Un primer paso destinado a develar brumas del futuro cercano y determinaciones asentadas en el mediano plazo: este sábado, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov, y su homólogo chino Wang Yi, sostuvieron una conversación telefónica para abordar la escalada de las tensiones de Oriente Medio después del ataque de Washington. Acordaron aceleradamente la adopción de medidas conjuntas para “resolver pacíficamente los conflictos en Oriente Medio” y condenaron la acción estadounidense.
Por Gabriel Fernández*
Un comunicado de la Cancillería rusa indica tanto desde Moscú como desde Pekín han confirmado la inaceptabilidad del uso de la fuerza en violación de la Carta de las Naciones Unidas y la necesidad de que todos los países respeten la soberanía y la integridad territorial de otros Estados: «Los ministros han señalado que esta acción ilegal de Estados Unidos agravó seriamente la situación en la región». La referencia es directa: el asesinato del general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, en territorio iraquí.
El texto hace hincapié en que en tales circunstancias Rusia y China «están interesadas en reducir las tensiones y tomarán medidas conjuntas para crear condiciones para una solución pacífica de las situaciones de conflicto».
En tanto, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha declarado que tras el ataque que este jueves perpetró EE.UU. en Bagdad (Irak), Washington «se puso en un nuevo camino que puede ser peligroso para la región». Teherán y otras naciones de la región «vengarán el martirio de Soleimani», dijo Rohani. En la misma dirección, el líder supremo de Irán, ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, anticipó que a los «criminales» que mataron al general les espera una dura venganza. Por su parte, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, evaluó los ataques de EE.UU. como «acto de terrorismo internacional» y advirtió que esta acción resulta «extremadamente peligrosa» y tendrá sus consecuencias para EE.UU.
Las promesas de acciones directas para punir el crimen adoptaron, con el correr de las horas, aspectos llamativos. El comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Gholamali Abuhamzeh recordó que «el estrecho de Ormuz es un punto vital para Occidente y una gran cantidad de destructores y buques de guerra estadounidenses atraviesan el estrecho de Ormuz, el mar de Omán y el golfo Pérsico». Si la idea es golpear allí, el aviso está lanzado. Sin embargo, tomando en cuenta los antecedentes de las fuerzas persas, es probable que el anuncio sea distractivo.
En las últimas horas se supo que el Departamento de Defensa de EE.UU. aprobó el envió de tropas adicionales a Oriente Medio, horas después del ataque. Unos tres mil militares serán enviados a Irak y Kuwait y permanecerán en la región durante 60 días. Se unirán a unos 650 soldados estadounidenses que ya están presentes en la zona. Rusia y China, a la luz de los acontecimientos, deberán extremar su capacidad disuasoria para lograr el objetivo planteado al comienzo de la información.
Deberán extremar ese talento porque las fuerzas interiores del Estado Profundo están desatadas. Podríamos glosar sus pareceres desde aquí, pero preferimos citar a uno de los mayores expertos en la Defensa norteamericana, el coronel (r) Pat Lang, ex analista de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) para el Medio Oriente: «Los idiotas neoconservadores (Pompeo, Bolton, Hannah, etc.) podrán pensar que la reacción de Irán a esta declaración de guerra será el sometimiento a su voluntad, pero en mi opinión, es muy improbable. En mi opinión, es más probable que los CGRI absorberán la nueva realidad y se prepararán para la guerra con Estados Unidos”.
Bolton, quien sigue hablando públicamente como si tuviera algún cargo oficial, dijo en un tweet a pocas horas de los sucesos: “Felicitaciones a todos los involucrados en la eliminación de Quasem Soleimani. Preparada desde hace tiempo, esto fue un golpe decisivo contra las malvadas actividades de la Fuerza Quds de Irán en todo el mundo. Espero que este sea el primer paso para el cambio de régimen en Teherán». Tímidamente, el presidente Donald Trump replicó “no buscamos un cambio de régimen en Teherán”.
El Gran Juego es la denominación empleada para evidenciar la contienda entre los imperios ruso y británico durante el Siglo XIX para controlar Asia Central y el Cáucaso. La expresión, popularizada por el escritor Rudyard Kipling, mereció un contraste desde las nevadas tierras del Oso, donde con mayor intensidad poética fue relevada por El torneo de las Sombras. Al observar el mapa en la década reciente, su movilidad y sus derivaciones, sugerimos considerar la expresión Gran Gran Juego al incorporarse como elemento decisivo el Medio Oriente, formándose una imagen geométrica de vigor y portadora de lazos con las más diversas regiones.
Resulta evidente que el único modo de acercarse a la paz, en este período y dentro de esa enorme zona en litigio, radica en que Rusia y China muestren tal poder que les permita sentar a la mesa a los Estados Unidos e Irán para afrontar acuerdos mínimos. Pero ahora, tras el golpe de mano y la simultánea reorientación en los Estados Unidos, tendrán que convocar a sus reales enemigos: la representación norteamericana deberá estar formada por el supra poder. Los herederos de Zbigniew Kazimierz Brzezinski llevan la voz cantante mientras que Trump, sin poder concreto para articular los ejes de la política oficial de su país, va convirtiéndose en un elemento descartable.
¿Puede esto modificarse? ¿Es razonable imaginar –como ya se está planteando desde algunas voces inteligentes y esperanzadas- una cumbre entre Xi Jing pin, Vladimir Putin, Hasan Rohani y Donald Trump? Por supuesto que es una de las sendas abiertas al futuro, pero se aleja su nivel de probabilidad porque en la puerta destinada a la potencia del Norte no caben todos. La imagen del presidente rubicundo se ha desteñido y su corpachón se ha empequeñecido al admitir de hecho el control de la situación por parte de los señores de la guerra. Su eventual re elección, en este panorama, no le brindará más volumen de juego: las bases de sustentación de un gobernante inciden en la modalidad de su gestión.
El llamado Estado Profundo ha recuperado capacidad presupuestaria asentado, paradojalmente, en la recuperación industrial –por tanto, tributaria- generada por la política económica activa atizada por Trump durante sus cuatro años de gobierno. Desesperado por la adquisición de recursos a cambio de nada –salvo cierta agitación patriotera- ese supra poder ni siquiera esperó a un pleno despliegue de las fuerzas productivas sino que se lanzó con la inmediatez que caracteriza su modelo de acumulación a tomar lo originado el trabajo interno para canalizarlo en el agujero negro de la destrucción.
No está demás considerar un elemento que por estas horas queda bajo la alfombra. El general asesinado coordinó las fuerzas –iraníes, rusas, sirias, iraquíes, turcas, pero también norteamericanas- que desestructuraron la acción terrorista de Daesh en la zona. Daesh, por así llamarlo aunque se denomine ISIS, es una creación derivada de la mítica Al Qaeda; todas invenciones de la OTAN y los Estados Unidos para horadar los poderes constitucionales y soberanos en Medio Oriente. Esto indica que por un lado los norteamericanos mataron al comandante que los llevó a una victoria humanitaria; luego, que la tremenda batalla interna que arrastran desde el fin de la guerra de Secesión, relanzada tras la Segunda Guerra Mundial, se plasma en diseños diferenciados que a veces colisionan entre sí.
Mientras todo esto sucede, la Multipolaridad pervive. La Organización para la Cooperación de Shangai no ha reducido un kilómetro su influencia, los PBI de sus miembros –Estados Unidos fue rechazado, Irán fue aceptado- siguen crecientes; el dólar decrece progresivamente en su influencia y las relaciones bilaterales se van estableciendo en monedas equilibradas. Como señaló con astucia Rohaní, el ataque con drones que impactó al mundo, puede ser el inicio de la caída de los Estados Unidos. Hace instantes, mientras preparábamos este material, se conoció la primera respuesta al crimen, concretada sobre la zona en la que se ubica la Embajada de los Estados Unidos.
(*) Director La Señal Medios / Área Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal
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