Néstor Gorojovsky, periodista y analista internacional, dialogó con Radio Gráfica sobre la contraofensiva política mediática de los sectores de la oposición que buscan movilizar al pueblo, generando una psicosis contra el gobierno de Alberto Fernández.
Entrevistado por Gabriel Fernández, el analista internacional hizo foco en cómo la oposición ha generado movimientos para “complicarle la vida a un gobierno, que está tratando de resolver problemas muy graves”, sin importarles “poner en peligro vidas humanas”
-Vamos a fondo. ¿Quién es la oposición? Porque viste que no hay eje, un día hablan de los médicos cubanos y otro día hablan de cualquier cosa ¿Quién impulsa eso?
Los que impulsan son los que se beneficiaron con el gobierno que logramos sacarnos de encima. A decir verdad, voy a retrotraerme a un año, cuando empecé a tener la certeza de que había posibilidades reales de vencer en las urnas al macrismo. Tenía la idea de que, si estos tipos eran derrotados, iban a destruir todo y dejar una catástrofe en el país. Y apenas cambiara el gobierno, iban a ser una oposición feroz y brutal para impedir que se pudiera consolidar. Esto es lo que creía antes, y si tomás audios viejos, eso es lo que tanteaba y lamento haber tenido tanta razón. Lo único que no aposté, es a la recepción del pueblo argentino que es moderada, pero indudablemente en ciertos límites y en ciertos bordes hay gente que está dudando de que lado colocarse en esta disputa. Por esto mismo que vos decís, por el carácter difuso. Dicen lo necesario para confirmar viejos perjuicios. Lo hacen porque la diferencia entre la respuesta que ellos tienen para la gente y la realidad que verdaderamente ofrecen, es demasiado ostensible y necesitan recurrir a estos mecanismos de neurosis o psicosis colectiva para sostener algún apoyo. Lo importante, es que por ahora no ha habido una repercusión popular de estas movidas. Creo que en realidad, una de las razones de esta virulencia está en el hecho de que ese porcentaje adicional que lograron sacar en la movida final- hacia las elecciones- de la primera vuelta, se les dio vuelta y eso nos pone más nerviosos todavía.
En la medida, en que no entre a golpear de verdad, esto va a seguir porque van a tomar cualquier gesto de confrontación como una debilidad. Esto es la cuestión central, es lo que siempre ha ocurrido con el bloque oligárquico- imperialista. Ellos creen y actúan en función de esto, y son muy convincentes cuando actúan, que cualquier posición contemplativa de nuestro lado, lo único que demuestra es nuestra debilidad. A mí me da la impresión, de que ha llegado el momento de demostrar de que no hay debilidad en esto, sino que hay un cuidadoso manejo de la Argentina, pero que tiene que empezar a sacarle el dinero a quienes se lo han llevado. No digo a quienes lo tienen, sino a los que se lo han llevado. Tienen que empezar a meter al Estado donde tienen que meterlo, sin asco. Y el tema comunicacional, habrá que ver como se maneja. Si tratar de dejarlo en el aire o no, eso es un tema complicado. Cuando digo de dejarlo en el aire, no estoy diciendo que se le corte los parlantes a la usina de infección y veneno. Aunque en un país, enserio, eso se habría hecho hace rato por la simple consideración de que se trata de un ataque que viene de una potencia extranjera y de sus lacayos locales.
– ¿Qué sectores internos le están buscando “el pelo al huevo” a Alberto Fernández? ¿a qué sectores te referís? y ¿dónde estaría la crítica inadecuada?
La crítica inadecuada está en la caracterización, a mi modo de ver, unilateral. Más de insulto que de argumento, con respecto al gobierno. “No, porque este gobierno es socialdemócrata”, “no, porque estos al final arreglaron con Héctor Magnetto”. Ese tipo de cosas no sirven para nada, salvo para la oligarquía. Y uno escucha dentro de nuestro propio campo, cosas de ese tipo y eso preocupa. Pensaba en ese tipo de actitudes, que son golpes de demolición.
– Se suscribió un acuerdo de baja salarial con la CGT. Ahora, la CGT está reunida con Alberto y con la Unión Industrial Argentina (UIA). La Corriente Federal de los Trabajadores no está muy feliz al no haber sido consultada para tomar esa determinación. Moyano salió a rechazar ese acuerdo, los camioneros no van a bajar su salario. ¿Qué pensás en un momento de pugna por la distribución interna?
Son varias las cuestiones que pienso. En primer lugar, cuando una central de trabajadores acepta que un sector de los asalariados- porque es verdad que esto no es para todos- pase a cobrar menos que su salario ya obtenido, eso en sí mismo, ya es una mala señal. Y un poco por los mismos argumentos que te daba antes, porque no demuestran que son grandes estadistas. Que lo diga la CGT general, me parece una pésima señal, más que una mala señal. Por otro lado, están los acuerdos parciales que en mi opinión-en general- van a rechazar esta consigna. Creo que lo de Moyano no es un grito en soledad, y que este acuerdo va a ser derrotado por la realidad de los hechos. Además, fue un error de parte del Ministerio de Trabajo homologarlo. Aunque, parece que el Ministerio de Trabajo lo homologó sabiendo- lo que yo creo que va a suceder- que en los acuerdos de sindicato por sindicato, no obliga nada y esos acuerdos se van a dirimir en el libre juego de la confrontación de fuerzas entre patronal y trabajadores. Estas son las cosas que no se hacen.
Después, viene un dirigente sindical y te dice “a los compañeros les están diciendo, que los van a echar. Y que entonces, mejor negociemos un acuerdo a la baja pero que no los echen”. Y sienten que puede ser verdad.
Hay una cuestión, que tiene que ver con la actitud, que puede tener el gobierno o no. No se ha notado respecto al tema de legislación laboral, el cambio de gobierno que hemos tenido. Alguien podría decir- y yo no estaría conforme- que el acuerdo fue para sacar a Macri. “Ahora, déjanos gobernar a nuestra manera”. Hay sectores del propio movimiento nacional, que dicen que nosotros tenemos que cuidar a las pymes que no pueden pagar. Esas cosas son argumentos internos. Lo único bueno de todo esto, es que es una discusión entre nacionales y no una pelea a muerte contra la fuerza de tarea de ocupación. La fuerza cívica de ocupación está afuera. Pero indudablemente, aquí hay discusiones entre nacionales que hay que dirimir en favor del bien común y me parece que tirar a la baja los salarios– cuando después se va a tener que salir de la pandemia y del parate general, con toda la fuerza posible de un mercado interno que tiene que rápidamente recuperarse para que las máquinas se pongan a laburar- es un error grave, visto desde el lado de la CGT.
-¿Qué pensás vos para este año? Creo que tenemos un horizonte de mediano plazo más favorable.
-Económicamente suscribo a una declaración- ya hace varios meses, antes de la pandemia- de Alvarez Agis “Va ser un año pésimo, si tenemos suerte”. Salir del horror macrista nos va a costar muchísimo, no significa que no se pueda salir. Hay algunos elementos que están empezando a brotar a nivel mundial que pueden darnos una inesperada palanca a mediano plazo, más allá del 2020. Se está reconfigurando la distribución del poder económico mundial y un país como la Argentina está en condiciones, si logra estabilizarse internamente, de maniobrar para poder procesar en su favor esta recomposición de la hegemonía económica. Creo que va haber mejores condiciones para negociar con nuestros acreedores, y a mediano plazo pueden pasar cosas muy importantes, como para que los acuerdos, mejoren. Pueden suceder cosas muy graves en los países imperialistas, en este momento. Los acreedores y los bonistas pueden llegar a estar pensando, seriamente, en la posibilidad de arreglar por menos de lo que terminamos arreglando, si es que terminamos arreglando ahora. Se les viene la noche a estos muchachos, creo. Hagamos el esfuerzo de salir de la lógica de pensar más en los errores que dicen que cometen los nuestros, para mirar con objetividad el avance del gobierno y sus retrocesos. Es fundamental que lo hagamos este año.
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