El 29 y 30 de Mayo de 1969 se desarrolló en Córdoba, la coalición y la movilización obrera más trascendente del siglo XX en Argentina. El Cordobazo no solo implicó la organización y la lucha contra la dictadura de Onganía, sino que además representó los deseos y anhelos del movimiento popular en su conjunto. Protagonismo, emoción y pertenencia: una lucha que quedó en la historia. En los Especiales de Radio Gráfica, el historiador Enrique Arrosagaray y el abogado y militante Luis Fanchín expusieron sus experiencias y puntos de vistas junto a Gabriel Fernández.
Agustín Tosco, Elpidio Torres, Atilio López: un nuevo aniversario de la movilización obrera y de lucha popular. Corría el año 1969, y el rechazo hacia el régimen dictatorial de Onganía, sumado a la lucha obrera y sindical, confluyó en uno de los movimientos más importantes de la historia política nacional. “Hubo una concordancia de los sectores sindicales”, señaló Fanchin, y explicó que “el movimiento obrero es el que encabezó, organizó y lo llevó adelante. Y produjo una de las mayores resistencias colectivas y populares a una dictadura que, en realidad, comenzó en el ´55”.
Con respecto a las percepciones sobre el Cordobazo, Fanchin expresó que “el Cordobazo fue el último acto de masa de la resistencia peronista”. En este sentido, Arrosagaray indicó que “en política confluyó todo lo antidictatorial. Había un odio muy fuerte a la dictadura de Onganía”. Fanchin, por su parte, añadió que “había un rechazo al régimen dictatorial que, en definitiva, tenía un objetivo: el no al peronismo”. La unión y la confluencia de intereses obreros y populares tuvo lugar, en una época donde el protagonismo sindical fue clave.
En este sentido, Arrosagaray señaló que el odio “permitió unir a radicales, peronistas, gente de izquierda y al tercermundismo, que estaba caminando por nuestro país”. Además, añadió que “había una movida de un sector militar para desalojar a Onganía, lo que después fue Lanusse y su corriente”. Por otro lado, Fanchin puntualizó que el movimiento tuvo “la característica de que fue organizado, encabezado y armado por el movimiento obrero, y por las dos o tres líneas de ese movimiento. Una línea vandorista, de Elpidio Torres; una línea combativa, de Atilio López de la UTA; y un sindicalista independiente que era Agustín Tosco”.
Protagonistas del movimiento y referentes como Torres, López y Tosco, representaron el significado de unión y compañerismo obrero en un momento de extrema ilegitimidad dictatorial de Onganía. “Se logra una unidad de tres tipos que tenían una ideología bastante variada”, expresó Fanchin. Arrosagaray, por otro lado, indicó que “Estos hombres que con mucha decisión, aprovechando el prestigio de Tosco y la enorme masa de laburantes que conducía Elpidio López, gestaron este hecho que en principio iba a culminar con un acto en frente al edificio de la vieja CGT de Córdoba, y que terminó tomando la ciudad”.
La importancia del movimiento radicó en la organicidad, la unión y la colaboración de líneas sindicales que, si bien no tenían las mismas visiones políticas, si confluyeron en una forma determinada (y necesaria) de ver el mundo en esa época. “Tosco tenía la misma interpretación, desde el punto de vista de la organicidad, que los otros sindicalistas. Elpidio era del sindicato de SMATA, que estaba en contra de Vandor, pero Elpidio tenía su visión propia en Córdoba, y tenía que basarse en Bandor para que la conducción nacional no lo interviniera”, expresó Fanchin. El abogado laborista, además, añadió que “Atilio pertenecía a los sectores del sindicalismo combativo”. La coalición de distintos frentes del sindicalismo nacional permitió que se genere,en términos de Arrosagaray, “una gran unidad de acción esos días”.
Por otro lado, Fanchín señaló que el Cordobazo hay que encuadrarlo “con uno de los primeros grandes actos de masa que había sido el frigorífico Avellaneda. Eso se encuadró dentro de lo que significó la resistencia a la dictadura”. Y en este sentido, el abogado indicó que “podemos decir que había un fermento democrático”. Este cansancio, expresado en odio al régimen político, se tradujo en lo que fue el movimiento popular más importante del último tiempo en Argentina. “El Cordobazo es el resultado del movimiento obrero cordobés en una de las etapas más ricas del movimiento obrero en Argentina. Fue decisivo para el retorno de la democracia, más que un retorno de Perón, un retorno a la institucionalización”, añadió.
El camino hacia el Cordobazo fue un movimiento que es considerado espontáneo por un lado , y por otro, no. “Ese proceso comenzó en el año 57’, cuando se recupera la CGT de Córdoba. Ahí tenemos que encontrar las raíces del Cordobazo: en un momento donde los partidos políticos eran un conjunto que se armaba cuando había algún proceso electoral, donde la resistencia del pueblo estaba ordenada por las fuerzas del sindicalismo”, explicó Fanchin. Para Arrosagaray, el gran movimiento de trabajadores en Córdoba, y la acción política y de lucha, “fue fortificando y emocionando a la masa de trabajadores, y producto de los intentos de frenar de parte de la policía y la caballería, fue produciendo en la zona cantidad de combates, barricadas, fogatas y de luchas que, el acto que se iba a hacer quedó en un segundo plano, terminó en la toma ciudad”.
Los combates en la ciudad se prolongaron durante el día, y los movimientos fueron inundando la zona. “El día del Cordobazo tiene 3 etapas”, señaló Fanchin. “La primera, que es la movilización obrera, hasta que se desmadra la cosa a las 13 horas, cuando la policía lo mata a Máximo Mena. Ahí, en una segunda etapa, la policía se queda sin elementos de represión cuando se desmadró todo, y se tienen que refugiar en sus comisarías. Y a partir de ahí se introduce una explosión de la gente que sale a la calle de forma desorganizada, eso es lo espontáneo del Cordobazo. Y se normaliza a las 5/6 de la tarde, cuando ingresa el ejército”. De todas formas, el abogado no considera al Cordobazo como un fenómeno espontáneo, sino que tuvo que ver con un proceso histórico que se fue organizando y gestando a lo largo de la década del 50´y 60’.
En otro orden de ideas, Fanchin añadió que el Cordobazo fue “un proceso donde hubo 5 muertos, dos o tres fueron por balas policiales, y los otros dos por el accionar policial pero no fueron por heridas de bala. No hubo esa cantidad de muertos que algunos chantas por ahí andan diciendo”. Expresó, además, que “no hubieron francotiradores, y por eso no hubo más muertos”. Y por último, indicó que “no fue dirigido por organizaciones de izquierda, sino que fue dirigido fundamentalmente por el sindicalismo peronista”
Las interpretaciones sobre el Cordobazo son variadas. Sin embargo, constituyó la capacidad de abroquelamiento y unión del sindicalismo y del movimiento obrero nacional, en contra de un régimen dictatorial como el de Onganía. Arrosagaray señaló, en este sentido, que “esta cuestión también tiene que ver con la importancia del movimiento obrero, y la importancia que tiene si los laburantes se deciden a protagonizar la vida política de nuestro país”. Por otro lado, añadió que hay algo fundamental aquí, que tiene que ver con la continuidad del proceso: “Lo que los laburantes hicieron al otro día, al entrar en las fábricas, lo que menos hicieron fue laburar, sino preguntarse “qué hicimos”. Eso fue generando un proceso que llevó al surgimiento de experiencias de clasismo en Argentina, hasta que vino la dictadura para degollar ese proceso”.
A un nuevo aniversario del proceso más significativo en materia sindical y obrera, es menester realizar un recordatorio para mantener la memoria del concepto de unión y lucha política. La interpelación de la movilidad social y de la política nacional en los sectores sindicales habla de la importancia del movimiento de trabajadores. El Cordobazo, más presente que nunca, trasciende tiempos y espacios.
- Entrevistas realizadas por Gabriel Fernández en Especiales Radio Gráfica (Viernes 18 a 19).
- Redacción por Juan Patricio Méndez.
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