Por Lucas Molinari y Leonardo Martín
Sin descanso en las coberturas y con los debates a flor de piel. Así se vivió en Gráfica esta semana del 17 de octubre.
Tenemos que arrancar el sábado en Ensenada, un acto de Mujeres Sindicalistas con la presencia de los candidatos del Frente de Todos y el gobernador bonaerense. Un hecho de campaña pero con señales de unidad para visibilizar a las conductoras que disputan espacios en la nueva configuración cegetista.
Esa misma tarde en el predio de la Ex-Esma reapareció en público Cristina Fernández, en el cierre del Encuentro Nacional de Jóvenes de La Cámpora, con un discurso del cual vamos a destacar algunos fragmentos:
-
- “El peronismo, pese a quien le pese, sigue hoy más vigente que nunca. Porque esa propuesta, esa idea que tuvo la impronta de incorporar a los trabajadores a la política nacional sigue presente”.
- “¿Qué rol cumple el estado, quién regula, quién conduce, quién establece las reglas: el mercado y las corporaciones, o el estado y la política?”.
- “Lo que hoy está en disputa es quién controla, quién regula”.
- “Es necesario que aquellos que se han pasado denostando al peronismo y que han fugado al exterior PBI enteros en paraísos fiscales se hagan cargo alguna vez de lo que han hecho”.
- “Cuando mañana vayamos a la plaza, no lo hagamos con aire de nostalgia. Necesitamos una refundación del pacto entre trabajadores y capital en Argentina”.
Cristina como de costumbre, paró la pelota y postuló lineamientos de estrategia política, algo de lo que carece mucha dirigencia acostumbrada al seguidismo o a responder las agendas mediáticas del bloque anti-nacional.
Por eso, vale la pena recuperar algunos de los conceptos de la vicepresidenta, para reflexionar.
Por un lado, al definir al peronismo como la “alianza del pueblo, una articulación entre el capital y el trabajo, donde el Estado debe fallar a favor de los trabajadores, que son los más débiles”, cabe preguntarse ¿Cuál es el sujeto de transformación?, ¿Dónde está la fuerza social?
¿Es posible pensar que alcanza con “tener el Estado”?, ¿alcanza con la formación de cuadros de una (sola) organización política?
Juan Perón en el “Manual de Conducción Política”, diferencia “Masa y Pueblo”. Escribe el General: “… nosotros hemos hablado de masas hasta que nos hicimos cargo del gobierno; después hemos hablado de pueblo, porque tenemos la aspiración de transformar esa masa (…) en una organización con una conciencia social y una personalidad social”. Luego agrega: “El pueblo no vale por su organización ni por el número de los hombres que están organizados. Vale por los dirigentes que tiene a su frente, porque la acción jamás está impulsada por la masa ni por el pueblo, sino por los dirigentes que son los que conducen”. De allí que postula: “Nuestro interés justicialista al tratar de formar los cuadros para el encuadramiento de la masa”, porque “de esos pequeños conductores” que “representen una garantía de conducción de las partes” podrá obtenerse “una garantía en la conducción del conjunto”.
Aunque parezca, no son conceptos aislados del debate presente. Porque la masa estuvo, sobre todo, el 18 de octubre convocada por la CGT, sin embargo la “conducción política” desconoció esa “fuerza social”.
Recuperar a Perón es agarrarnos de una cultura política virtuosa que representa todavía, “en potencia”, ese “hecho maldito”. Pero para que se convierta “en acto” debe tener una dirección.
Ahora bien, vayamos con otro concepto, sólo para dejar picando debates que solemos profundizar en el aire y el portal de Gráfica: ¿El estado sólo debe regular? Eso indicó CFK…
Una clara contradicción de la “década ganada” es que muchas privatizaciones continuaron, como las empresas eléctricas (en esta etapa construyó su poder Mindlin de Pampa Energía) o el esquema financiero que sigue siendo el de Martínez de Hoz. Por el contrario, la recuperación del control de los fondos jubilatorios implicó un cambio sustancial para el proyecto nacional que se truncó en 2015.
Cómo gobernar con esta administración pública que legó el menemismo, es un enorme desafío para la gran cantidad de militancia que hoy está en algún puesto de decisión.
De allí que tenemos una “certeza” que podemos plantear: “Sólo desde el Estado no se puede, pero sin el Estado es imposible”.
Si vuelve el macrismo, será recargado, “vienen por todo” (como dijimos en ediciones anteriores “el voto en defensa propia” está siendo efectivo como consigna de campaña de cara al 14 de noviembre).
Pero, cabe insistir que la clase trabajadora es el único sostén posible para avanzar en un Modelo de justicia social (“sin movimiento obrero, no hay proyecto nacional”). También, que es el Estado empresario el camino ya probado en Argentina, que demostró ser efectivo para generar trabajo.
Las articulaciones virtuosas entre capital público, social y privado, (sin fórmulas cerradas) puede ser una gran salida de la crisis. Para lo cual hace falta la planificación y no la improvisación de una batería de anuncios (hace una semana se comentó el posible lanzamiento de un Plan Quinquenal de 500 mil viviendas que quedó en el aire…)
Estamos en un tiempo de definiciones, con los “enemigos del pueblo” en pie de guerra. La desorientación en las fuerzas nacionales y la fragmentación de la potencia que se mostró en la calle, caracteriza la crisis de conducción (y la tensión de “sectarismos” como consecuencia).
Finalmente, aparece la idea del PACTO que iremos trabajando en próximas ediciones, porque la “convocatoria a la oposición al diálogo” constituye la negación de esa POTENCIA popular, que recuperó las calles esta semana.
EL 17
El domingo en Plaza de Mayo tuvo menos convocatoria de la que pensamos en la previa. Salvo por algunas columnas organizadas de movimientos sociales como el Frente Milagro Sala y sindicatos como ATE Capital, la participación fue en su mayoría de “gente suelta”. El acto convocado por Madres de Plaza de Mayo bajo la consigna del “No pago de la deuda del FMI”, tuvo un escenario sencillo y un sonido chico. Hablaron Hebe de Bonafini, Amado Boudou, Daniel Catalano, Walter Correa, Mario Secco, Heber Ríos y Roberto Baradel.
El eje de los discursos fue un apoyo crítico al gobierno y el rechazo de un acuerdo con el Fondo sin investigar, y a costa del “hambre de nuestro pueblo”.
“Nuestra voz tiene que estar ahí adentro” de la coalición de gobierno, definió Boudou.
Estuvieron saludando a las Madres varios dirigentes, entre ellos Axel Kicillof que se quedó charlando con Hebe en la habitual carpa de los jueves. En diálogo con Gráfica, el candidato Daniel Gollán se refirió a “una deuda fraudulenta” que “contrajeron de una manera irregular”.
Un acto en el que se dijeron cosas que parecían contenidas hace tiempo y que dejó desorientado a más de un cronista que no desconocía las reuniones que horas antes habían mantenido la dupla oficial de Manzur y Guzmán (en Nueva York volvieron a ratificar la voluntad total del Frente de Todos para acordar con el Fondo).
Pero, la confusión total llegó cuando finalizando el acto, mientras tomaba el micrófono el último orador (Baradel) y mientras ingresaba al corralito el gobernador bonaerense, se empezó a comentar: “Viene Alberto”. Sobre la calle Yrigoyen se había dispuesto otro escenario con pantallas LED. Allí se anunció la pronta llegada del primer mandatario y mientras tanto tocaron Los del Fuego y Peteco Carabajal entre otros artistas… Pero se trató de otro amague.
Cayó la noche y un viejo militante de ATE compartió con los cronistas de Gráfica su impresión de gusto a poco con la jornada y se mostró crítico del rumbo errático de la coalición gobernante: “otro escenario desaprovechado”, comentó.
EL 18
Hemos referido en el anterior Panorama al “canto a la esclavitud” como caracterizó el artista peronista Daniel Santoro al conocido como “Monumento al Trabajo”… Sin embargo, lo peor de esa elección de “punto de llegada” de la movilización fue sin duda la imposibilidad de una GRAN FOTO PANORÁMICA.
Cierto que hubo peores elecciones, como el 7 de marzo de 2017, cuando los gremios industriales convocaron a un acto sobre Diagonal Sur. La bases desbordaron no sólo las pobres aspiraciones de muchos dirigentes que pensaban en una “marchita”, sino que aquella tarde el Triunvirato se fue a las corridas y sin el atril.
Esta vez, la cabecera cegetista, curiosamente, se despegó de la “gran masa” con un paso rápido que los separó por cuatro cuadras. Recién en Belgrano y Paseo Colón descansaron y hablaron ante la prensa. (ver video)
Al frente estaban Héctor Daer, Carlos Acuña, Hugo Moyano, Víctor Santa María, se sumaron los dirigentes de la Corriente Federal y participó en una segunda línea Andrés “Cuervo” Larroque (que al término de la marcha saludó y se fotografió con Daer).
¿Por qué se alejaron tanto?, no sabemos. Lo que sí quedó claro es que fue difícil comunicar la enorme convocatoria que hubo. No sorprendió la ausencia de dirigentes políticos que, salvo excepciones, no saludaron el hecho de masas. Recién entrada la noche llegó el mensaje del Presidente vía redes sociales.
Cierto es que la UTA y Fraternidad se plantaron en el punto acordado para la foto con la cabecera. Justo los dos gremios disidentes en la unidad de la CATT, que hemos contado en otra edición.
Ahora bien, por fuera de las roscas de superestructura, el gráfico Héctor Amichetti definió de este modo el sentido profundo de es nuevo hecho histórico: “Se acabó la joda del republicanismo trucho, la clase obrera organizada, fortalecida en la experiencia de democracia social que alguna vez forjó junto a Perón y Evita y reafirmó varias décadas después con Néstor y Cristina, colgó sus banderas en los edificios, plantó sus pancartas en las avenidas y caminó el pavimento para destrozar las ilusiones del antipueblo vendepatria”.
POR ABAJO
Pocos medios atendieron a la palabra de miles de trabajadores de base y delegados que sí comentaron sus impresiones ante micrófonos de comunicadores populares.
“Más control de precios, defensa del gobierno, rechazo total al macrismo, disposición a más participación, basta de prepotencia patronal…” fueron algunos de los conceptos repetidos.
¿REGULAR MONOPOLIOS?
Esta semana muchos recordaron las palabras de CFK cuando en diciembre del 2020 anunciaba que el país iba a crecer, pero alertó que “ese crecimiento no se queden tres o cuatro vivos”. Arcor, Ledesma y Molinos Río de la Plata, ahí los tenemos, con sus ganancias millonarias.
Dialogamos con el economista Horacio Rovelli, que es parte del equipo del Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Explicó que “los precios de los alimentos desde el Rodrigazo están vinculados al dólar”.
Recordó que la divisa valía 80 pesos en octubre del 2020 y en un año subió un 29% a 103,25, mientras que los alimentos y bebidas aumentaron un 53,4%, “una remarcación de precios sin fundamento”.
Feletti exigió “retrotraer el 1 de octubre precios de 1432 productos de consumo masivo para una familia”, que “es el comienzo, lo elemental” para “luego extenderlo a bienes de uso difundido como acero, cemento, combustible”.
“El 72% de esos productos son de 47 empresas, que a su vez pertenecen al mismo grupo económico”. Por ejemplo, Arcor tiene también Bagley, la Campagnola y la participación mayoritaria en la Serenísima.
Lo que planteó el Estado fue aceptarlos precios existentes hasta el 1 de octubre, pidiendo que no haya aumentos hasta el 7 de enero.
Pero la disputa es feroz y la voracidad de las corporaciones no tiene límite. Hasta armaron una polémica por la presencia en el listado de vinos: “En la Argentina el consumo es diversificado y una herencia del peronismo es que cada quien pueda comprarse más o menos lo que quiera“, respondió Feletti.
Veremos cómo sigue esta pelea y si el gobierno define convocar al pueblo organizado. Algo que teme la clase dominante, no es casualidad que un referente patronal haya hablado esta semana “del peligro de milicias” que desarrollen el control de precios (por ahora arrancaron los intendentes a coordinar la tarea).
A la vez, esta semana se multiplicaron otras voces que discutieron cómo potenciar cadenas de comercialización alternativas “del productor al consumidor“ que existen pero no están articuladas por una política pública. También, está la propuesta de una empresa pública de alimentos…
Desconcentrar, que implica también el desarrollo de las producciones locales (programas que existen en el Ministerio de Agricultura pero no están coordinados con un Plan Integral).
Mientras tanto, el aporte de la comunicación popular estará en seguir señalando a los “enemigos del pueblo“.
SANCOR EN SU PEOR MOMENTO
Hace dos décadas que la cooperativa láctea atraviesa una crisis crónica que hoy está en una situación límite. Fundada en 1938 por tamberos de la zona logró ser una marca líder, asociada a la vida cotidiana de millones de argentinos.
En 2017 la cooperativa contaba con más de 5000 trabajadores. Luego comenzó el desguace con la venta de siete plantas que contaba en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, además de las marcas. Mediante retiros voluntarios bajó a los 1500 obreros actuales. Para peor, no cobran el salario completo y lo hacen en cuotas. Hoy procesa 300 mil litros de leches diarios cuando está en condiciones de que sean 2 millones. A esto hay que sumar todo el entramado de proveedores alrededor de Sancor. El panorama es sombrío.
“Hubo claramente un mal manejo que llevó a la cooperativa a esta situación pese a los salvatajes que tuvo. La situación no da para más, le estamos pidiendo al Estado nacional que intervenga. Tenemos la esperanza que va a tomar cartas en el asunto”, indicó a Radio Gráfica Heber Ríos, secretario Gremial de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) a nivel nacional.
En 2017, año en que comenzó la reestructuración, ATILRA fue presionada para aceptar cambios en el convenio colectivo de trabajo a cambio de un “salvataje” de 250 millones de pesos por parte del Gobierno nacional para sostener el funcionamiento de la cooperativa. También había quedado pavimentado el terreno para que otras empresas del rubro comiencen a adquirir plantas y marcas de Sancor.
Cuatro años después la situación es aún más crítica y la situación es terminal. El pasado 15 de octubre el gremio convocó a un paro nacional que se cumplió parcialmente ya que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, acatada por ATILRA.
Semanas atrás, desde el mismo gremio reclamaron en un comunicado: “La participación directa o indirecta del Gobierno Nacional resulta indispensable para la continuidad de la empresa, caso contrario asistiremos al impedimento de seguir produciendo, por lo que cualquier medida debería ser implementada de modo urgente, antes de perder totalmente la posibilidad de adquirir materia prima e insumos en las cantidades necesarias para subsistir”.
La experiencia reciente demuestra que cuando hay voluntad desde el Estado es posible intervenir para resolver situaciones de crisis. Pasó con la planta de Dow Chemical en Puerto General San Martín, donde tras las dudas iniciales finalmente la empresa anunció su continuidad en Argentina, lo mismo en IMPSA Mendoza donde el gobierno fue parte de la capitalización para salir de la crisis. En tiempos donde un debate central de la política está atravesado por los precios, desconcentrar posiciones monopólicas de formadores de precios es un camino a tomar.
Más aún en el rubro alimentos, pero lo cierto es que no se ve un avance en esa dirección en las políticas oficiales.
Un aspecto que se barajó es la posibilidad del desembarco de capitales privados, pero con el condicionante que implicaría despidos. Desde el gremio ATILRA salieron a rechazar esa posibilidad: “A instancias del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, un grupo inversor ha realizado un plan de salvataje, conjuntamente con apoyo financiero gubernamental, dicho plan de salvataje plantea la exclusión de una importante cantidad de trabajadoras/es sujetos a convenio, circunstancia que ATILRA NO CONVALIDARÁ de modo alguno, lo que se le ha hecho saber al Sr. Ministro de Trabajo de la Nación en audiencia del día 6 de octubre de 2021″.
Un conflicto que promete varios capítulos más en el futuro próximo.
“MONOTRIBUTO PRODUCTIVO”
El Gobierno nacional anunció esta semana que avanzará con un proyecto de ley para la creación de un “monotributo productivo”. Participaron de la reunión el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; de Salud, Carla Vizzotti y de Trabajo, Claudio Moroni, además de la titular de AFIP, Mercedes Marcó del Pont, y el titular del INAES, Alexandre Roig.
El proyecto de ley se encuadra en una serie de medidas impulsadas para la formalización de los trabajadores de la economía popular. Entre ellas el pasaje de programas sociales a empleo formal en el sector agrario, de la construcción y gastronómico. La medida apunta a los cuentapropistas y cooperativistas.
Propone facilitar el acceso a trabajadores informales a la registración mediante reducciones en el pago en los tres ítems que componen el monotributo: impuesto, jubilación y obra social, durante cuatro años. También se plantea el acceso a créditos no bancarios a tasas blandas. También la preferencia por parte del Estado para comprar a empresas de la economía popular.
Esta semana, en diálogo con Radio Gráfica, Gildo Onorato, referente de la UTEP, trazó un mapa de la composición de trabajadores no formalizados. “Hoy tenemos a 6 millones de habitantes que son parte de la economía popular de los cuales 1 millón son los que reciben el Potenciar Trabajo”.
“Hay tres segmentos en esos 6 millones de habitantes. No es homogénea la economía popular. Uno es de la pobreza estructural con tres o cuatro generaciones de desocupados para los cuales son necesarias políticas comunitarias, de acompañamiento y presencia del Estado. Hay un segundo segmento que es el núcleo que necesita otras políticas como el blanqueo con el monotributo y créditos no bancarios para ganar en escala. Por último hay un tercer sector que puede recuperar empleabilidad con capacitaciones y vinculaciones con el mundo pyme”, describió.
“Hasta ahora las medidas van en la dirección de resolver la situación de los sectores más humildes. No podemos desestimar la voluntad pero sabemos que son insuficientes. Demuestra la intención del gobierno de resolver problemas de desigualdad y nosotros lo valoramos”, concluyó.
Un proyecto que veremos qué prioridad tendrá en la agenda legislativa. Habilita nuevamente el debate de fondo sobre cómo generar trabajo en Argentina, un país rico pero empobrecido. Donde las multinacionales controlan nuestros recursos estratégicos y más de la mitad del pueblo trabajador está precarizado o con un salario formal por debajo de la línea de pobreza. Formalizar y bancarizar a millones que aún no lo están, no va resolver un entramado económico que hoy sigue teniendo “las mangueras chorreando para afuera“.
YAPA. “NO AL TRASPASO
La Comisión Interna del Fuero del Trabajo de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación (UEJN) lanzó esta semana un duro comunicado rechazando la ley que sancionó la Legislatura porteña el 30 de septiembre pasado que amplía las capacidades del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad otorgándole competencia como una nueva instancia de apelación de la Justicia nacional.
“Semejante aberración jurídica, sólo puede explicarse desde un interés político que no se detiene ante nada y que solo razona en términos de poder”, indicaron en el comunicado.
“Esto se inscribe en la avanzada que tienen a los proyectos empresarios de reforma laboral como el principal y categórico objetivo político. Por tal motivo, reiteramos nuestro llamado a todas las fuerzas democráticas, a las centrales obreras, a las organizaciones sociales, a los nucleamientos representativos de los intereses profesionales y a las Cámaras Nacionales de Apelación a cerrar filas contra todo intento de transferir las competencias de la Justicia Nacional a la Ciudad de Buenos Aires” concluyeron.
Discusión acerca de esta noticia