Marcelo Koenig, diputado nacional por el Frente de Todos, dialogó en Radio Gráfica tras la primera sesión virtual de los legisladores en el Congreso Nacional. Hizo hincapié en algunos puntos del debate y expresó la importancia del fortalecimiento de la comunicación popular, en contrapeso al poder hegemónico comunicacional.
-¿Que tal la experiencia, el teletrabajo de los diputados que se empezaron a registrar? ¿Cómo viviste esa experiencia?
Es una experiencia nueva esto de conectarse vía remota. Una experiencia que ya se viene realizando desde hace tiempo. Mientras los diputados y diputadas de Juntos por el Cambio pasaban por la televisión, diciendo que el Congreso estaba cerrado y “haciendo jueguitos para la tribuna”, lo cierto es que se venían realizando reuniones de comisión por vía telemática, donde recibimos informes de ministros y secretarios de Estado. Tanto los diputados y diputadas del oficialismo como los de la oposición hacían preguntas, intervenían. Hay toda una experiencia que fue complicada y difícil, porque la mayoría de los diputados no son nativo digitales. Por lo cual no es tan fácil ese tema, pero realmente fue fructífera. Y a esta primera sesión, se le agregó el tema del reconocimiento porque había que legitimar no solamente la participación sino la efectiva identidad para el tema del voto. Realmente es una experiencia muy interesante que no creo que tenga carácter permanente, algunos están enamorados de las herramientas, pero me parece que la democracia tiene que encontrar, como el agua, el camino por donde pasar. Y no podía ser que no pudiéramos tener ninguna sesión por el tema de la cuarentena y ahora encontramos, por ese lado, el lugar por donde pasar.
-Del debate, ¿qué te gustaría subrayar, dónde te parece que hay que poner el énfasis?
A mí me gustaría enfatizar en dos discursos de la bancada propia. Por un lado, el de Cristina Álvarez Rodríguez, que es la Secretaría Parlamentaria de nuestro bloque y que planteó una cosa que es central, como discusión estratégica. Y es que, cuando necesitamos, todos recurrimos al Estado porque es la salida. De alguna manera esta es la parte de la discusión para adelante que nos deja la pandemia y es parte de la discusión de la estrategia, en estos tiempos que se cuestiona tanto al Estado, que se venía cuestionando mucho desde los tiempos de la globalización. Por la televisión andan personajes siniestros haciendo gala de un ultra neoliberalismo. Esta idea de la recuperación del Estado es parte de la discusión central de la Argentina que viene, o por lo menos, creo que va ser la forma de salir de la destrucción que nos deja el macrismo, sumado a la pandemia.
Y la otra cosa que me pareció interesante fueron dos o tres planteos que hizo el Jefe del Bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, cuando planteó que el hambre mata a la cuarentena. Y hay que ver, cuando el hambre mata la riqueza obscena que tienen lo más ricos. Ahí, también una veta super interesane para discutir y pensar, porque de una vez y para siempre, tenemos que establecer la relación que hay entre la riqueza obscena que tienen los megamillonarios de la Argentina y la pobreza, que lamentablemente se va extendiendo más para millones de argentinas y argentinos.
– Voy aprovechar para meterte en problemas, con esa observación final. La percepción de una buena parte de la militancia nacional popular es, que comparte el diagnóstico con el oficialismo pero no llegan las medidas relacionadas con meter mano en los sectores concentrados, trabajar sobre la desmonopolización y beneficiar al campo popular más humilde, más allá de algunas asistencias de emergencia. ¿Es así, o de alguna manera estamos exigiendo o pensando en soluciones demasiado rápidas?
Es imprescindible comprender, y esto lo repito hasta el cansancio a mis propios compañeros, que el Estado no es una botonera, en donde si uno es compañero toca los botones correctos y si uno es gorila toca los botones incorrectos. Ojalá fuera eso, sería todo mucho más simple. El Estado se parece más a una balanza, donde uno tiene que construir determinado peso para inclinar las decisiones hacia algún lado. Creo que la sociedad argentina, no casualmente, viene de cuatro años de neoliberalismo brutal sin caretas ganado por primera vez en la historia argentina, a través del voto. Pero también, la sociedad argentina dijo, la salida no es por este lado, sino por otro lado, con lo cual hay un nivel de legitimidad. Pero ese nivel de legitimidad también se confronta con esa historia reciente y con el 40% de votos que sacó ese macrismo, después de haber hecho desastres con todo. Por lo cual, hay que pensar cuál es la correlación de fuerzas, que tampoco es una cosa anquilosada que no se puede mover nunca, sino que hay que pensar la cuerda. Las decisiones que tensan la cuerda son decisiones del poder político. Creo que lo que tenemos que hacer entre todos, por lo menos aquellos que creemos. Comparto absolutamente la idea, de que el proyecto de país es un Estado interviniendo mucho más fuerte en la distribución de la riqueza y la construcción de justicia social, afirmando la soberanía, entre otras cosas con las que nos formamos en la matriz nacional y popular, en las que creemos y tenemos que ir generando la hegemonía necesaria para que esta se traduzca en políticas públicas. Creo que ahí está el desafío. Bueno, cada uno lo podrá hacer desde el rol que a uno le cabe. En mi vida militante, traté de militar con esa consigna, con esa bandera, con esa lógica y ahora con el rol que circunstancialmente me toca ocupar como diputado. También trataré de inclinar la cancha para vivir en una Argentina más digna.
– La cobertura de este presente, en manos de medios concentrados, está desfigurando bastante la realidad que atraviesa el pueblo, que en materia de lucha contra el coronavirus ha cerrado filas con el gobierno para poder ir adelante y sacar la nación con la menor cantidad de víctimas posibles. Ayer, Artemio López, en este mismo espacio nos decía “Están procediendo igual que lo hacían con Cristina, en el último tramo de su gestión” ¿Que pasa ahí, cual es el “interés básico” de estos medios que están bombardeando la gestión de Alberto sin miramientos?
Creo que este tipo de maniobras nos permite comprobar, una vez más, lo que decía específicamente Jauretche “La opinión pública no es lo mismo que la opinión comunicada”. Esta idea de que los grande oligopolios mediáticos que tiene Argentina y que, obviamente, no se acabaron con la Ley de Medios que fue derogada por un decreto del gobierno de Macri, y que todavía es una deuda enorme que tiene el país de construir una comunicación que no esté concentrada en manos de unos cuantos con sus intereses concretos, para poder generar una comunicación que tenga más que ver con los intereses, con los sentires y las necesidades populares. Me parece que acá, uno hasta puede hilvanar en este caso algunas cuestiones muy concretas que son los intereses materiales que tienen algunos de los principales monopolios de la comunicación. El caso de Clarín, su interés- como bonista y como parte de los acreedores de la deuda externa argentina- es tratar de poner de rodillas a este gobierno para que tenga que pagar la deuda en las condiciones que ellos quieren y no en las condiciones, en que los argentinos y argentinas pueden hacerlo.
-Ahí, se nos bifurca el debate porque hemos consultado a periodistas de distintas orientaciones y hay básicamente dos versiones. Unos que dicen, está bien el tono de diálogo impuesto por Alberto porque aliviana lo que se llamó, en algún momento, la grieta y genera tranquilidad en sectores opositores. Y otros dicen, no se puede permitir que operen de este modo los monopolios concentrados en medio de una emergencia sanitaria que abarca a toda la sociedad y hay que tomar medidas para evitar que sigan lanzado acusaciones sin sentido. ¿Cuál es tu visión al respecto? ¿Seguir el diálogo a pesar de la reacción de estos medios o, a través de algún tipo de sanción económica o punitiva se adecuen a la transmisión de la realidad?
Creo que el estilo y la impronta propia que tiene Alberto Fernández tiene más que ver con esa práctica que está desarrollando y que es eso, lo que de alguna manera voto la sociedad argentina. En este sentido, me parece que más allá de la situación de excepcionalidad que implica la pandemia y la peligrosidad que tiene esos ejercicios monopólicos de la comunicación en este marco, lo que podemos esperar de este gobierno es lo que está haciendo. Me parece que de eso, no hay mayor duda, no de un no debe ser, sino de como transcurre la realidad.
-Seguramente ahí vamos a coincidir, en lo que si se puede exigir. Ya no sanciones para otros, pero si fortalecimiento de lo propio, de las elaboraciones que el pueblo ha ido realizando en el orden comunicacional.
Estoy convencido de eso, yo creo que hay que fortalecer la comunicación popular, ni siquiera es que hay que armar un gran monopolio del otro lado, una especie de mega empresa estatal de comunicación, no. Lo que hay que hay que hacer es fortalecer “las miles de flores” que existen en la comunicación popular y que están mucho más cercana a los sentires, los pensamientos y a los intereses materiales concretos de los millones de argentinos y argentinas, que a los negocios que son la bandera principal de los grandes monopolios. Hay que discutirlo y promoverlo, y que finalmente va a terminar cambiando y revolucionando la comunicación en la Argentina. Pero al mismo tiempo, creo que el desfasaje del que vos hablabas antes, sigue desprestigiando. Hace muchos años, Clarín instalaba claramente el sentido común de la sociedad, pero creo que a partir de la Ley de Medios eso se puso en tela de juicio y eso está bueno.
-Finalmente, ¿no sé si hay información entre los legisladores, sigue esto, hay cuarentena para rato? ¿Cuáles son las previsiones que se escuchan acerca de los datos sanitarios y de las previsiones oficiales para hacer frente a la epidemia a lo largo del año en curso?
La verdad es que estoy de acuerdo con estas decisiones del Gobierno Nacional respecto a cómo está llevando la cuarentena, porque me parece que para cualquiera de los que somos peronistas, el tema de cuidar la vida es una cuestión fundamental. De eso no puede haber duda, tiene que haber alineamiento absoluto en torno a ese objetivo y después tendremos que ver como reconstruimos la Argentina. Pero lo importante es que la Argentina no termine enterrando a muchos de sus hermanos y hermanas, por poner en marcha la economía. Ahí, hay una discusión que ya fue ganada en la sociedad argentina y me parece que el gobierno la está manejando en los tiempos con bastante habilidad. Y la nueva etapa, la que Alberto llamó la cuarta etapa, para algunos sectores de la sociedad argentina que no son las grandes urbes, está bueno. Sí me preocupa que va a pasar con el Conoubano y con la Ciudad de Buenos Aires que son las que tienen la mayor cantidad de casos de coronavirus en la Argentina.
- Entrevista realizada por Gabriel Fernández en La Señal (lunes a jueves de 18 a 20hs)
- Redacción por Lucía Izaguirre
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