Por Úrsula Asta*
Rolando Andrade Stracuzzi, Rolo, como lo conocemos, tiene 25 años de trayectoria. Pasó por medios como Página 12, Clarín, La Nación, también colaboró en Télam, Agencia DyN, AFP, Reuters, AP, EFE, en El Periódico de Catalunya, Die Welt de Alemania, en revistas como Tres Puntos, Veintiuno, que después se llamó Veintitrés, y en revista Caras del grupo Televisa, medio de comunicación con tentáculos en Chile, Ecuador, Venezuela, República Dominicana y la zona del Caribe.
Sobre el oficio, el despliegue en la calle, el compromiso profesional y humano, Rolo Andrade relata en Radio Gráfica su mirada en torno a múltiples acontecimientos políticos que le tocó habitar en cuerpo y lente. El trabajo y el sindicato, para él, van de la mano, es una responsabilidad formar parte del gremio, nutrirlo y construirlo.
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Úrsula Asta: Hay una película sobre vos, Rolo, contanos sobre cómo se llegó a este documental.
Rolando Andrade: El documental lo hizo una directora ecuatoriana que incluso fue roomie en un departamento que vivíamos y conoció mi vida muy agitada. Nunca terminó de entender cuándo paraba y me dijo un día “¿te puedo seguir para grabarte?”. Justo fue en las elecciones del 2015. Me siguió para la primera vuelta y para la segunda.
Antes de eso, ella vio todo mi proceso, que no es solo ser reportero gráfico, sino también la parte humana y política mía. La política no se separaba de mí al momento de trabajar, sino que también lo llevaba ahí adentro.
Ella fue interesándose más y dijo ‘”bueno, vamos a seguirte en las elecciones”, y se fue con un equipo de trabajo con sonidista y con toda la estructura que se necesita para hacer un documental. Fue raro para mí estar con una cámara todo el tiempo y con un micrófono, porque soy fotógrafo, yo siempre estoy para fotografiar.
UA: ¿Dónde se va a poder ver?
RA: La directora quiere pasarlo por festivales, y acá en Argentina en la época de Macri lo quiso pasar varias veces, pero fue un poco restringido porque allí se habla mucho también de la llegada del gobierno de Macri. El documental Rolo ahora ya es una noticia vieja, pero todo lo que dije en el documental es lo que sucedió después en el país. Tengo un relato con un chofer, por la calle Garay, que yo le decía:
“Vos cuando vengas a dejarme a mi casa vas a ver la cantidad de pobres durmiendo en la calle, porque esa es una consecuencia del neoliberalismo. Macri no es neoliberal, Macri es un delincuente, utiliza este modelo para ejercer el poder que siempre ejerció su familia que trabaja con el Estado y estafa al Estado. Macri es una familia contratista del Estado y estafador del Estado. Cuando sea Presidente lo va a estafar muy profundamente, si lo hizo a través de otros gobiernos como no lo va hacer cuando sea gobierno”.
Hace unas semanas se vio el documental en España, pero lo dejaron un tiempo liberado para que lo vean en otros países, porque los festivales solo tienen la plataforma para el país que se emite. Entonces este si lo dejaron liberado.
Estuvo en Ecuador, estuvo también en Chile, ha estado en varios países el festival y siempre tiene buenos resultados, tiene buenas puntuaciones y ha ganado premios.
Porque, en realidad, muchas veces nosotros pensamos que los trabajadores de prensa no tenemos ideología o miradas que nos comprometan a creer. Los trabajadores de prensa tenemos que tener humanidad, y por suerte en este país hay muchísimos y muchísimas trabajadoras de prensa que son verdaderamente humanas y están por una transformación política y social.
Fue raro para mi estar con una cámara todo el tiempo y con un micrófono, porque soy fotógrafo, yo siempre estoy para fotografiar
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El documentalista, fotógrafo y trabajador de prensa Rolando Andrade, sobre el rol del periodismo fotográfico, la labor del reportero y su lugar del mirador reflexiona en este diálogo que existe “una cuestión muy comprometida desde la mirada” y, en la mayoría de los casos, según el: “Los reporteros gráficos estamos muy preocupados en comunicar en profundidad a través de la imagen, darle sentido desde el lugar y la posición de uno”.
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Rolando Andrade: Afortunadamente, estamos en medios populares también, y los que trabajamos en medios comerciales hacemos un poquito la búsqueda de ir limando esa cuestión y poder decir o meter una foto que habla de una cosa que queremos mostrar.
En eso también trabajamos los reporteros gráficos, que algunas veces a los redactores y las redactoras se les complica un poco más, pero pueden ahí mediar también, imponer ahí una mirada de ellos, un pensamiento de que está escribiendo para poder dar también un vértigo dentro del diario, como el caso mío Clarín. Tengo muchos compañeros y compañeras que piensan igual que yo y que tratamos de darle un pequeño giro.
No vamos a decir que vamos a cambiar la mirada de los propietarios, de los accionistas del diario y de las corporaciones que tiene el diario, porque tiene su estructura. No lo vamos a cambiar porque su negocio es ese, confundir, no es comunicar. Entonces en ese sentido, nosotros los trabajadores algunas veces tratamos de hacer una pequeña intervención, se podría decir, pero más de eso no avanzamos.
Siempre agradezco que la vida me ha dado oportunidad de trabajar en la comunicación y puedo también, a mis fotos, siempre pasárselas a los medios populares, como Radio Gráfica y a otros medios más, que puedan utilizar mis imágenes para que puedan también servir para comunicar y de esa manera poder transformar la historia, porque creo que somos responsables de los sucesos, creo que tenemos una responsabilidad.
Creo que somos responsables de los sucesos, creo que tenemos una responsabilidad
UA: Cuando fue el golpe de estado a Bolivia, vos te fuiste para allá, también durante la campaña en Ecuador, que es el país donde naciste. El rol del trabajador de prensa, en este caso, ¿cómo lo atravesas? Si tuvieras que decir cómo es ser reportero gráfico, ¿qué trazos resaltarías?
Lo de Bolivia es algo que más largo de conversar, ustedes me hicieron una entrevista cuando volví, igual no es que volví, me tocó huir de Bolivia para que no me tomaran preso y que no me pasara como Facundo Morales o Sebastián Moro, que fue asesinado y es la primera víctima del golpe cívico-militar, religioso y comunicacional.
Como ya había pasado eso de que también le tocó a los periodistas argentinos huir de Bolivia, yo cometí la locura de irme cuando ya estaban expulsando a los periodistas extranjeros. Yo dije es el momento de ir, porque si no queda nadie allá, podemos estar los que queremos estar. Me duró muy poco eso.
Lo de Ecuador sí, es doloroso. Eso quedará a segundo plano, Lenin Moreno es un traidor para todos lo que creíamos y creemos en un proyecto social, en un gobierno socialista, en un gobierno más plural.
Hablando de lo que es reportero gráfico, creo que la mayoría de los reporteros y las reporteras tenemos una cuestión muy comprometida desde la mirada, desde el sentido. Habrán poquitos que son diferentes, pero la mayoría de los reporteros gráficos estamos muy preocupados de comunicar en profundidad a través de la imagen, de comunicar y darle sentido a esa imagen desde el lugar y la posición de uno.
En ese lugar, uno siempre trata de buscarle la forma a la imagen para poder transmitir a la otra persona, que se llama observador o la observadora, para que vea algo que uno hizo y que trate de tener cierta narrativa.
Tengo una imagen que me hizo sentir feliz, es que una vez me tocó ir a cubrir cuando pasó lo del Parque Indoamericano, que fueron sacados perversamente los habitantes de ese lugar. Llegué después del desalojo violento a hacer todas las imágenes, en un momento donde habían tiros. Una locura.
En una parte me encuentro con una mujer sentada con sus pocas cosas, tenía en un banquito, su blusa rota se la había amarrado de un lado para no quedar desnuda, y le hice una foto a ella sentadita, y después me dio un dolor y angustia, me quede sentado al lado de ella. Le dije “¿me puedo sentar al lado tuyo que transmito y te acompaño?”. Esa foto para mí era muy fuerte. Aparte ella me dijo “sí, sentate, es lo único que tengo”.
Sentí que con toda su pérdida ella tenía mucha humanidad, que me daba en su espacio, que era la nada, y me daba algo. Esa foto fue la tapa del diario, y la tapa del diario decía otra cosa en letras, y la imagen mostraba la desolación, la desesperanza de una persona que volvía a no tener nada. Era como una contradicción a lo que se escribía y a lo que se veía.
El reportero gráfico está compuesto de varias sensibilidades, y eso nos ayuda a comprender y a escuchar
Una vez escuché a Raúl Rizzo que decía que uno puede, a través del cuerpo y de los movimientos, la expresión del cuerpo, notar si es violenta o no es violenta esa situación. Él hablaba de la violencia de De Angeli, en el 2008, el decía que no necesita que este hombre hable, con su gesto muestra la violencia.
UA: Cuando se está en la calle, eso en general puede advertirlo.
RA: Exactamente. La calle es otra cosa. En el gobierno de Macri, cuando había tanta violencia, tanta represión, uno comienza a saber cuando las cosas están por suceder. Ahí ves las posiciones de los policías, de los gendarmes, de la Prefectura. No hay que olvidar que con Macri estuvieron todas las fuerzas de seguridad, aunque no les digo de seguridad, porque la seguridad es la salud, la educación, vivienda, agua potable y alcantarillado. Lo otro, para mí, se llaman fuerzas de represión, que siempre han ejercido el poder desde nuestra conquista, hace 500 años.
Lo que pasó en la era de Macri espero que nunca más vuelva. Los trabajadores de prensa la pasamos mal, la población mal y la represión era visible. Cuando vos veías cómo se ubicaban ellos, yo decía “se pudre todo”, entonces se tienen que ver los espacios para fotografiar, porque son minutos de violencia, que a los segundos se convierten en caos, todo el mundo corre por todos lados.
Uno va corriendo para donde van las motos, para donde ve que se mueven las tanquetas, donde ves que se mueve el hidrante, uno tiene ya el espacio a lo menos. Tengo 25 años en la profesión y es como que siempre se repite el mismo.
Cuando vos veías cómo se ubicaban ellos, yo decía “se pudre todo”, entonces se tienen que ver los espacios para fotografiar, porque son minutos de violencia, que a los segundos se convierten en caos.
UA: ¿Qué dirías de la situación que atraviesan hoy las trabajadoras y los trabajadores de prensa? ¿Cuál es tu mirada sobre este momento histórico del trabajo?
RA: Con la pandemia de Mauricio Macri, los trabajadores de prensa tuvimos una gran crisis. En primer lugar, trató de desarmar la empresa estatal de comunicación que es la agencia de noticias Télam, trató de dejar sin trabajo a 365 personas trabajadores y trabajadoras.
Muchas empresas con ese vaivén que tenía la empresa estatal, Radio Nacional, Canal 7 y todo lo que era del Estado, también aprovecharon eso para comenzar a expulsar trabajadores, como hizo la Editorial Perfil, que desarmó toda la estructura que tenía y dejó pocos trabajadores. Después, Página 12 hizo la suya, La Nación, también.
Clarín en el 2017 echó 65 trabajadores sin ningún tapujo y lo más impresionante que nos pasó fue que automáticamente Clarín fue vallado y protegido por la Infantería. Para poder ingresar al diario tenías que decir tu nombre, esperar para saber si estabas en la lista para poder ingresar. Si no estabas en la lista, estabas afuera. Entonces, la pandemia de Mauricio Macri fue un deterioro de nuestro oficio en las empresas.
Después, con la pandemia del Covid hemos perdido muchísimo. Tengo bastantes amigos que han perdido el trabajo y creo que ahora, cuando se comience la normalidad, no sé cuantos amigos, cuantas compañeras y compañeros colegas van a tener trabajo o quedaran con trabajo.
A lo menos a mí me pasó, y a 232 trabajadores de Clarín, que el año pasado estuvimos 5 meses sin cobrar. Y no nos han pagado hasta el día de hoy. No nos pagaron desde abril hasta agosto. En septiembre empecé a trabajar. En esos cinco meses no nos pasaron ATP, no nos pasaron nada, porque quedamos afuera.
Vamos a esperar a que se termine este año, por suerte tenemos un sindicato que se llama SiPreBa (Sindicato de Prensa de Buenos Aires) que funciona muy bien porque es de nosotros, los trabajadores. Yo me siento parte del sindicato porque como trabajador como afiliado siento que es un sindicato que está funcionando bien. Aparte no están solo las empresas privadas comerciales, sino que también están los medios populares, los medios de comunicación que son de la universidad, de algún centro de estudiantes, de algún sindicato, todos se pueden afiliar a nuestro sindicato. Digo nuestro porque lo siento como mío. Me pertenece.
Cualquier trabajador tiene que amar a su sindicato, pero también tiene que estar al lado de su sindicato para que no vengan estos secretarios generales que después se hacen burócratas. Es la única manera de tener los sindicatos fuertes cuando la clase trabajadora esté ahí obligando al secretario general aque sea funcional a los trabajadores y no a la empresa.
Cualquier trabajador tiene que amar a su sindicato, pero también tiene que estar al lado
Hemos hecho un bien en tener un sindicato que ha nacido de las bases de los trabajadores, que también no podemos olvidarnos que, nos guste o no nos guste, Cristina Fernández de Kirchner nos permitió formar nuevos sindicatos y creo que por eso no la quieren los empresarios, porque ella permitió que los trabajadores de prensa tengamos un nuevo sindicato que ahora lo estamos fortaleciendo a través de los trabajadores.
*Entrevista realizada en Feas, Sucias y Malas, sábados de 9 a 12 hs, por Radio Gráfica / Redacción con la colaboración de Carolina Ocampo
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