Por Valeria Rodríguez *
Tras la victoria electoral de Ibrahim Raisi, muchos son los desafíos que quedan por resolver en Irán. Por un lado las cuestiones domésticas como la situación económica, la inflación y la desocupación que son los principales temas que aquejan a la sociedad iraní. Por otro las cuestiones políticas externas que hacen a la política exterior iraní.
Con más de 62 por ciento de los votos, Ibrahim Raisí ganó las elecciones realizadas el 18 de junio. Es la segunda vez que se presenta como candidato, la vez anterior había hecho una muy buena elección quedando en segundo lugar después de Ruhani. Cabe destacar que en ese momento no era muy conocido y no contaba con experiencia política, sino que su experiencia era como administrador de uno de los santuarios más importantes de Irán, el de Imam Reza en Mashhad.
En 2019, Raisi asumió como presidente del poder judicial, siendo uno de los cargos más importantes dentro de la justicia iraní. Desde ese lugar llevó a cabo varios juicios y una purga política en lo que respecta a la corrupción interna, lo cual fue bastante aceptado por la sociedad iraní.
Hay que destacar que si bien ganó las elecciones con más del 60 por ciento de los votos, la participación fue menor a la de elecciones pasadas ya que no superó el 42 por ciento. En una sociedad de más de 80 millones de personas no es menor, aunque no se puede dejar de señalar que la crisis económica por las sanciones afectaron directamente a la población.
El sistema iraní
Después del derrocamiento del Sha de Persia en 1979 tras la revolución encabezada por el Ayatollah Jomeini y el pueblo iraní, se votó un referéndum para implementar un sistema distinto al que regía hasta ese momento. Con 98 por ciento de los votos a favor se incorporó el sistema islámico.
Si bien se lo caracteriza como una teocracia, esto no es tan así ya que se lo podría analizar como un sistema híbrido. Es similar a un semipresidencialismo, con una Constitución, división de poderes y un régimen bastante parecido a la democracia pero en el marco de un sistema islámico bajo la legislación de la Sharía que se centra en el Corán.
En lo que respecta a los partidos políticos, son considerados tendencias ya que luego de la revolución del 79 fueron disueltos y los partidos antisistema funcionan desde el exterior como es el caso de los Muyahidines del pueblo (MEK), un movimiento polémico.
Según The Intercept, este movimiento además de contar con una rama militar cuentan con financiamiento extranjero y una fuerte presencia en los medios de comunicación de Estados Unidos. Incluso utilizan el pseudónimo de Heshmat Alavi, en influyentes revistas como Forbes. De hecho, algunas de esas publicaciones fueron utilizadas por Donald Trump como información para justificar las sanciones, además de tener vinculaciones con la derecha española de Vox.
A su vez, este mismo movimiento en 2012 fue declarado como movimiento terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos, porque en ese momento apoyaba la revolución islámica pero luego decidieron cambiar de rumbo y fueron exiliados.
Conservadores y Reformistas
Dentro del sistema electoral iraní existen tendencias políticas que se caracterizan, de acuerdo a occidente, como “Conservadores” y “Reformistas”. Estos conceptos podrían considerarse como sesgados, ya que en realidad los denominados conservadores continúan con la línea revolucionaria de Jomeini y los reformistas son más parecidos a los movimientos liberales o mejor dicho neoliberales occidentales, por supuesto con sus diferencias.
El saliente presidente Ruhani forma parte de la tendencia neoliberal o reformista, mientras que Raisi es de la corriente revolucionaria considerada conservadora. Algo que diferencia el sistema político de Irán respecto a otros es la figura del Velayat E Faqui, o Líder de la Revolución, que cumple un rol de asesor o guardia tanto espiritual como religioso.
Si bien su papel es de asesoría, tiene la competencia de velar por los intereses del país y, en caso de que exista alguna acción contraria a los intereses del país por parte del presidente, éste tiene la competencia de removerlo, algo de lo cual no existen registros aún.
A pesar de ésto el Presidente tiene la facultad de tomar decisiones y gobernar sin problemas, aunque el Líder suele emitir consejos que pueden ser tomados en consideración por parte del presidente y su gabinete o no, dependiendo de la dirección que desee tomar. Un ejemplo es el acuerdo nuclear. Si bien Jamenei en ese momento aconsejó a Ruhani que tuviera cuidado con Estados Unidos, no evitó que se firmara el acuerdo.
El nuevo presidente, Ibrahim Raisi, no tiene una mirada antioccidental ni antinorteamericana sino que sigue la línea política de Jamenei. Durante la primer conferencia de prensa negó categóricamente alguna reunión con Biden en caso de que se llegue a un acuerdo en Viena y simplemente exigió que se cumpla con lo que previamente se había pactado respecto al levantamiento de las sanciones económicas ya que en su momento, Trump, al retirarse del acuerdo lo hizo de manera unilateral echando por tierra cinco años de negociaciones. Raisi sostuvo que Irán no va a ceder porque siempre cumplió con todos sus compromisos adquiridos.
Mirar al Este
Ruhani, hacia finales de su administración, firmó dos acuerdos importantes que continuarán con el gobierno de Raisi. Por un lado el acuerdo a 50 años con China y por el otro un acuerdo con la Comisión Económica Euroasiática que se espera se profundice durante la nueva administración.
El acuerdo con China es de asociación estratégica y fue por 400 millones de dólares. Está directamente vinculado con la propuesta de la nueva ruta de la seda china.
El gigante asiatico invertirá en la banca, las telecomunicaciones, puertos, ferrocarriles, salud pública y tecnología, además de contar con acuerdos bilaterales en materia de desarrollo de armas y uso compartido de información. Ésto último generó mucho revuelo cuando se dio a conocer en 2019, tras la firma del acuerdo a 50 años.
En lo que respecta a las relaciones con Rusia, se va a intentar fortalecer el desarrollo del Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (Instc), que es una iniciativa conjunta entre India, Irán y Rusia ratificada en 2002. Es parecido a la nueva ruta de la seda y considerado para muchos como la respuesta comercial de India a China.
A su vez, Raisi, buscará continuar con las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática, cuyo antecedente es el acuerdo interino firmado por Ruhani y activo desde octubre de 2019. Según el analista iraní Mohammad Marandi, la posible firma de un acuerdo completo (con Irán como miembro pleno de derecho) traería aparejado consecuencias comerciales positivas ampliando la zona de libre comercio.
Por otra parte, se espera que las relaciones con América Latina se profundicen, especialmente con Cuba, con quien cuenta con un acuerdo para la producción de vacunas nacionales; con Venezuela, país con el que tiene relaciones comerciales y energéticas; y con Bolivia, tras la asunción de Arce.
Bloqueo mediático
Ante la victoria de Raisi, los operadores de la “Comunidad Internacional” salieron a la defensiva utilizando organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional para exigir investigaciones sobre crímenes de Lesa Humanidad, además de publicar cuanto menos la palabra asesino al lado de la del nuevo presidente iraní.
Además de esto, Estados Unidos no dudó en comenzar un bloqueo mediático a aquellos medios de comunicación vinculados con Irán como es el caso de Press Tv que el martes se vio imposibilitado de utilizar su web ya que un cartel en inglés decía “El dominio presstv.com ha sido incautado por el gobierno de los Estados Unidos de acuerdo con una orden de incautación emitida como parte de una acción de aplicación de la ley por parte de la Oficina de Control de Exportaciones y la Oficina Federal de Investigaciones”. El mismo cartel se reprodujo en más de 60 medios de Asia Occidental que incluso no forman parte del gobierno iraní.
Estados Unidos utiliza todas las herramientas posibles para detener lo que ellos consideran como “el avance iraní”. Posiblemente ante la presencia de Bennet como primer ministro, Israel intente persuadir a Estados Unidos a que lo apoye en acciones militares no solamente contra Irán sino hacia la resistencia que en definitiva está conectada.
La semana pasada hubo tres reuniones importantes: G7, OTAN y una reunión informal entre Biden y Putin. En las dos primeras señalaron a Rusia, China y en menor medida a Irán como los peligros para la región. Luego del encuentro de Biden y Putin quedó en claro que Rusia continuará negociando con quienes lo viene haciendo y eso implica mantener buenas relaciones con Irán y China.
(*) Política internacional en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs)
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