Por Osvaldo Jara (*)
Desde el comienzo de la pandemia, el deporte nacional redujo su actividad merced a los vaivenes sanitarios, económicos y sociales. En este contexto, la Secretaría de Deportes trazó sus perspectivas en un terreno complejo, aún con unos Juegos Olímpicos de Tokyo sin confirmación oficial.
La cartera a cargo de Inés Arrondo inició su etapa señalando la necesidad de apuntalar a los clubes de barrio, el deporte federado y sostener el patrimonio del deporte nacional. Este último punto es importante remarcarlo ya que la gestión macrista pretendió licuar el rol del Estado y vender parte de sus bienes.
La asunción del Frente de Todos generó expectativas en un sector importante de la dirigencia deportiva. Estaban pendientes temas importantes, como la reglamentación de la Ley de Clubes de Barrio, medida esperada con ansiedad. También, la democratización del espectro y la puesta en práctica de la actualizada Ley del Deporte (27.202). Esto último, un pedido expreso de la militancia peronista. Estas premisas, que se posicionaron como parte de la discusión, fueron relegadas por la coyuntura.
En éste panorama se produjeron mediaciones entre dirigentes y organizaciones, federaciones, cooperativas y movimientos sociales. Existe un diálogo fluído, aunque no siempre el resultado sea rápido y satisfactorio. La implementación de la tarifa social para los clubes de barrio es un ejemplo en ese sentido.
La pandemia de COVID-19 direccionó los objetivos de la secretaría de Deportes. El presupuesto 2021 denota esos nuevos horizontes. Para este año, el deporte presupuestó $ 3.112.506.000 para atender sus necesidades. La planilla anexa del Ministerio de Turismo y Deportes establece las pautas centrales de la gestión. En los fundamentos iniciales se estipula que sus políticas apuestan por el fortalecimiento de la actividad, desde el alto rendimiento hasta el comunitario. Esto redunda en el fortalecimiento del deporte de base y del federado, en un intento de morigerar los efectos de la crisis causada por la pandemia.
Agenda de prioridades
Al igual que las anteriores gestiones, la participación argentina en los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de Tokyo 2021 serán un eje prioritario. Los ojos de la secretaría estarán puestos en el rendimiento de nuestros atletas. Desde mediados del año pasado, los atletas cuentan con permiso del ministerio de Turismo y Deportes para su preparación.
Más allá del evento, la cartera de deportes planificó el año conforme a las prioridades del deporte federado y no federado, la organización de competencias y las instituciones que contribuyen al desarrollo de la práctica deportiva, física y recreativa.
Este presupuesto se sostiene en dos líneas de acción. Una, de vital importancia, es el correspondiente al Deporte comunitario y Competencias, que contempla la mayor inversión del presupuesto. Ésta área es pilar en la planificación de la Secretaría. Durante los primeros meses de la pandemia, el deporte se paralizó. Los clubes de barrio fueron las principales víctimas ya que debieron cerrar sus puertas indefinidamente, sin dejar de pagar sueldos y tarifas de servicios.
En vistas de tal problemática, se estipuló el desarrollo del programa Clubes en Obra. Se trata de la continuidad de una iniciativa creada el año anterior con el objetivo de mejorar la infraestructura de las instituciones. Este apoyo dinerario se utilizará tanto para la compra de materiales de construcción como para la contratación de mano de obra. Se prevé llegar a mil entidades de todo el país.
Clubes Argentinos es otro programa que acerca aportes económicos para quienes se encuentren afectados por la crisis. Esta medida significa un paliativo para las instituciones barriales de todo el país. “En el contexto de emergencia sanitaria, se implementa el programa de apoyo a Clubes de Barrio y Pueblo en emergencia, imprescindible para brindar alivio financiero a estas instituciones cuyos ingresos y recursos se han visto disminuidos a causa de la suspensión de sus actividades en cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional”, dice un fragmento del documento.
Para el acceso a estos beneficios es necesario la inscripción a un registro de clubes. En ese sentido, existe el inconveniente de que muchas entidades no cuentan con documentación requerida. Esto crea un cuello de botella difícil de sortear.
Este año se realizarán, en forma virtual, diversas competencias, como los Juegos Nacionales Evita. Asimismo, está planeado la renovación de las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard).
Los programas diagramados en este área demandará una inversión de $ 2.399.607.604.
Otro item que la gestión priorizará es el deporte federado, ámbito que hace meses tiene una importante inactividad. La apuesta es promover al circuito, haciendo hincapié en asegurar su alcance a todas las regiones del país.
Para su sostenimiento se requiere de una estructura que se asiente en la promoción de atletas. Por eso la planificación abarca la asistencia técnica y médica a deportistas, la formación y capacitación, la escuelas de iniciación deportiva, así como la participación de atletas en las competencias de las distintas disciplinas. El proyecto apunta a cobertura general, desde las escuelas de iniciación deportiva hasta el alto rendimiento.
El presupuesto también contempla el otorgamiento de 1.150 becas a deportistas y 1500 becas para instructores de escuelas deportivas. Esta área, que está bajo la égida de la Subsecretaría de Desarrollo Actividades Deportivas tendrá una inversión de $575.324.603.
En una año “olímpico” el deporte argentino redefine sus prioridades de acuerdo a la coyuntura. A la espera de los históricos reclamos de una buena parte de la militancia deportiva la cartera deportiva traza su horizonte en tiempos de pandemia.
(*) Periodista. Miembro del Movimiento Social del Deporte. Autor de Peronismo y Deporte.
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