El próximo 18 de octubre, Bolivia elegirá presidente. Ante la posibilidad de un retorno al gobierno del derrocado Movimiento al Socialismo (MAS), la presidenta de facto, Jeanine Añez, renunció a su candidatura en pos de unificar el voto derechista. La periodista Gloria Beretervide brindó un panorama de la situación, en el aire de Radio Gráfica.
En su discurso de renuncia a la canididatura, Añez declaró que lo hacía en defensa de la democracia contra el retorno de la dictadura. Al respecto Beretervide comentó que “la derecha tiene un serio problema. Sabe que no gana los votos por las urnas, y no tienen ningún respeto por el voto popular. Los únicos que son dictadores, que hacen golpes, son ellos”.
“Creo que hay un problema en los medios o en la gente, en sus interlocutores. No es posible que Añez hable de un legado democrático, que pasa por la pacificación y la estabilidad económica. ¿A quién se dirige? ¿Quién puede creer sus palabras más allá de sus votantes, en cuyo caso no pasa por la creencia en sí, sino por la necesidad de que Evo Morales no gane?“, agregó.
La entrevistada también explicó que “a partir del golpe del 11 de noviembre de 2019, el intento fue siempre hacer golpes dentro del mismo. Ir corriendo los comicios, a pesar de que este supuesto gobierno de transición llegó solo para garantizar nuevas elecciones, supuestamente limpias”.
“Hubo tres postergaciones. Pasaron del 3 de mayo al 6 de agosto, y después al 18 de octubre. La Asamblea Legislativa, dominada en dos tercios por el MAS, les puso un cepo, determinó que esa fecha fuera la última posible, y quien cambie la fecha va a juicio penal. Por lo tanto, no hay forma de correrlas sin un autogolpe. De todas maneras, el Tribunal Superior Electoral eligió la última fecha posible. Podía elegir cualquier momento antes de octubre o septiembre, pero no lo hizo porque había un intento de correr las elecciones, tal vez hasta octubre de 2021″, describió.

Asimismo, continuó Beretervide, “en Bolivia la gestión de este gobierno golpista fue desastrosa. La economía está absolutamente destruida. Se cambió la exitosa gestión comunitaria plurinacional, que durante catorce años le dio al pueblo boliviano un empoderamiento social y educativo, por la política neoliberal”.
“Está confirmado el desastre que se hizo en el sector de salud durante la pandemia, la falta de gestión, la corrupción en la compra de respiradores truchos, no una sino dos veces, la no aprobación de los bonos de mil bolivianos, propuestos por Luis Arce, para todos aquellos mayores de dieciocho años que estuvieran desocupados, o que fueran madres, lactantes, embarazadas, ancianos. Hubo préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sin aprobación de la Asamblea, y cuyo destino se desconoce. Por lo tanto, los votantes de Añez disminuyeron tremendamente”.
Según informó Beretervide “la última encuesta dio números muy claros. Un 40% de intención de voto al candidato del MAS, Luis ‘Lucho’ Arce. Lo sigue Carlos Mesa, mientras que pasó al tercer lugar Luis Fernando Camacho, aliado de Añez en el golpe, con un 10%, y ella bajó al 7%, quedando en cuarto lugar. Según la ley electoral boliviana, para ganar en primera vuelta hay que obtener más del 40% de los votos y tiene que haber diez puntos de diferencia con el segundo candidato”.

Beretervide también afirmó que “este golpe, tan traído de los pelos, en complicidad con organismos regionales, el hemisferio norte, las transnacionales, no lo hicieron para regalarle el gobierno al MAS en una elección. Por sus recursos naturales, Bolivia siempre fue la presa. No la tuvieron por catorce años. ¿Vos creés que van a dejar en manos del estado boliviano y su pueblo la decisión de manejar la energía del litio? Vinieron para quedarse. Lo único que los puede sacar es un voto popular sin fraude”.
“Llegar a esta elección fue un milagro. Si la Policía y el Ejército custodian las urnas, si las boletas están hechas por la empresa del sobrino del ex candidato a vicepresidente de Áñez, Samuel Doria Medina, si hay miembros de grupos paramilitares nombrados jurados electorales, estamos en problemas, obviamente”, afirmó.
Frente a este panorama, los observadores internacionales serán “el mismo equipo de la Organización de Estados Americanos (OEA), que estuvo en la elección anterior. Eso no garantiza nada. También va a estar la Unión Europea, que vamos a ver cómo se porta. Con suerte va a estar la Fundación Carter, y esperemos que haya algunos miembros del Parlasur, y de otras instituciones. Porque también están preparando a dos mil quinientas personas de la sociedad civil a través de una serie de ONG’s desconocidas, que nunca sabemos de dónde salen”.

Finalmente, Betervide caracterizó al bloque que apoya al gobierno de facto y a sus contradicciones: “el agro siempre estuvo con el golpe. ¿Por qué? Porque la revolución del MAS también incluyó a la burguesía, y les hizo ganar fortunas. Entonces, muchos industriales estuvieron con el Movimiento al Socialismo. Pero hay un grupo para el que el racismo juega más que el dinero. El odio al empoderamiento, al éxito de las, por así llamarlas, burguesías indígenas, como la que se desarrolló en torno al cultivo de la quinoa, o la del comercio en El Alto. La presencia de originarios que estuvieron en el gobierno, están moviendo otras cuerdas en un país tremendamente racista, al nivel de la Sudáfrica del Apartheid, como volvimos a ver durante este golpe con el enarbolamiento de la Biblia y la quema de la Wiphala”.
- Entrevista realizada por Lucas Molinari para Punto de partida (lunes a viernes de 8 a 10)
- Redacción por Martín Gorojovsky














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