Por Erika Eliana Cabezas
“Cada vez que salgo a cantar quiero poder llegar a los corazones de quienes me escuchan”, confiesa Amal para Radio Gráfica. Lleva un turbante y maquillaje exuberante, como cada vez que pisa un escenario, y sonríe dulcemente. Sabe que el viento está a su favor, que su paso por La Voz Argentina permitió que más gente la conociera como artista drag. Y no se detiene. El próximo 28 de junio (Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+) a las 20.30 presentará su primer álbum en la Sala Siranush.
La pieza contiene ocho canciones, de las cuales cinco son covers y tres originales. Todas con una impronta en común: están atravesadas por la cultura latinoamericana. “La gente se va a encontrar con una fiesta, con grandes artistas que ponen todo su corazón y talento”, expresa la cantautora mientras remarca el trabajo llevado adelante por su equipo.
Varias manos la acompañan y la ayudan a potenciar el mensaje. El productor Mariano Batistella, quien propuso el proyecto junto al pianista Horacio Pallarés y Peter Akselrad, el productor musical; Odra, que se encarga del vestuario; Gabriel Sainz, que coescribe los temas originales del álbum y Suky Martínez, que realiza la producción ejecutiva.
“Sin querer queriendo vamos a celebrar dos lindas ocasiones. La presentación del álbum y el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. De toda esta comunidad he recibido mucho afecto y cariño. Soy una drag queen y para mi Amal es un hecho artístico. A través de Amal me he permitido decir muchas cosas”, manifiesta
Su trayectoria artística. El recorrido iniciado por Horacio San Yar -su nombre original- comenzó a los siete años, cuando sacaba de oído las canciones que escuchaba con el teclado musical que le había regalado su padre. “Me llevaron a una escuela municipal de Villa Soldati y empecé a hacer piano. Luego, continué mis estudios en el conservatorio López Buchardo y, a los 15 años, me pasé a la carrera de canto. Fui aprendiendo. Fueron muchos años de estudio y de amor a la música. Encontré grandes profesionales que fueron apoyando mi trayectoria artística a los cuales les agradezco un montón”, narra Amal.
“Mi casa fue siempre muy musical. Desde la mañana hasta la noche se escuchaba mucha música latinoamericana. Recuerdo a grandes cantantes como Omara Portuondo, Totó La Momposina, Chavela Vargas, Mercedes Sosa, que más que mis referentes musicales fueron mis referentes artísticos, sobre todo por lo que me provocaba escucharlas. Ese es un poco el fin que tengo”, agrega.
Amal construye su propuesta artística desde el nombre y desde ahí se va expandiendo. Su identidad es el horizonte. “Mi apellido tiene un origen arabe. Entonces, busqué un nombre que me identificara con mis raíces, y así encontré a Amal. Es un nombre que en Arabia dicen que es muy femenino, que lo usan más bien mujeres y también tiene un significado hermoso, que es esperanza. También me enteré que en Grecia es un nombre muy masculino. Me gustó el juego de la ambigüedad. Soy tan femenina y tan masculina. Amal me significó todo eso, sobre todo la esperanza”, explica.
Como todo artista, para llegar al momento en el que está, tuvo que sortear dificultades. Pero nunca las vivió como tragedia. “Las tomo como una oportunidad y a partir de eso me dejó fluir, me observo en la dificultad. Frente a los problemas uno empieza a revolucionar. Entonces, ante la dificultad que fue ayer, mañana ya voy a estar parada de otra forma, con otra fortaleza. En las artes dramáticas se busca el conflicto, porque a través del conflicto uno se puede desarrollar. Es también atractivo para la gente ver como alguien resuelve”, observa la cantautora con un dejo de picardía y cuenta que cada vez que sube al escenario simplemente “es”.
“Para mi amal tiene todas las herramientas necesarias para poder decir quien soy. Quiero contarle al mundo quién soy. Me encuentro en tantos lugares femeninos, tantos lugares masculinos. Pienso con mucho amor en la particularidad. Esto es lo que le quiero transmitir y contar a la gente”, remarca.
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