Al igual que como ocurrió en Diputados, los senadores que no acompañaron el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) explicaron, a través de una carta, por qué votaron de manera distinta que el resto de los compañeros de su bancada.
“La posición no es espasmódica ni repentina, sino que es resultado de un proceso no exento de tensiones y debates, que naturalmente se vienen desarrollando desde el primer momento en el que comenzaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y los resultados a los que se arribó en la negociación de la deuda externa que condiciona a nuestro país y la vida de las familias argentinas”, esbozaron en un comunicado que se dio a conocer por redes sociales tan pronto terminó la sesión en la que se aprobó el acuerdo.
Mariano Recalde, María Eugenia Duré, Anabel Fernández Sagasti, Matías Rodríguez, Oscar Parrilli, Juliana Di Tullio, María Eugenia Catalfamo, Adolfo Rodríguez Saá, Martín Doñate, Nora del Valle Giménez, Ana María Ianni, María Inés Pilatti Vergara y Guillermo Snopek fueron los senadores que votaron en contra. En tanto, Silvina García Larraburu y Silvia Sapag se abstuvieron.
En el documento publicado, que tiene ocho páginas y se titula “Crecer para pagar. ¿Es posible con este pacto?”, hicieron un repaso sobre la situación en la que se encontraba Argentina antes del 2015 y el conjunto de medidas que tomó Mauricio Macri ni bien asumió el gobierno y que favorecieron el endeudamiento.
“Hacía febrero de 2018 y cuando la situación con los bonistas se hizo insostenible, y ante la retirada de los capitales internacionales de la carrera especulativa, se fue en busca del “prestamista de última instancia”, tomando una nueva deuda por más de 45 mil millones de dólares, que era impagable en las condiciones mismas que fue tomada”, expresaron y aseguraron que “las condiciones del pacto que firmó el macrismo fueron una bomba de tiempo armada para explotar durante el año 2021 y 2022”.
“Este préstamo político a Macri se hizo bajo múltiples irregularidades. Irregularidades para la legislación y la institucionalidad de nuestro país y para el propio FMI. Aquí radica, creemos, la cuestión institucional y política más grave de toda la operación. En lo que constituye quizás el hecho más pernicioso de los últimos años para la salud y la calidad institucional de la Argentina, la toma de deuda de Macri fue hecha de forma irregular, informal, y de espaldas al pueblo”, destacaron y, luego de enumerar las irregularidades, afirmaron que “toda la operación de esta deuda fue violando el propio estatuto del Fondo”.
Además, en la carta manifestaron que no son “ingenuos” y que nunca esperaron que “el FMI se volviera ‘keynesiano’ ni que dejara de promover planes de ajuste”.
“Por eso más allá de la aprobación de esta renegociación, creemos que el centro del debate político en Argentina es cómo tener un programa de crecimiento económico que supere las recetas fallidas de programas de ajuste y recesión. Tras cuatro años de ‘doctrina de shock’ macrista, dos años de la peor pandemia internacional del último siglo y transitando una guerra que afecta el precio internacional de las materias primas, la economía argentina necesita fuertemente crecer”, sostuvieron.
“Creemos firmemente que las deudas deben ser honradas, y nuestro movimiento político así lo ha demostrado en los hechos pagando deudas que no contrajo, y que fueron contraídas por Gobiernos de signo ideológico opuesto. Pero a pesar de nuestra voluntad de honrar las deudas, también sabemos que ajustar a los sectores de ingresos medios y bajos es por definición contraproducente con los propios objetivos de crecimiento económico que cualquier programa necesita para no fracasar”, remarcaron.
Crecer para pagar. ¿Es posible con este acuerdo? by Marcos Maldonado on Scribd
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