La deforestación es una de las grandes problemáticas ambientales en la Argentina. En el año 1900 el país tenía 100 millones de hectáreas de bosque nativo, hoy en día poco más de 30 millones. Sergio La Rocca es ingeniero forestal y uno de los autores del Plan Nacional de Reconstrucción de la Economía Forestal. Habló sobre esta situación y sus distintos abordajes en Radio Gráfica.
“Esta realidad corresponde a un proceso y, justamente, en lo que nos tenemos que preocupar es en revertir esta marcha. Recuerdo la frase del General Perón en su Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo que decía la marcha suicida que ha asumido la humanidad. Tenemos que reaccionar contra este tema y organizarnos para buscar alternativas a ese futuro argentino”, expresó.
La destrucción del recurso natural está bien graficado en el caso de los bosques, con las cifras que corresponden al resultado del primer inventario nacional de bosques nativos, que inició La Rocca en la Dirección de Bosques de la Secretaría de Ambiente hace unos años y quedó como una permanente gestión y monitoreo. “No es una apreciación sino una realidad objetiva la pérdida de ese patrimonio natural”, destaca.
El ingeniero remarcó que “el mayor problema es el aumento de la superficie a través de la frontera agropecuaria”. Además, distinguió particularmente las actividades que llevan a esta reducción del área boscosa entre la deforestación y arrasamiento liso y llano: “Cuando se extrae madera, queda el ecosistema empobrecido, pero queda el ecosistema y hay posibilidades con una clausura de que ese bosque vuelva a tener su capacidad inicial. En cambio, cuando avanzan las topadoras, que es el gravísimo problema, se convierte el ecosistema a otro ecosistema no originario”. En algunos casos, es irreversible el daño que se produce. Una cosa es el empobrecimiento del bosque y otra es la desaparición del ecosistema.
“El mayor problema es el aumento de la superficie a traves de la frontera agropecuaria”
A su vez, otro fenómeno que compone la problemática es el de la concentración urbana, que dada “las condiciones de desocupación y destrucción del aparato productivo en los últimos años de dominación del neoliberalismo, con la destrucción de las PYMES y los problemas conocidos, se ha agravado la desocupación, la marginalidad y el desempleo de las poblaciones trabajadoras”, indicó Sergio La Rocca.
Sobre ese tercio que ha quedado del bosque nativo argentino, el avance no se ha detenido. Las grandes extensiones sojeras y de otros cultivos siguen restando forestación y patrimonio natural. “Esas 30 millones de hectáreas que quedan de bosque nativo no podemos disminuirlas, porque si no los problemas socio ambientales que generaría serían muchísimo más graves. Afectaría incluso las riquezas de las extensas regiones de la pampa húmeda”, señaló La Rocca. Y añadió que no se puede “seguir admitiendo los gravísimos problemas sociales de salud, de hacinamiento que genera estas poblaciones que están sin trabajo en las zonas periurbanas de las grandes capitales” relacionando ambas caras del conflicto.
Y subrayó: “Tenemos cada día más despoblado nuestro interior, nuestro territorio”.
“Nuestro pueblo no es un pueblo que tenga conciencia de cómo manejar el recurso forestal nativo. Ahora, frente al mal manejo, al mal destino que han tenido los suelos forestales, los espacios y los ecosistemas, reaccionamos en un sentido quizás equivocado. El hecho de ser tan ricos en una pampa húmeda casi exclusiva en el mundo, de condiciones ideales, desde el punto de vista del clima y el suelo que hemos dejado el patio trasero, el resto de país que es semiárido y en algunos casos boscoso, con un patrimonio originario de 100 millones de hectáreas y nunca hemos tenido una conciencia de que eso también es un recursos productivo”, puntualizó.
“Uno al trabajar el bosque con conciencia lo va mejorando”
A nivel no sólo nacional sino también internacional, la defensa de los bosques nativos ha sido tratada como una restricción para el trabajo foresta. De esto se diferencia La Rocca, quien planteó que “todos los bosques en los pueblos, en las ciudades, en los países en donde la actividad forestal está inculcada dentro de su cultura, la posibilidad del aprovechamiento, siempre que se haga bien, es un bien de producción”.
Y explicó: “Si hubiésemos aplicado un principio elemental de ordenación, que es extraer la renta, hubiésemos sacado la misma cantidad de madera que se sacó a través de forestación de empresas y de las comunidades y tendríamos en este momento el mismo capital inicial, quizás mejor aún. Uno al trabajar el bosque con conciencia lo va mejorando. Este principio, que es básico de la ordenación forestal, no se ha aplicado ni se tiene en la conciencia de que esto se puede hacer. Es un camino difícil, no es fácil pero a ese objetivo tenemos que llegar”.
En torno a este concepto, Argentina es pionera legislativamente con la sanción de la Ley 13.273 del año 1948, obra de uno de los primero ingenieros agrónomos dedicados al tema forestal. que fue Lucas Tortorelli. “Así como la medicina tiene a Ramón Carrillo como el hombre del peronismo del primer y segundo gobierno sobre el tema de la Salud Pública, los forestales lo tenemos a Tortorelli”, confesó el entrevistado.
Cómo síntesis del abordaje, La Rocca analizó la deforestación del bosque nativo que tuvo lugar en Argentina: “A veces viene la confusión del hombre de la motosierra como el diablo. El hombre con la motosierra puede ser una herramienta a favor del bosque, extrayendo lo que está maduro, lo que se puede extraer. Estos conceptos están un poco distorsionados dentro de la opinión pública. Y es el camino más difícil porque los sobre proteccionistas han ganado el espacio público y es difícil esto convertirlo en una política” concluyó.
- Entrevista realizada por Viviam Elem en En qué nos parecemos (sábados de 13 a 14)
- Redacción por Lautaro Fernández Elem
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