Por Gabriel Fernández *
Como el domingo venidero la información obtenida va a resultar añeja, vertimos aquí una versión ristretto de Fuentes Seguras. La idea es facilitar a los lectores los datos obtenidos hasta el presente y a partir de los mismos reflexionar sobre un futuro cercano bastante abierto.
El discurso pronunciado en Honduras por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue muy duro con los Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito. Aunque tuvo otros componentes de gran interés, destacamos ese perfil porque tiene el sentido de ampliar la presión internacional y generar, en la opinión, aquiescencia para con los fundamentos nacionales.
Vale el comentario ya que, como con todo, la interpretación de varios medios fue que la ex presidenta marcó distancia con las negociaciones del ministro Martín Guzmán, avaladas por el presidente Alberto Fernández. Sucede que nuestro país, sin prisa y sin pausa, ha alargado las mismas para no admitir un ajuste en los dos años venideros.
Los informantes realzan que el Fondo Monetario Internacional demanda: “Un recorte fuerte para este año. Pide 0,5 puntos porcentuales adicionales de recorte, lo que perjudicaría la recuperación. Para el 2023, pretende que el déficit sea el equivalente a 1,4% del PBI. A partir de 2024, el planteo empeora. Va por un recorte de 0,6 puntos anual, luego uno de 0,7 y mantiene esta misma exigencia hasta 2025, año en el que quiere llegar al déficit cero”.
El Gobierno argentino replica que: “Se puede realizar un recorte de 0,5 puntos porcentuales entre el 2022 y 2023 que afecte lo menos posible los recursos para lo que resta del mandato. Propone un déficit de un punto porcentual del producto en 2024 y luego acepta un recorte anual de medio punto porcentual”.
De ese modo, indicaron las Fuentes, “Argentina conservará su autonomía para definir la política fiscal durante los años 2022 y 2023”. Esto es probable porque “se está haciendo uso de la capacidad de presión que suele tener todo deudor”. La negociación se reabriría un año después, “cuando la economía esté fortalecida y el deterioro de la imagen del FMI se siga acentuando”.
Al entender de los informantes, “tener dos años de crecimiento y lograr la victoria electoral en las presidenciales que se vienen es un asunto económicamente determinante, porque si hay ahogo y se pierde, una nueva administración pro fondomonetarista como la que ofrece la oposición, suscribiría nuevos acuerdos que dejarían postrada a la Argentina”.
Vale incluir las consideraciones de economistas nacionales que siguen el tema de cerca. Fernando Oviedo, por caso, ha señalado que “Argentina detenta el 30% en la cartera de deudores del FMI. Jamás en la historia del organismo existió un default por parte de un deudor de ese volumen. Los treinta casos de default prolongados en la historia del organismo, nunca involucraron más de cinco mil millones de dólares”.
“Entonces –añade-, la cuestión es que al FMI no le sirve el default de la Argentina, por lo que Martín Guzmán está a punto de alcanzar algunos objetivos en relación al tema de la discordia: El del sendero fiscal”. Recuerda que nuestro país ofrece “extender el plazo para el logro de ese objetivo hacia el 2027, proponiendo un sendero de búsqueda del equilibrio vía reducción del déficit fiscal como consecuencia del aumento de la recaudación tributaria derivada del crecimiento económico y no de la disminución del gasto vía el ajuste tradicional ortodoxo”.
Por lo tanto, indica Oviedo, “el entendimiento general que se está por alcanzar, no incluye ninguna de las exigencias tradicionales del Fondo en cuanto a reformas estructurales regresivas”.
El economista estima que a la Argentina tampoco le sirve el default “porque más allá de las consideraciones de orden ético, ideológico, o legal, el default nos hubiese mandado a un callejón oscuro de la periferia de la economía global, no solo en la dimensión financiera, sino también en la dimensión comercial. Y la verdad, es que el pueblo argentino merece un poco de sosiego macroeconómico, estabilidad y tranquilidad”.
En línea con la observación vertida por nuestras Fuentes, añade que “de lograrse el entendimiento, Alberto va a poder tener dos últimos años de mandato con el horizonte financiero despejado. De última, si la Argentina no puede cumplir con el acuerdo de la reestructuración, tendrá que negociar otro, pero no ahora, sino en el bienio 2026-2027, es decir, de acá a una eternidad”.
Por lo tanto, “lo esperable es que en las próximas horas se comunique la existencia de un entendimiento general. Ojalá así sea, y en los términos planteados en el post, que son los términos con los cuales se viene trabajando”.
Hace pocas horas el jefe de Gabinete, Juan Manzur, adelantó que “hay decisión política y vocación de pagar” la deuda, en vísperas de un vencimiento de 731 millones de dólares con el organismo multilateral. La portavoz Gabriela Cerruti advirtió, sin embargo, que “se sigue discutiendo con mucha intensidad y con una gran cantidad de reuniones”.
En noviembre de 2021, la actividad económica creció 10,3%. La industria creció 6,4%, el mejor indicador desde 2018: “Esa senda de crecimiento es lo que la Argentina está defendiendo”, enfatizó hoy Cerruti.
Nuestros informantes recordaron que si se alcanza un acuerdo será enviado al Congreso para su estudio. La acción tiene dos objetivos: buscar respaldo, pero también diferenciarse del proceder del ex presidente Mauricio Macri al contraer la acreencia. “Acá no hay nada oculto, más allá de factores técnicos. Y tampoco hay beneficiarios particulares” dijeron las Fuentes, y completaron que “se buscan dos años de recomposición en beneficio de la sociedad para luego volver a negociar”.
Esto es lo que sabemos hasta ahora, y lo comunicamos. En los días venideros se conocerán los resultados. Pueden estar orientados en la dirección planteada o derivar en senderos imprevistos. Sólo añadimos que el Gobierno parece consciente de la necesidad económica, pero también política, de evitar un ajuste que beneficiaría, paradojalmente, a los responsables del problema.
- Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal
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