“Yo no había podido imaginarme tu cuerpo hasta que lo vi por el ojo de la cerradura cuando te vestían de novia. Y entonces fue cuando sentí amor”, le dice Don Perlimplín a su esposa Belisa en una escena tan poética como erótica en la que los títeres son los protagonistas. El amor y los desencuentros confluyen en una narración que se potencia aún más con la intervención de los actores.
Por Erika Eliana Cabezas *
“El títere es una gran metáfora de lo que es la utopía de los personajes”, expresó Sergio Rower, director de Aleluya Erótica, una obra escrita por Luis Rivera López a partir de “El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín y otros textos” del español Federico García Lorca. Un homenaje a un poeta que, cuando visitó Buenos Aires hacia finales de 1933 para presentar Bodas de Sangre, realizó una función para sus amigos – entre los que se encontraba Javier Villafañe – de sus títeres de cachiporra.
Aleluya erótica apareció en escena en el 2014 de la mano del Festival Internacional del Títere que se realizó en Maldonado, Uruguay. “Nos convocaron a un festival internacional porque se quería conmemorar los 80 años de la gira de Federico García Lorca. Los puntos en los que él estuvo fueron Nueva York, Cuba, Argentina y Uruguay. Se eligió de cada país un grupo o un espectáculo representativo para armar ese homenaje. De argentina nos convocaron a nosotros – Libertablas – y ese fue el disparador de buscar con urgencia algún material de Lorca para hacer”, contó el director.
Los títeres y las actuaciones se conjugan para contar la historia de un amor no correspondido. El vestuario y la escenografía son piezas claves que, con pequeños movimientos, permiten construir lo metafórico. “Cuando nosotros surgimos no era común esta confrontación actor – títeres. De hecho, muchos de los titiriteros tradicionales nos acusaban de que rompiamos la magia porque estaba a la vista el intérprete”, confesó.
“Los actores para llegar a una síntesis que emocione tienen que trabajar mucho tiempo, y en el caso de los títeres es muy concreto. Un movimiento, una interpretación en esa disociación, delega en la emoción pura. La escena más clara es cuando muere el joven de la capa roja, ese momento es muy rescatado por el público en general”, manifestó Rower.
El grupo Libertablas tiene larga trayectoria en el rubro. Desde 1979, y con origen en el grupo de titiriteros del Teatro San Martín dirigido por Ariel Bufano, realizan obras clásicas de la literatura. Miguel de Cervantes, Horacio Quiroga, William Shakespeare, Federico García Lorca se convirtieron en los caballitos de batalla. “Nos interesan los textos que hablan de lucha, de utopías, de solidaridad. Después son los públicos quienes categorizan a donde van”, aseguró.
Ficha técnica
Grupo Libertablas. Versión de Luis Rivera López de “Amor de Don Perlimplín” de Federico García Lorca.
Actores – titiriteros: Mónica Felippa y Luis Rivera López.
Dirección General: Sergio Rower.
(*) Columnista de artes escénicas de Abramos la Boca
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