El filósofo y teólogo Rubén Dri compartió, en el aire de Radio Gráfica, algunas reflexiones acerca de los efectos políticos, económicos y sociales producidos por la pandemia del virus COVID-19 o Coronavirus a nivel global.
En diálogo con Lucas Molinari en Punto de partida, Dri indicó que “es un momento en que debemos sentirnos juntos, solidarios. Hay que pensar la comunidad, y pensarnos a nosotros, como parte de un todo en el que estamos absolutamente comprometidos, no sentirnos solos. Y no pensar solos sino con otros, a la vez sin romper los cuidados que debemos tener. Volvemos a aprender algo que deberíamos saber de memoria y hacer carne de nuestra carne: cuidarnos a nosotros es curar a los demás. Lo aprendimos no solo en el cristianismo, sino también en el peronismo”.
“Hay que pensar la comunidad, y pensarnos a nosotros, como parte de un todo en el que estamos absolutamente comprometidos, no sentirnos solos”
Consultado por los debates filosóficos que se produjeron en los últimos meses a raíz de la pandemia, sostuvo que “este virus ha puesto en crisis al mundo en la medida en que está dominado por el mal del capitalismo. La única manera de salvarnos es con los otros, lo cual me parece un despertar. Se está produciendo lo que en griego se conoce como alétheia, es decir, aparece la verdad debajo del velo que nos ocultaba lo que nos llevó a esta situación: el individualismo, el pensar solo en sí mismo“.
Dri se refirió al papel de los líderes internacionales al señalar que “es un momento complejo. Por suerte tenemos a Cuba, a China y a Corea del Sur. Se está viendo que la salvación no es por el camino de los Donald Trump, los Boris Johnson o los Jair Bolsonaro. Y parece mentira, pero por suerte tenemos a Alberto Fernández en Argentina, que está siguiendo el camino de salvarnos todos juntos“.
“En este momento la salvación proviene de un mundo ‘peronizado'”
El filósofo afirmó también que “en este momento la salvación proviene de un mundo ‘peronizado’, en el sentido de que realmente la justicia social es un estandarte fundamental. No solo hay que estar convencido, sino que hay que militar por este nuevo mundo que estará regido por el amor, en vez de por el odio y el sálvese quien pueda”.
Y finalmente sintetizó que “se ha planteado la contradicción entre el Estado y el mercado, y la pregunta sobre de cuál de los dos viene la solución. El Estado debe ser el gran instrumento del pueblo expresado por sus dirigentes, y de la transformación. Para eso debe alimentarse de la realidad que viene de abajo, de un pueblo organizado, en lucha. Nosotros lo tenemos, y la grandeza de Alberto es que lo consulta, que toma decisiones a partir del abanico de ideas que surgen desde abajo. Así Argentina se está transformando, junto a Cuba, a China, en un centro en el que germina la nueva realidad, la transformación del mundo en uno expresado por los proyectos colectivos“.
MG/GF/RG














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