Por Juliana Milanesio
En 2014, Johanna Piferrer cursaba un embarazo deseado y dentro de los parámetros normales. A las 33 semanas de gestación inició los monitoreos y controles de salud que se hacen en el último tramo del embarazo, y así descubrió que el corazón del bebé había dejado de latir. A partir de ese momento, el destrato y la violencia que ejercieron sobre el cuerpo de Johanna y el de su hijo – a quien llamó Ciro–, fue lo que impulsó luego un proyecto de ley para que a ninguna persona gestante le suceda lo mismo.
La Ley de Parto respetado, sancionada en agosto del 2004 y reglamentada en 2015, es el antecedente del proyecto de ley 1313D/21 presentado este año por la diputada nacional por el Frente de Todos, Cristina Álvarez Rodríguez, que busca establecer un protocolo para evitar la vulneración de los derechos de quienes pasen por la muerte perinatal.
Sin embargo, la militancia de Johanna para lograr la legislación sobre la muerte perinatal data de hace algunos años. “Desde 2017 hasta mediados de 2019 llevamos la lucha durante un gobierno que había desguazado la salud. Que había devenido un Ministerio en Secretaría. Que no abrió el Congreso para tratar leyes que tuvieran que ver con la salud. Nosotras nos dimos el trabajo sabiendo este contexto de militar el proyecto para que la sociedad lo conozca”, dijo Johanna Piferrer en diálogo con Radio Gráfica.
“Además de parir a nuestros pibes y pibas sin vida, nosotras también pudimos parir la voz”.
“Finalmente perdió estado parlamentario a fines del 2020, en un contexto atravesado por la pandemia entendiendo que la agenda política tenía que abocarse a reconstruir ese sistema de salud devastado. En marzo de este año, Cristina (Alvarez Rodríguez) nos recibió en su despacho a todas nosotras y a las organizaciones hermanas. Le llevamos una carpeta bajo el nombre: ‘Somos el grito de las que parimos invisibilizadas’. Porque además de parir a nuestros pibes y pibas sin vida nosotras también pudimos parir la voz” expresó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la muerte perinatal como la defunción del feto entre la 22a. semana de gestación y la primera semana posterior al parto. En Argentina, en base a esa definición, se registran aproximadamente 6.000 muertes al año.
“No viene a obligar a nadie a hacer algo que no quiera ni sienta, sino a otorgar el derecho a decidir”.
¿Qué propone la ley?
Johanna remarcó que el protocolo “no viene a obligar a nadie a hacer algo que no quiera ni sienta, sino a otorgar el derecho a decidir”.
Los puntos principales del proyecto de ley 1313D/21 son: dar el derecho a la persona gestante a decidir cómo transitar ese parto sin vida. Estar acompañada (o no según se decida) en este proceso. Tener una internación fuera del área de maternidad. Recibir información sobre lactancia. A dar un registro administrativo de estas muertes para comenzar una estadística y prevenir casos.
“La muerte perinatal estaba totalmente invisibilizada y la transitabas en la absoluta soledad. Por eso lo primero que hizo falta fue la visibilización. En este proceso además nosotras generamos redes de contención. Trabajamos en conjunto con la Red de Salud Mental Perinatal, con las compañeras de AboFem Argentina (red de abogadas feministas) y Mumalá Mujeres de la Matria Latinoamericana. Fuimos generando herramientas porque la demanda era grande, para poder contener”, afirmó la militante política.
“Cuando yo hablé sobre lo que me había pasado, la mamá del papá de Ciro le contó por primera vez que entre su hermano y él había existido una hermana, que tuvo muerte perinatal”, declaró Piferrer.
Lo personal siempre es político
La muerte perinatal existió siempre, pero parece que fue un mundo develado por Johanna cuando en búsqueda de sanar ese dolor tan grande de haber perdido a un ser tan querido y deseado como su hijo, la llevó a contar su historia: “Cuando yo hablé sobre lo que me había pasado, la mamá del papá de Ciro le contó por primera vez que entre su hermano y él había existido una hermana, que tuvo muerte perinatal”, declaró Johanna dando cuenta de la invisibilización de esta problemática.
A partir de su experiencia, pero al verla replicada en infinidades de mujeres, Johanna llevó su caso a la justicia. Fue el primero del país en llegar a juicio a través de una denuncia por daños y perjuicios, basada en una demanda y en argumentos sobre Violencia Obstétrica en casos de Muerte Perinatal.
“Cuando nosotras decimos que no estamos solas, no es sólo una frase. Es una práctica militante. Al expresar ‘Nos sostienen las redes feministas’, es un hecho. Además esta mirada feminista tiene que ver con que también respondemos a las subjetividades, donde cada mujer o persona gestante tiene sus creencias, sus tradiciones según su tierra y eso hay que respetarlo también”, concluyó Piferrer.
- Entrevista realizada en el programa Feas, Sucias y Malas, sábados de 9 a 12 hs, por Radio Gráfica.
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