Pasada la primer semana después de las elecciones generales que consagraron a Alberto Fernández como Presidente de la Nación para el período 2019-2023, Néstor Gorojovsky y Hugo Presman brindaron sus respectivos puntos de vista en el aire de Radio Gráfica.
El primer balance
En diálogo con Especiales Radio Gráfica, Gorojovsky afirmó que “le ganamos a la OTAN. Soy de los que creíamos que íbamos a ganar por más puntaje. No le dimos la importancia que tenía a la campaña, muy inteligente, de Mauricio Macri, ni percibimos que al sacar quince puntos de ventaja en las PASO erizamos los pelos de algunos ‘gorilas’, que si tenían alguna duda la salvaron votando en masa el 27 de octubre por el régimen de ocupación macrista“.
Presman por su parte sostuvo que “es para sintetizarlo con el título de una película española, ‘Amanece, que no es poco’. Hay una esperanza, pero al mismo tiempo la dureza de la situación implica que no viene un día soleado. Este gobierno que se va nos deja un verdadero desastre, que iremos palpando a medida que caminemos. Pero hemos cambiado una situación de pesadilla concretada a lo largo de estos cuatro años. Fijate la paradoja, las PASO implicaban una derrota por knock out de Macri y su gente. Como ellos venían para una catástrofe la derrota puede considerarse honrosa, y no en función de la catástrofe que produjeron. Pero se está dando una lucho por quién hereda el liderazgo de esta coalición. Los radicales quieren pisar más fuerte, y tanto María Eugenia Vidal como Horacio Rodríguez Larreta quieren pelear la misma posición“.
Medidas iniciales
En diálogo con Gabriel Fernández los entrevistados también dieron su parecer acerca de cuáles deberían ser los primeros pasos del nuevo gobierno.
Gorojovsky señaló que “hay que seguir ampliando el arco de apoyaturas. Lo esencial es llegar a acuerdos con sectores que no estuvieron con nosotros pero que estuvieron próximos. Debe existir una alternativa opositora diferente a los vendepatria consumados, que acuerde como mínimo un proyecto industrialista, la participación del Estado en la economía, una política internacional digna, la reconstrucción de la unidad latinoamericana. Hay que insistir en construir una oposición entre argentinos, y me parece que los cañones del Frente de Todos se están dirigiendo en ese sentido. Después están las cuestiones de las gigantescas urgencias que nos deja Cambiemos. Apenas pasadas las elecciones empezaron con la marchanta de tarifas, el ingreso de gente de ellos en el aparato estatal, resoluciones económicas que sacan dinero de las cajas de los jubilados. Lo que sí se está haciendo, y es fundamental, son declaraciones explicándole a la población el desastre que nos están dejando”.
Presman por su parte hizo foco en la cuestión económica al indicar que “circulan varias ideas, como un impuesto extraordinario del 14% a la regularización impositiva hecha en 2016, que fue de dieciséis mil millones de dólares. En números actuales es cerca de un tercio del PBI, del cual solo quedó para el país diez mil millones. También es seguro que se venga un aumento al impuesto sobre los bienes personales. Y hay una serie de problemas serios respecto a la forma totalmente improvisada en que el gobierno intentó evitar un desastre electoral. La Suprema Corte determinó que la quita del IVA a los alimentos fuera tomada por la Nación en vez de por las provincias. Es decir que el gobierno nacional queda encargado del tema, así como de la disminución de los aportes patronales. Esas medidas tienen sentido en un plan integrado, pero crea problemas muy serios para el futuro”.
Frentes de disputa y perspectivas para 2020
El último punto abordado por ambos analistas fueron algunos posibles conflictos que enfrentaría la administración Fernández, así como lo que puede esperarse para 2020.
Gorojovsky opinó que “la relación de fuerzas va a ser definitoria, pero también lo serán las discusiones en el interior del Frente de Todos. Una cosa que dijo Sergio Massa me gustó mucho, y es que la idea es institucionalizar esas discusiones y dirimirarlas, de manera orgánica. De tal manera que no se le presenten flancos al enemigo de la patria, la oligarquía, las empresas imperialistas, y el cáncer financiero que nos legó José Martínez de Hoz. La relación de fuerzas interna va a tener mucho que ver con el lugar que cada uno se asigne o le toque cumplir dentro del esfuerzo general. No se puede dejar de escuchar la voz del movimiento obrero por ejemplo. Muy pocos sectores del país conocen los problemas de la realidad desde adentro como los sindicatos“.
Acto seguido agregó que “lo que se está dando hace larguísimo tiempo es un combate entre el proyecto de Argentina industrial y la realidad de la Argentina agroexportadora, la camándula de los exportadores nucleados en la Cámara de Comercios, los grandes bancos asociados a ellos. Todo este sector necesita reducir el consumo interno por debajo de cierto límite para exportar excedentes. No quieren que el vicio de la renta agraria se convierta en la base de una argentina, al menos, agroindustrial“.
Presman en tanto postuló que “habría que hacer una depuración importante en el Poder Judicial. Al mismo tiempo me llama la atención que el tema de la reforma constitucional, que no será prioritario en este momento, no se mencione por considerar a nuestra Constitución como un texto sagrado, al que no se le pueden introducir modificaciones porque estaría en peligro el derecho de propiedad. Nadie se preocupar en cambio por la aplicación del artículo 14 bis, que contempla la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas y en el control de la producción. El Judicial es un poder armado como última trinchera de defensa de los intereses de las clases dominantes. En nuestro país lo fue del poder económico para esterilizar medidas del poder ejecutivo“.
El economista finalizó pronosticando que “el plan de emergencia alimentaria está aprobado pero sin efecto. Terminar con el hambre en la Argentina implicaría un cambio fundamental entre lo que venía y lo que va a venir. Hay que tomar medidas como un impuesto extraordinario a las superutilidades que tuvieron los bancos. Es perfectamente aplicable, justo y lógico. Solo lo resistirían el sector bancario y sus medios afines. Igual va a ser un año difícil. El macrismo nos deja un endeudamiento fenomenal con el Fondo Monetario, casi todas las cajas estatales vacías, una recesión en tres de los cuatro años, una inflación de entre el cincuenta y el sesenta por ciento, una capacidad ociosa similar, cientos y cientos de empresas cerradas, y otras que esperan el cambio de gobierno para ver si pueden levantar cabeza. Los números macroeconómicos son menos graves que los de 2001, pero la vida de la gente es más grave que ese momento”.
MG/GF/RG
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