Por Leila Bitar*
Mercenarios made in Colombia
El pasado 7 de julio, un grupo de hombres armados asesinó al presidente de Haití, Jovenel Moise en su residencia. Tres días después, en Caracas, el presidente Nicolás Maduro, anunció el desarme de un grupo paramilitar que tenía como objetivo desestabilizar a su gobierno a través de actos terroristas. El denominador común en ambos escenarios fueron los mercenarios, todos ellos provenientes de Colombia y algunos, entrenados en Estados Unidos. El domingo pasado, con una campaña mediática de alto impacto en redes sociales, y llamados de intervención a través de la conocida estrategia de la “ayuda humanitaria”, se impulsaron movilizaciones en Cuba, con consignas antirrevolucionarias.
Haití: todos los caminos conducen a Miami
El jefe de la Policía Nacional de Haití, León Charles, acusó a Antonio Intriago, un empresario venezolano propietario de la compañía de Seguridad CTU Security con sede en Florida, de haber sido parte de la operación paramilitar que derivó en el magnicidio.
Jorge Luis Vargas, jefe de la Policía Nacional colombiana, declaró que CTU Security compró 19 pasajes de avión de Bogotá a Santo Domingo para los sospechosos colombianos implicados en el asesinato. Por su parte, Ken Hoffman, portavoz del Departamento de Defensa norteamericano, reconoció que algunos colombianos detenidos en Haití, también participaron en programas de entrenamiento militar en Estados Unidos, mientras eran integrantes de las Fuerzas Militares de Colombia.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, denunció además, que existen “algunos indicios” de que la empresa CTU Security, “estuvo involucrada en todos los eventos logísticos” del atentado de Caracas, el 4 de agosto de 2018. En esa fecha, el presidente venezolano daba un discurso en frente de un desfile militar, cuando se produjeron dos explosiones. El ataque con drones tenía como objetivo asesinar al mandatario bolivariano.
El parlamentario, también aseguró que Antonio Intriago tiene vínculos con Iván Duque, y que participó en la organización del conocido “Venezuela Aid Live”, evento promovido en 2019 por el gobierno colombiano junto a la oposición de derecha venezolana, para “ingresar ayuda humanitaria” al país. El concierto terminó desarrollándose en la fronteriza ciudad de Cúcuta, ya que el gobierno de Maduro impidió la maniobra injerencista. Los camiones con comida y medicamentos fueron incendiados en la frontera, y aunque los medios responsabilizaron al mandatario venezolano, una investigación posterior demostró que el ataque provino del sector colombiano.
“El gobierno de Iván Duque es, de manera consuetudinaria, una verdadera amenaza en contra de la paz a la que tenemos derecho todos los venezolanos, la paz a la que tienen derecho los haitianos”, remarcó Rodríguez que además destacó que “todas las acciones violentas que se han perpetrado o intentando perpetrar (en Venezuela) tienen su epicentro en el gobierno de Iván Duque”. El presidente de la Asamblea Nacional agregó que al igual que el narcotráfico, el “paramilitarismo, ahora también es producto de exportación de Colombia”.
“Todas las acciones violentas que se han perpetrado o intentando perpetrar (en Venezuela) tienen su epicentro en el gobierno de Iván Duque”
Otras versiones señalaron un encuentro entre el reclutador de soldados colombianos e Iván Duque en febrero de 2018 en Miami, tras la viralización de una foto donde aparecen ambos. La presidencia de Colombia publicó un comunicado negando los vínculos:
La Presidencia de la República se permite informar a la opinión pública que:
- El entonces candidato a la Presidencia, Iván Duque Márquez, no sostuvo ninguna reunión ni tiene vínculo alguno con el señor Antonio Intriago.
- El día sábado 10 de febrero de 2018, el entonces candidato a la Presidencia, Iván Duque Márquez, se encontraba en un evento público de campaña en la ciudad de Miami, Florida, al que acudieron más de 1.200 personas.
- En el acercamiento propio de un evento público de campaña, el entonces candidato accedió a saludar y tomarse fotografías con algunos de los asistentes.
Otro dato que suma sospechas en la compleja red de nexos entre paramilitares y funcionarios colombianos: el consejero de seguridad de Iván Duque es primo hermano de uno de los capturados e involucrados en el magnicidio de Haití. Se trata de Rafael Guarín, quien declaró en un comunicado de prensa: “No conozco a dicha persona, ni a lo largo de mi vida he tenido tato alguno, ni siquiera en el plano familiar”. Su primo, Manuel Antonio Grosso Guarín es un exsoldado contraguerrilla entrenado por el Ejército colombiano, que se encuentra detenido por la Policía Nacional haitiana.
Mercenarios en Caracas
En su extensa conferencia de prensa del 13 de julio, Jorge Rodríguez también apuntó contra el ex embajador colombiano en EEUU, Francisco Santos, quien junto al director de la CIA, William Burns planificaron “una misión delicada”. Burns había visitado Colombia apenas unos días antes del magnicidio en Haití y de los ataques paramilitares en Caracas.
Según Rodríguez, se planificó un intento de magnicidio contra Maduro el pasado 22 de junio, en el marco de las celebraciones por el bicentenario de la Batalla de Carabobo. El funcionario dio a conocer un video de uno de los mercenarios detenidos donde se observaban imágenes del Paseo Monumental de los Próceres y de la Academia Militar de Venezuela. “Desde la cara de una de las montañas del suroeste de Caracas, en El Valle, había apostado un francotirador que hizo éstas tomas”, explicó.
“Otra vez el dinero de Colombia, otra vez los drones de Colombia”, lamentó Rodríguez, que además recordó que las mismas tácticas fueron utilizadas en la fallida ‘Operación Gedeón’ el 3 de mayo de 2020, cuando un grupo de exmilitares intentó realizar una incursión marítima en las costas de Macuto con el objetivo de derrocar al gobierno de Maduro, y fue detenida por las milicias populares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Bandas criminales y derecha venezolana
El pasado 7 de julio, la oposición de la derecha venezolana, liderada por el prófugo Leopoldo López y el autoproclamado presidente Juan Guaidó, lanzó una operación desestabilizadora junto a bandas criminales, que operan en barrios populares como la Cota 905. Ése día, tras un enfrentamiento prolongado contra los grupos delictivos, las fuerzas de seguridad bolivarianas lograron tomar el control del territorio.
Según Rodríguez los criminales fueron “entrenados en Colombia”, ya que no se observaron “las prácticas comunes del malandraje caraqueño o venezolano”. La ministra de Relaciones Interiores de Venezuela, Carmen Meléndez, aseguró que durante el operativo lograron incautar “un verdadero arsenal de guerra”, proveniente de EE.UU. y Colombia.
Estos grupos paramilitares, (la más conocida es la “banda del Coqui”) buscan generar una crisis de Estado fallido. Las autoridades venezolanas denuncian el financiamiento de la oposición política para provocar el caos social: “Están metiendo muchos dólares y billetes para comprar bandas criminales para generar violencia en los barrios”, destacó Nicolás Maduro.
“Como fracasaron en los intentos de violencia extrema por el Bicentenario de Carabobo (…) entonces lanzaron la operación de malandros, paramilitares y terroristas entrenados en Colombia”, dijo Rodríguez al tiempo que mostró conversaciones por WhatsApp entre los opositores Leopoldo López, Emilio Graterón y Freddy Guevara, donde dialogaban en un lenguaje cifrado acerca de preparar los tiroteos junto a las bandas criminales de la zona de la Cota 905.
Guaidó respondió a estas acusaciones a través de su cuenta en Twitter: “lo que pretende hacer el régimen con el caso de la Cota 905 es una novela repetida, un show más en el que van a inculpar a la alternativa democrática”, señaló.
Por su parte, Emilio Graterón fue acogido en “calidad de huésped en la Residencia de la Embajada de Chile en Venezuela”. “La decisión del Gobierno de Chile obedece a una solicitud del líder de la oposición Juan Guaidó y tiene por objeto brindar protección a esta persona, quien sufre persecución política por parte del régimen de Nicolás Maduro”, detalló en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
Guevara, por su parte, fue detenido el 12 de julio por orden de la Fiscalía General, imputado de los presuntos “delitos de terrorismo, atentado contra el orden constitucional, concierto para delinquir y traición a la patria”.
Desde España, Leopoldo López criticó las detenciones y declaró: “espero que ninguna petición de extradición, ni mía ni de ningún otro dirigente, sea aceptada porque tendría consecuencias muy graves”. Advirtió además que todo “lo que ocurra en Cuba va a afectar a Venezuela y al revés”, porque “las dos dictaduras se retroalimentan”.
El proceso de cambio que lleva adelante Chile con la Constituyente, la derrota de la derecha neoliberal en Perú, la posibilidad de que Lula da Silva gane las elecciones del 2022, son algunos de los acontecimientos que podrían marcar el rumbo latinoamericano de los próximos años. En un contexto de inminente derrota de los poderes concentrados locales ligados a los transnacionales es que hay que leer los procesos desestabilizadores recientes. En especial la articulación entre Miami y Colombia, el eje de la operaciones paramilitares con mercenarios que buscan contribuir al caos en la región.
(*)Periodista de Radio Gráfica
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