Por Erika Eliana Cabezas *
Los personajes shakesperianos que habitan el cuerpo de Pompeyo Audivert en Habitación Macbeth son varios. Las Brujas Fatídicas del páramo de huesos, Banquo, Macbeth y su esposa. Cada uno con un código de lenguaje que permite reconstruir la herencia teatral y romper el espejo de un piedrazo, para mostrar la potencialidad actoral.
“En Habitación Macbeth hay distintos códigos de lenguajes que van sucediendo según sean los personajes. Por ejemplo, las brujas vienen más del grotesco. Los personajes de Macbeth o de Lady Macbeth son más de un realismo criollo. Todo esto constituye un paisaje que, para mi, es lo central del teatro”, expresó el director y actor de la obra en Radio Gráfica.
Y agregó: “Tiene una naturaleza metafísica en donde las cuestiones de la presencia, del cuerpo, del ser, del espacio, del tiempo, quedan como en otra condición. Empieza a haber algo más sobrenatural, medio paranormal. Es un piedrazo en el espejo. Uno elige un espejo, y a través de estos lenguajes, traiciona la promesa del reflejo fiel y da cuenta de otra naturaleza de lo humano que no necesariamente es la histórica”.
La adaptación de la tragedia de William Shakespeare hecha por Audivert fue creada durante la pandemia tras largas caminatas por la playa. “Cuando me reduje a mi casa que tengo en Mar del Sur, en el medio del campo, pensé en un trabajo unipersonal. Me puse a imaginar el cuerpo de un actor como único teatro, como única posibilidad de generar teatralidad. Decidí tomar Macbeth de Shakespeare porque es una obra que tiene componentes muy particulares, tiene mucho que ver con lo sobrenatural. Aparecen unas brujas que le profetizan a Macbeth, que es un guerrero noble del rey, un destino de rey y le pudren la cabeza con esa profecía”, contó.
“Esas cosas que plantea Shakespeare de una forma tan poética y tan brutal, en donde una persona se da vuelta como un guante y pasa a ser lo contrario de lo que era. Metáfora que, por otro lado, está a la orden del día en periodistas, políticos, Me parecía que era la obra ideal para llevar a cabo este propósito, que era hacer de un solo cuerpo toda la operación teatral”, remarcó el director y explicó la elección de la palabra habitación.
“Me gusta porque tiene muchas resonancias. Uno puede estar hablando de un cuerpo habitado, del texto mismo como una habitación, como una zona que hay que habitar. De la actuación como un fenómeno donde uno también es habitado por fuerzas que se aparecen en el hecho mismo de la actuación. Creo que remite a todo eso. Creo que la pandemia produce un grado de reducción a la habitación, que es la casa, pero también a la habitación que es el cuerpo mismo. En el teatro siempre el cuerpo de uno se vuelve habitáculo de otras identidades, entonces siempre es interesante hablar sobre eso. Y sobre todo cuando el cuerpo de un actor se vuelve ya un inquilinato, un conventillo promiscuo”, manifestó.
Ayer y hoy. Por otra parte, Pompeyo Audivert habló sobre la diferencia entre el teatro actual y el de los ‘70, y opinó que “mejoró en algunos sentidos”. “Me acuerdo de un teatro muy político y realista. Después eso se fue diluyendo y fue encontrando un lenguaje propio, de otra naturaleza”, recordó e hizo referencia a la falta de delimitación de fronteras específicas de las artes representativas.
“Creo que el teatro es un arte que tiene condiciones muy específicas, y que no es lo mismo un actor de teatro que un actor de cine y de televisión. Sin embargo, se han levantado esas fronteras, se hicieron más permeables, y todo empezó a circular. Se perdió la especificidad de lo teatral porque aparecieron los lenguajes realistas y naturalistas, que coparon la parada”, aseguró
Y continuó: “Nosotros venimos del grotesco, del sainete, del circo criollo. Hay lenguajes específicos, que eran desmesurados, de los cuales no tenemos una herencia muy viva, muy latente. Yo trato de ir por ahí. Pero, en general, veo que los actores y la teatralidad misma, en su forma de funcionamiento, se vuelve naturalista. Eso no le viene bien al teatro. Lo disuelve y lo vuelve aburrido también, porque ya hemos visto todo eso”.
Ficha técnica
Actuación y dirección: Pompeyo Audivert
Música: Claudio Peña
Vestuario: Marta Davico, Mónica Goizueta
Escenografía: Lucía Rabey
Diseño de luces: Horacio Novelle
Asistencia de dirección: Marta Davico, Mónica Goizueta
(*) Periodista de cultura de Radio Gráfica.
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