El Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires multó a los servicios de delivery digitales – Pedidos Ya, Glovo y Rappi – por incumplimiento en las condiciones laborales de sus trabajadores. La decisión parte de un relevamiento que se llevó adelante durante el mes de julio de 2020.
Los datos analizados fueron recolectados en las 172 inspecciones a trabajadores que realizó la Subsecretaría de Inspección de Trabajo en La Plata, San Isidro, Vicente López, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes y La Matanza. Se detectó falta de cobertura en materia de salud laboral como así también falta de pago de aguinaldo y el otorgamiento de vacaciones.
“Teniendo en cuenta que no hay antecedentes en Argentina sobre una fiscalización laboral sobre estas empresas, a mi me parece un hecho importante. Visibiliza la precariedad laboral, la composición del sector y responsabiliza a las empresas de las relaciones laborales que están creando”, expresó el abogado laboralista Juan Manuel Ottaviano en Radio Gráfica.
“El único antecedente que fue en el sentido diametralmente opuesto es el de la Ciudad de Buenos Aires que, en vez de hacer fiscalización laboral, envió a la Legislatura un proyecto de ley para multar a los repartidores”, remarcó.
Según el relevamiento, 4 de cada 10 trabajadores de las apps de delivery son migrantes. La mayoría, jóvenes (menores de 30 años en el 60% de los casos) y varones (91%). A su vez, el 70% cuenta con la posibilidad de determinar los días y horarios. No obstante, el 88% trabaja entre 6 y 7 días a la semana.
“Es un modelo de negocios y un sistema de organización de trabajo que problematiza la jornada en general y la administración del tiempo. Claramente en este trabajo supera la jornada legal. Los trabajadores en general trabajan más que lo que corresponde para una jornada máxima legal. Eso no significa que lo hagan de manera continua, de manera fija. Efectivamente los trabajadores valoran la relativa libertad de gestionar algunos tiempos de trabajo”, explicó el abogado.
Y agregó: “El tema es cómo compatibilizar esas dos realidades. Cómo tratar de limitar la jornada de trabajo al límite legal, que es un derecho conquistado en todo el mundo, pero al mismo tiempo preservar eso que los trabajadores efectivamente valoran, que es gestionar el propio tiempo, que no te flexibilicen la jornada de trabajo las empresas sino que sean los propios trabajadores que puedan tener la decisión de cuándo interrumpir esa jornada”.
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