Los barrios populares de la Ciudad llevan 891 casos de COVID-19 confirmados, de ellos los más afectados son el Barrio Padre Mugica (31) con 628 casos y el Barrio Padre Ricciardelli (1-11-14), con otros 226. A raíz de esta situación Elizabeth, trabajadora de la salud de la Villa 31, dialogó en Radio Gráfica sobre el desarrollo de la crisis sanitaria.
La entrevistada relató la llegada del virus: “El primer caso cero que se dió en la Villa 31 fue la madre de 84 años de una de las vecinas. El padre quedó internado en situación crítica ya que ambos eran ancianos. Ella llamó al SAME, al Hospital Fernández y no le enviaron la ambulancia, como usualmente sucede acá con cualquier caso que se ve agravado. La ambulancia no viene o viene tarde, muy tarde, y comprendo que suceden cosas que no deberían pero no somos el total. Siempre hay gente que actúa mal en todos los órdenes y estratos sociales. La señora se sentía muy mal, un vecino la llevó al hospital y él también quedó en cuarentena”.
Elizabeth reclamó el accionar del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: “Todo esto se da mientras la Secretaría, que pertenece al jefe de Gobierno Larreta y que tiene a la cabeza a Diego Fernández, dice que se ocupa íntegramente del caso cero aislando a la señora que vivía en el inquilinato, en el cual 15 personas tenían un solo baño. Ellos no se hicieron cargo de esa señora sino un vecino”.
“Tampoco cumplen todo el protocolo COVID-19, no aíslan a las personas y no toman ninguna actitud”.
En relación a la falta de atención del Estado, la vocera expresó: “Esto fue el puntapié inicial para que se desbordara todo en el barrio y hubiera la cantidad de personas confirmadas por COVID-19 que encontramos hoy. A esto se suma la falta de agua, hace meses no se termina el acueducto, que también Horacio Rodríguez Larreta y la Secretaría, que es la que nos administra de algún modo, dijeron que iba a estar terminado para fines de septiembre del año pasado”. Y detalló: “AYSA dijo que la presión de agua en el barrio es la más alta de los barrios de CABA y que el problema estaba en cómo lo administraba el Jefe de Gobierno de la Ciudad”.
“El tema es la totalidad de los vecinos en un barrio tan rico con un presupuesto tan amplio. Mil millones tenía la Secretaría para invertir en la infraestructura del agua. El acueducto que era para el barrio se hizo para el Ministerio de Salud, McDonalds y FlechaBus”, expresó.
La entrevistada explicó también la consecuencia de que no se termine ese proyecto: “La falta de agua no es en todos los barrios del Carlos Mugica. Hay manzanas que hace meses no tienen. Cuando hay en una, en la otra no, y cuando se logra el consenso entre ellas, la presión es ínfima. Eso va en perjuicio nuestro porque al haber menor presión hay más proliferación de bacterias y más enfermedades”.
“Veo que se está primando esta enfermedad por sobre las otras, parece ser que el que no está enfermo de COVID-19 no está enfermo”
Sobre la actitud del Gobierno Nacional, la vecina explicó: “De algún modo está queriendo hacerse cargo, al haber iniciado los testeos y al querer ver que esto tome el cauce que debió haber tomado inicialmente. Veo que tratan de consensuar con Ciudad para que todo vuelva a la normalidad pero mientras tanto el daño se hizo y fue inmenso”
“Creció la cantidad de casos porque el Gobierno de la Ciudad lo permitió, no solo al no tomar los protocolos correspondientes con la paciente cero sino que, además, lo sigue haciendo porque de acá se llevan una veintena de personas en un mismo micro sin que todavía esten confirmados los casos de COVID-19. Y cuando le hacen los hisopados, y a las 48 horas les dan los resultados, resulta que en el mismo grupo hay gente que le da negativo y la envían aquí y otra que envían a los hoteles, qué nos garantiza que esa gente no se haya infectado”.
Elizabeth habló sobre su trabajo como enfermera y la situación en esos lugares: “Hago guardias pasivas en tres clínicas privadas, observo que prácticamente están todas vacías. Por ejemplo, en el segundo piso de una, hasta el lunes solo había cuatro casos de COVID-19. En el tercer piso de la otra había 6 casos entre confirmados y no confirmados. Leo y veo que se está primando esta enfermedad por sobre las otras, parece ser que el que no está enfermo de COVID-19 no está enfermo”.
En relación al “ruidazo” que llevaron a cabo el martes pasado para mostrar lo que está sucediendo en la villa, la enfermera expresó: “Vamos a seguir haciendo los cacerolazos todos los días a las 20 horas para que el Gobierno no solo prime su negocio inmobiliario como un Puerto Madero II acá sino para que por favor nos dé el agua potable para poder consumir y frenar esta pandemia y que no se siga extendiendo a todos los barrios que nos suceden”.
- Entrevista realizada por Gabriela Piovano en Por las Dudas Escuchá (martes de 22 a 24)
- Redacción de Lorena Fernández Bravo
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