Por Mónica Santino*
Son estos días repletos de frases sobre Diego, mensajes, videos, artículos periodísticos. Su cumpleaños 60 nos trajo toda una vida por encima de todas nuestras vidas. De estas producciones hay una frase que me atravesó y me sirvió para intentar titular emociones, todas esas que se agrupan cuando pienso en Maradona. Y que son imposibles de descifrar. Lo mismo que le pasaba a un defensor al momento de querer sacarle la pelota a Diego. El acertijo sin fin de sus amagues y movimientos de cintura y pies. El arte de ser Maradona.
Decía la frase del periodista español Santiago Segurola: Maradona es un animal poético. En estas cinco palabras se resume el significado del ex jugador de fútbol más grande de todos los tiempos. Poesía en sentido político, transformador, rebelde, con barro. Un ser humano que traspasó infinitamente los límites de la cancha para ser con todos, todas y todes.
No podemos esquivar el bulto en estos días de pensar a Diego desde los feminismos. En una sociedad muy dada a castigar los pensamientos críticos y que obliga a tomar posturas indeclinables en casi todos los temas, en este en particular pareciera que resulta sencillo hacer declaraciones ampulosas y certeras cuando la vida real fluye y cambia permanentemente de estado. Ni hablar en tiempos pandémicos. Ahora que la incertidumbre es casi el vector de nuestras vidas.
Claro que Maradona no es feminista ni por asomo. Me pregunto, ¿debiera serlo? ¿Qué nos pasa a las feministas con su figura? ¿Es imposible amarlo? ¿Está mal?
Como nada en este mundo es tan determinante, sólo ensayo algunas ideas y palabras que ayuden a seguir pensando.
Maradona es el deportista con más conciencia de clase que haya atravesado el escenario deportivo argentino. Jamás reniega de su origen. Siempre está ahí para agitarlo como bandera. Tiene los mismos enemigos, el poder económico, la oligarquía, el poder mediático hegemónico.
Maradona es la expresión de amor colectivo más genuina y poderosa que conozco, además del peronismo. Ama al Che, a Evita, a Cuba y a toda Latinoamérica. Es una síntesis de todxs nosotrxs.
¿Machista? Sí, como toda su generación y tristemente muchas de las jóvenes también. Se llama patriarcado y es el sistema de vida, el armazón donde se apoya la organización social desde hace siglos.
¿Amarlo a Diego sería justificar las violencias hacia las mujeres? No, no se justifica nada. Amar a Diego es una contradicción de tantas sumergida en todo eso que el 10 representa y de las que muchas, muches de nosotres también somos parte. Una poesía de fútbol, de cancha, de amor por la vida sin concesiones, viviendo a fondo con tropiezos, defectos y virtudes.
Me animo a expresar que sin saberlo Maradona también forma parte de nuestros feminismos populares. Genera odios, amores, idas y vueltas. Y pensar un feminismo libre de clasismos es nuestro desafío. Ese que hace años impulsamos desde la barriada, desde la cancha de Güemes en la Villa 31. Un lugar donde nos encantaría recibir a Diego para hacer lo que tanto amamos. Jugar, embarrarnos, seguir deconstruyendo y pararnos en la cancha como en la vida.
*Directora técnica de fútbol, ex jugadora, entrenadora en La Nuestra Fútbol Feminista-Villa 31.
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