Entrevista por Gabriel Fernández, Hernán Jaureguiber y Leonardo Martín. Redacción: Leonardo Martín
Este 5 de diciembre, el juez de Garantías de Avellaneda, Luis Carzoglio, cumplió tres años de suspensión en su cargo. Su situación es emblemática, es uno de los casos más escandalosos de persecución política durante el gobierno de Mauricio Macri desatado tras la negativa a encarcelar a Pablo Moyano en el marco de la Causa Independiente, club del cual el dirigente camionero es vicepresidente.
Fue uno de los casos en donde se activó toda la maquinaria persecutoria, con presiones del entonces gobierno nacional, acciones de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), la tarea de grandes medios de comunicación y complicidades dentro del propio Poder Judicial. Designado en 2008 como juez de Garantías lleva tres años suspendido por un jury de enjuiciamiento que se viene dilatando en el tiempo la resolución por la continuidad o la destitución como juez.
En diálogo con Radio Gráfica, Carzoglio, de 71 años, vecino de Avellaneda, recibido de abogado en la Universidad de La Plata en 1973, narró los detalles sobre cómo fue presionado en la Causa Independiente para detener a Pablo Moyano. Además, se refirió al Poder Judicial, los cambios que observa como necesarios; la discusión política nacional; la necesidad de recuperar un proyecto nacional para el país.
Cuéntenos un poco de su historia ¿Cuándo ingresó al Poder Judicial?
Fue en octubre de 2008. Tenía 34 años trabajando en la profesión, pero no tenía experiencia en el Poder Judicial. Conocía el padecer de los colegas del otro lado del mostrador por lo cual cuando me tocó ser juez traté de cambiar el perfil de lo que es un juzgado. Recibir a los colegas, facilitarle las cosas, no complicarlas. Mi experiencia dice que la Justicia son 50% códigos y 50% realidad. Si uno no está en contacto con lo que provocó la causa, con el contacto de las partes, obviamente sin perder la imparcialidad, el expediente no dice nada. Cuando me tocó ser Juez, entre 2008 y 2018, traté de convencer a los fiscales, que más allá de ser los directores de la investigación, conformaban un equipo de administración de Justicia conformado por los defensores, fiscales y jueces. Me costó, pero logré bastante aceptación en los fiscales. Mi experiencia dice que aquel que ingrese a la Justicia tiene que haber actuado efectivamente en la profesión. No se puede pedir solo una experiencia de cinco años. La experiencia le cambia a uno la perspectiva de lo que tiene que ser la Justicia.
¿Qué pasó con la Causa Independiente?
La causa Independiente era una causa como cualquier otra. Por razones de conveniencia la causa que involucra a Pablo Moyano comienza a investigarse en Lomas de Zamora porque en Avellaneda yo no era un juez “confiable”. Evidentemente no tiene nada que ver Lomas de Zamora con un hecho en Avellaneda, pero empezó a tramitarse ahí a instancia del fiscal Scalera y todo ese equipo. En ese momento la causa se tramitó ante el Dr. (Gabriel) Vitale del Juzgado N° 8 de Garantías de Lomas de Zamora que me fue interiorizando lo que estaba pasando con esa causa. Puedo considerar un amigo a Vitale porque sin su ayuda no hubiera podido reaccionar cómo reaccioné. Me contó de las presiones que tenía, de las visitas que le habían hecho a él. Ahí me comentó “esta gente hasta me trajo un borrador con la detención de Pablo Moyano. La revisé y le dije que no iba”. Cuando perdieron la esperanza de captarlo a Vitale para ese fin trasladan la causa a mi juzgado. Yo sabía cómo venía el tema, ahí comienzan las presiones.
A fines de agosto de 2018 me visita un auxiliar letrado mío, Mariano Albanese, y me dice “me llamaron de una UFI de Lanús, el fiscal Pelliza que quiere hablar conmigo. No sé para qué”. Le digo que vaya porque a lo mejor le ofrecía una mejor oportunidad de trabajo. Cuando vuelve, lo hace temblando y me cuenta que apenas estacionó se le mete el fiscal en el coche y le dice: “Si llegás a difundir esto preparate porque la vas a pasar muy mal. El presidente Macri quiere hablar con Carzoglio”. Todavía no había llegado la causa al Juzgado. Si en ese momento hubiera tenido la oportunidad hubiera querido transmitirle al Presidente que solo no iba a poder manejar el país porque es muy complicado, pero me imaginaba porque me quería hablar el Presidente. A los tres o cuatro días me llama Juan De Stéfano, director de Asuntos Jurídicos de la AFI se presenta y me dice: “Doctor, tenemos que hablar con usted por un tema”. Viene con Fernando Di Pascuale que era Asesor Financiero de la AFI, se sientan en mi despacho y me dicen: “Le vamos a ser sinceros, estamos obsesionados con la detención de Moyano. El presidente Macri quiere la detención de Moyano. ¿Usted qué quiere?”. Yo soy ingenuo y le respondo, “yo quiero hablar con él” y me contestan: “usted va a poder hablar con él, pero necesitamos detener a Moyano”. “Bueno yo la causa no la tengo, cuando tenga los elementos decido”, les digo. Ahí me ofrecen un borrador de la detención que me llega a las dos horas a través de una secretaria en un sobre cerrado. Incluso con anotaciones de Vitale explicando porque no se podía hacer la detención. En los días posteriores me siguió llamando De Stéfano. Ahí comienza la campaña mediática en mi contra, el diario La Nación saca el 14 de octubre y Clarín el 16 de octubre información desacreditándome, la misma nota hablabando del jury que yo tenía, de mis antecedentes políticos.
El 16 de octubre es el día que yo resuelvo en la causa. Ese mismo día había organizado en el Polo Judicial de Avellaneda una celebración por los diez años del Polo. Vino muy complicado porque estaba redactando la resolución, previamente me desaparecen dos teléfonos en un momento en que voy al baño. Al mediodía cuando estaba terminando la resolución llaman y amenazan a mi señora y a los chicos. A los 10 minutos de haber salido la resolución para notificar al fiscal Scalera en la misma camioneta sacaron la foto de la resolución y la publicaron en los medios. En esa celebración que había organizado no bajan los fiscales, la otra jueza de Garantías tampoco. Me había dejado solo, pero aún así el acto salió muy bien.
Todo eso me llevó, pese a que no era mi intención, a dar esa conferencia de prensa de la cual no me arrepiento. Esa noche dije lo que tenía que decir con las palabras justas. Lo único que no dije es que había recibido la visita de la AFI, algo que aclaré la semana siguiente en la Procuración de la provincia de Buenos Aires. En noviembre se volvió a empezar el Jury que había estado tres años parado y el 5 de diciembre me apartaron del Juzgado. Hace tres años.
LA CONFERENCIA DE PRENSA DEL 16 DE OCTUBRE DE 2018
Es gravísimo lo que está narrando, Gobierno, Poder Judicial y medios trabajando en conjunto para presionar.
Esto venía directo desde Macri. Vinieron dos cabezas de la AFI, era la última oportunidad de que detuvieran a Pablo Moyano, pero estoy tranquilo, Se resolvió como se tenía que resolve, con mis libres convicciones. Si de algo no hablaba el expediente era de Pablo Moyano, sí de la barra, de Bebote. No había una sola llamada interceptada con la voz de Moyano. Lo que sí surge claro en el expediente es el apriete de la barra a las autoridades para conseguir algunas cosas.
Acerca de cambios en el Poder Judicial, ¿qué características piensa que debería tener?
Tengo una posición muy especial respecto a eso. Creo que Argentina está en una crisis terminal de la cual el Poder Judicial no es una isla. Esta Argentina se va a reencauzar con una revolución ético moral. La falla principal en la Justicia somos nosotros, los jueces que administramos Justicia. No porque seamos malos, nos hemos adaptado a un sistema que comenzó el 24 de marzo de 1976. Muchos fuimos funcionales al golpe de Estado, militando políticamente. Yo me posicioné en la derecha, otros por la izquierda dentro del Justicialismo. Yo nunca maté a nadie, pero me hicieron jugar a favor y en contra que nos llevó a una división en el movimiento nacional a través de la violencia, arrastrando chicos jóvenes idealistas a una violencia que se podría haber obviado, siendo funcionales al golpe de Estado. Sostengo que es el golpe más exitoso en la historia del mundo y hoy sigue carcomiendo a la Argentina con la instalación de un modelo económico que apunta a la destrucción material y física de la República Argentina, la destrucción moral a través de la corrupción y la economía a través de un sistema de especulación que arrasa con todos los valores morales que caracterizan al hombre argentino. Ahí empezó la tarea y en democracia siguió vigente. Es imposible hablar de producción y trabajo en un modelo como ese y se instaló en todas las instituciones del país. Yo formo parte de esa Justicia.
Cuando Baldomero Alvarez de Olivera, intendente de Avellaneda al asumir como juez, se enteró me llamó y me dijo, “jamás te voy a molestar, no excarceles y al compañero que cometa un error, que lo pague”. Eso fue un apoyo para uno. ¿ Cuantos dirigentes han hecho lo que hizo Alvarez conmigo? Los jueces nos adaptamos a este sistema que rige desde 1976, al año y medio ya estamos aplastados, hay que tener mucha vocación de servicio para seguir trabajando en la Justicia.
Un querido amigo, Eduardo Luis Duhalde me dijo “dentro del Poder Judicial lo que pensamos como yo, es como ser una monja en un prostíbulo y es muy difícil ser una monja en un prostíbulo.
Pese a eso, hay que hacer el intento. Me costó mucho, pero obtuve resultados. El otro problema es que Argentina no tiene un proyecto de país, como alguna vez se soñó y se trabajó. Compartiendo un proyecto de país el Poder Judicial se adapta a eso. Al no tenerlo el Poder Judicial y las Fuerzas de Seguridad estamos a la deriva. Eso hace posible la intromisión de la parte política dentro de la institución. En esta crisis terminal de la Argentina la única salida es hacer una gran convocatoria a los argentinos y ponerse a trabajar en un proyecto de país.
Tiene que haber una cosa clara, primero la bandera. El pueblo argentino es único: trabajador, solidario, pacífico. 44 millones de habitantes y fijense las figuras que hemos dado a la historia mundial. ¿Cómo puede ser que estemos pasando lo que estamos pasando? La Justicia no es ajena a ese contexto. El Poder Judicial es la columna vertebral de un país, aunque nos critiquen y nos peguen, tenemos que sobreponernos a eso. Una vez que se fortalezca y se convierta en independiente la República va a salir fortalecida. En cuanto a la reforma judicial, el presidente Fernández pudo haber mandado la mejor reforma judicial, pero es necesario cambiar los hombres dentro de la Justicia. Se cambia hablando del proyecto de país que tenemos.
En el año 1973, Perón vino a la Argentina y lo primero que dijo es que venía a unir a los argentinos y a pacificar al país. A los peronistas les dijo que debían poner en la espalda a los malos recuerdos. Eso significa reconciliarnos y ser conscientes que aquel que adopta una ideología como la nacional debe asumir que va a ser perseguido y combatido. En las elecciones el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) saca el 62% de los votos y el radicalismo de Balbín el veintipico por ciento de los votos. Ese 80 y pico por ciento de los votos quería la paz, una Argentina potencia, una vida digna. Hay un 80% que queremos un país distinto y un 15% dividido entre la izquierda y el liberalismo. Perón trató de incentivarnos en el camino de l a unidad nacional. Después que falleció cada uno de los puntos en que él trabajó fue liquidado por el golpe del 76. Un pueblo solidario se ha convertido en individualista, se ha roto la cultura del trabajo, un pueblo pacífico se ha transformado en violento. Mientras no nos demos cuenta de eso, el país no va a salir.
El ejemplo es el de la unidad Perón – Balbín en 1973, tenemos algo que es el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional del General Perón que no buscó imponer, en el 73 lo introdujo en el Congreso y dijo “discutanlo”. ¿Por qué son olvidados esos mensajes de unidad? ¿Por qué se olvida ese modelo argentino? La Justicia va a funcionar cuando se produzca una reforma moral. Ahora los magistrados tienen más responsabilidad que el resto. Doble responsabilidad y desafío. Ojalá que pueda volver a la Justicia para terminar una tarea que empecé y dar señales que no todo está perdido.
¿Qué piensa que es necesario hacer con la Corte Suprema de Justicia nacional?
Hay que armar un proyecto de país, más allá de los jueces que fueron designados por Macri por decreto, han sido designados en base a la ley. Aunque sepamos que la Justicia sea imperfecta, todo fallo tiene que ser respetado. Mi fallo judicial tendría que haber sido respetado y no lo fue. Un fallo judicial no puede representar una diferencia entre los argentinos.
¿Por qué está suspendido hace tres años y no ha sido restituido en el cargo?
En el jury se abrió la etapa de prueba pero va todo muy lento. El jury tiene un profundo color político. Se mueve, maneja y avanza en determinadas cuestiones que deben decidirse desde lo político. A algunos integrantes del jury se les ha vencido su mandato como legisladores por lo cual ahora habrá un nuevo sorteo de legisladores para integrar el jury. Una vez integrado y que se hayan producido las pruebas se tendría que fijar una fecha de debate luego de la cual se expediría por la destitución o restitución.
El juez (Luis) Arias pasó por una situación similar, totalmente imparcial pero fue destituido, apeló a la Corte Suprema que ordenó que se vuelva a realizar el jury. Si en mi caso me destituyen tengo la posibilidad de apelar a la Corte para que se revea. Estoy seguro que voy a volver a la Justicia pero hay un contenido político evidente. De todos modos pienso que uno no se puede vivir quejando de las cosas que no nos satisfacen, no nos benefician. Cuando uno entra al Poder Judicial la designación tiene un contenido político. Y este jury tiene un contenido político y conociendo la política uno no puede quejarse con lo que le pase en la Justicia y en el Jury. Ese día voy a respetar el fallo que salga y no voy a decir que el jury actuó en forma autoritaria, apelaré a la Justicia o tribunales internacionales.
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