El aumento del gasto militar y armamentístico para la lucha contra el coronavirus configuró una prioridad para el gobierno de Estados Unidos y otras potencias. Como respuesta a la pandemia, muchos ciudadanos del país norteamericano optaron por la compra de armas. ¿Cómo se explica este fenómeno? ¿Qué motivó a la ciudadanía a llevar adelante esta acción? ¿En qué influye en la lucha contra el virus? En Radio Gráfica, la doctora en Ciencias Sociales Sonia Winer explicó cada uno de estos puntos.
La regla número uno de la investigación social indica que el investigador debe, necesariamente, correrse de sí mismo para analizar su objeto de estudio. Este es el camino que Winer invitó a hacer en relación al fenómeno de compra de armas en Estados Unidos. “Hay que interpretarlo con la visión occidental. Muchos países han optado por aumentar el gasto militar frente a la pandemia. Esto nos hace pensar en qué se utiliza la riqueza que generan las sociedades”, detalló la doctora en diálogo con Mario Sadras.
Asimismo, y en relación a lo mencionado, Winer destacó que la situación “tiene que ver con cuestiones más profundas, propias de la sociedad occidental”, y argumentó hay “temor al desabastecimiento, al caos social y a la suspensión de la libertad en términos individuales”.
A su vez, señaló que hay una preferencia por la aseguración del individualismo libertario que por la “libertad en términos de solidaridad social”. La exacerbación de la libertad individual tiene su correlato ideológico, cuya matriz se encuentra naturalizada (discursivamente) por la sociedad estadounidense. “Está la fantasía de que las personas podemos vivir sin fortalecer los lazos comunitarios, y eso es terrible”, advirtió.
A su vez, la doctora explicó que “en Estados Unidos, según los indicadores que se tomen, hay aproximadamente 34 millones de personas que no tienen acceso a la salud”, lo cual demuestra el estado actual de crisis que enfrenta el sistema de salud estadounidense. El nexo de fondo a esta cuestión se encuentra en el entendimiento “de la salud como una mercancía y no como un derecho humano básico”.
Una muestra material de como se ha tratado el tema en Estados Unidos es la negativa constante que recibieron investigadores, por parte de las agencias federales, para estudiar el impacto del virus y su prevención. “Se han negado, sistemáticamente, hasta el mes de Marzo”, advirtió Winer. Y concluyó: “Pero detrás hay una estructura legal del gobierno federal, en sintonía con los intereses de los grandes laboratorios, en donde se prioriza las libertades individuales, la privacidad y los intereses de los laboratorios por encima de los intereses de la población”.
De todas formas, sumó que “esto de aprovechar enfermedades y pandemias mundiales para concentrar capitales y hacer negocios ha pasado en otros momentos de la historia”. Y que, a su vez, “las industrias del entretenimiento trabajan sobre la subjetividad de las poblaciones, y las agencias de inteligencia van condicionando, muy fuertemente, los contenidos”.
Por ultimo, resaltó el hecho de que los medios occidentales recortan información, al mismo tiempo que segmentan lo narrado en términos ideológicos: “Mientras los medios occidentales hablan del virus chino, exacerbando matices racistas, no comunican los aportes de los médicos cubanos o médicos chinos a la enfermedad”.
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