos una acción civil por daños y perjuicios contra el Estado de la provincia, el juez y el fiscal que habían ordenado esa primera detención a María. Eso desató una reacción en cadena del Poder Judicial que acá tiene características muy particulares, propias de la justicia patriarcal y empezó el contraataque”, argumentó Rivas.
Además de apelar esta condena del 2020, la defensa solicitó en dos ocasiones la excarcelación de Ovando sosteniendo la inocencia y la falta de razones que justifiquen una prisión preventiva, pero ambos pedidos fueron rechazados.
En febrero de 2021 el juez César Jiménez acogió de manera favorable un hábeas corpus presentado por Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora y ordenó la inmediata libertad atendiendo que no había ningún riesgo de fuga ni de obstaculizar el proceso.
Esta decisión la terminó revocando la Cámara de Apelaciones que ordenó una nueva detención. También se aportaron dos nuevos hábeas corpus que fueron rechazados, en los cuales se señala la arbitrariedad e ilegalidad de la prisión de María Ovando.
En agosto de este año, la Dirección Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, presentó en Posadas un amicus curiae ante el Superior Tribunal de Justicia.
“Las irregularidades las venimos denunciando desde el comienzo, cuando María sale del primer encierro para recuperar a sus hijas. Ella al momento de su primera detención tenía un bebé de 3 meses e hijxs de 2 y 5 años. En total tenía 13 niñxs menores de edad, de los cuales 5 quedaron a la buena de Dios. Cuando la liberan en el 2012 empezamos el operativo de recuperarlos e implicó que estuviera sometida, durante el tiempo que estuvo libre con sus hijxs, bajo guarda: le controlaban el estado de los niños”, contó la abogada, entre otros elementos.
“Las causas armadas no le pasan solamente a Cristina Fernández de Kirchner, quien tiene otras herramientas para defenderse, sino a todas las personas que se cruzan o se atreven a interpelar al poder sobre todo en las provincias como la nuestra”, opinó Rivas.
A partir del intento de magnicidio sobre la vicepresidenta de la Nación, se puso en debate los discursos de odio y los efectos en la población. Es importante señalar que las consecuencias no solo se dan en las grandes esferas, sino también en los territorios e implica que mujeres como María Ovando sean agredidas y hostigadas por sus propios vecinxs. Los canales de televisión dictan sentencias antes que la propia justicia.
“La campaña en contra de ella en los medios siempre fue muy fuerte, no es una lucha en la que se pueda flaquear, porque además no es la única. Por ejemplo, otro de los casos de aquí es el de Victoria Aguirre, que también estuvo 3 años presa. Ella fue acusada de haber matado a su hija y conseguimos la absolución. Está libre hace 5 años, pero se anuló su sentencia y hoy está en riesgo de ser nuevamente condenada, le dan la absolución, se toman su tiempo y luego vuelven a atacar”, detalló la abogada de Ovando.
“A través de ella, nos pudimos meter en la cárcel, un lugar al que muy pocas personas se animan a entrar por ese prejuicio, y cuando exploras quiénes son las mujeres que están detenidas (…) ves que en la provincia es más fácil detener a la mamá que está ahí con su hijx, que ir contra los abusadores varones (…) de 58 mujeres que hay presas en Misiones, por lo menos 40 están por delitos vinculados a esto de omitir el cuidado”, contó Rivas.
La sentencia buscó disciplinar al movimiento feminista que reclama por un Poder Judicial con perspectiva de género. A fines de julio del 2020, el Presidente de la Nación presentó un proyecto de ley de reforma del sistema judicial con el objetivo de mejorar el servicio de Justicia que deberían brindar estos funcionarios que, en su mayoría, no la totalidad, son hombres a los que el pueblo no elige, y se perpetúan en el tiempo en sus cargos.
En los últimos tiempos, gracias a las luchas de los feminismos, se visibilizaron los reclamos a este sector privilegiado del Estado que imparte ni más ni menos que eso que llamamos “justicia”. Para quienes no recordaban esta iniciativa de gobierno, spoiler alert: fue enviada al Senado y por supuesto que no ha sido tratada.
Solo la organización popular en las calles logrará esta reforma.
(*) Conductora de Desde el Barrio, lunes a viernes de 10 a 13 hs, por Radio Gráfica.
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