Lautaro Fernández Elem: Un lujo tenerte. Referencia para el hockey y para el deporte olímpico en general. Plata en Sidney 2000; bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008; campeona del mundo con Las Leonas en 2002…
Magui Aicega: Yo estuve en Atlanta 96. Pasa que se cuenta la medalla pero para mí fue el primer juego olímpico y estamos hablando del 96, cuando no existían las redes. Para nosotras era algo nuevo: imaginate que no éramos ni “Las Leonas”. Más allá del resultado que fue malo, fue tocar el cielo con las manos. Fue decir “qué locura donde estamos”.
LFE: ¿Cómo es para un deportista el debut olímpico? ¿Cómo se siente con esa exposición?
MA: He compartido villas olímpicas con futbolistas. En 2004 cuando fueron con Bielsa: Tevez, Mascherano, Heinze, por nombrar algunos. Y en 2008 Messi, el Kun. Y siempre dicen lo mismo: lo lindo que tiene es que compartís una villa olímpica con los mejores deportistas de todo el mundo, cada uno en su deporte. Vas caminando por la villa y te encontrás con el de tiro de Tanzania. Es una locura la variedad de culturas, de lugares que vos decís “yo no sabía que era un país”. Siempre digo que compartir un lugar con los deportistas que son de tu palo es lo mejor que te puede pasar. Y ni hablar de ciertas figuras que, más allá de las idolatras, la realidad es que sos un colega más. Es una magia tremenda el juego olímpico.
Mario Sadras: Más allá de la competencia pura y dura, ¿qué es lo más atesorás como recuerdo de esos días?
MA: Llegábamos a la villa olímpica y el primer día nos daban libre para ir a recorrer todo, porque llegabas con una excitación que querés conocer. Al día siguiente, tu chip está puesto en competir. Sí disfrutás mucho de entrenar en la cancha olímpica, tomarte el trencito de la villa, ir al comedor con todos los deportistas. Hay comercios en la zona mixta, donde están los periodistas que no pueden entrar a la villa. Podés tomar un café, hay merchandising.
LFE: En el ingreso de la delegación argentina a la ceremonia inaugural, se genera entr deportistas, que quizá en el año no se ven, una identidad nacional más fuerte que explota en ese momento.
MA: Ese momento previo al desfile es único, donde tenés una emoción. Es muy difícil de explicar. Pensá que entrenaste cuatro años y le estás presentando tu país al mundo: “tengo el privilegio de que el mundo vea que está Argentina y soy parte”. Es un orgullo personal y grupal ser embajadores de tu país. Es muy fuerte cuando entrás. Siempre atrás del abanderado, que es alguien que te representa.
MS: ¿Cómo se elige el abanderado?
MA: Lo elige el Comité Olímpico Argentino. Se proponen algunos y, por cómo fue el año, los logros, se los elige. Siempre salen esos que decís “valió la pena”. Este año, cuando fueron Santi Lange y Ceci Carranza, tienen los pergaminos de haber sido medalla de oro.
LFE: ¿Cómo nace la identidad de Las Leonas? Trascendió y las chicas que se van incorporando al hockey sueñan con ser leonas.
MA: Esto surge antes de Sidney 2000, porque nos dijeron que estaría bueno que tengamos un símbolo: surgió leonas, porque siempre cuidan a su cría a muerte y era cuidar tu camiseta a muerte. Y el juego olímpico fue muy atípico, surgen Las Leonas porque tenían que surgir. Se leyó mal un reglamento, pero gracias a eso terminamos yendo a clasificar y nos pusimos la remera que tenía una leona dibujada. Parecía imposible ganarle a las tres potencias del mundo para llegar a una final. Entramos con la remera esa, se ganó y por eso surgen Las Leonas. En base a eso vino lo que vino después.
LFE: Estás cubriendo, a través de la TV Pública, los Juegos Olímpicos. ¿Qué análisis hacés de estos días de competencia?
MA: Son unos Juegos distintos. El hecho de que no haya gente es diferente. No me parece raro que puedan pasar estar cosas. En Argentina somos un país más panamericano que olímpico. Claro que hemos obtenido medallas, pero no tenemos grandes cantidades. Y si encima tuvimos un 2020 casi no pudieron entrenar, es muy difícil. Algunos pudieron irse afuera, otros no. Las Leonas o Los Leones pueden ganar porque pudieron entrenarse en lo que es técnico y físico, pero no pudieron competir por una cuestión lógica de la pandemia. Se vio en el primer partido de Las Leonas que faltaba esa preparación de que faltaban partidos por los porotos. Con el resto de los deportistas, es un poco lo mismo. Ya de por sí el deportista se va a Europa o Estados Unidos a entrenar, imaginate si ahora no pudo ir y allá sí podían entrenar. La ventaja está, es una realidad. Todos queremos llegar al juego olímpico y sacar medallas pero en muchos deportes hay diferencia entre otros países y Argentina.
LFE: Vas a seguir con el torneo femenino cuando comience en agosto.
MA: Me encanta el fútbol femenino. De chica, en nuestra época, no teníamos la posibilidad de jugar al fútbol y llegar a un club. No había competencia, hoy la tenés. Me transporta mucho a lo que era el hockey. Es un deporte que puede crecer muchísimo. Me encanta comentar el fútbol femenino, me parece un mundo de primera y estoy muy contenta.
- Entrevista realizada en Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13 horas)
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