Como sucede una vez al año en distintas sedes del país, este fin de semana entre el 4 y el 6 de octubre, se realizó el 42° Encuentro de la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE) en la ciudad de Ramallo. En un contexto de profundización de la crisis ambiental, miembros de la red han abordado temáticas relacionadas a la utilización desmedida de agroquímicos, y encarado discusiones acerca del futuro combativo de la organización.
Por Juan Patricio Mendez*
La actualidad de poblaciones afectadas por la fumigación de campos, la mega minería y el agua contaminada, es una preocupación para científicos y agrupaciones medio-ambientalistas. Atravesados por esta problemática, se encuentran grandes empresas, entes gubernamentales y una racionalidad económica que supone la supremacía de las relaciones económicas por sobre las relaciones sociales. De esta forma, se entiende que “el territorio está mercantilizado, y lo que antes ocupaba el lugar de vida de los seres humanos, ahora es un lugar de explotación”, señaló Alejandro Yanniello, integrante de Piuké, una de las organizaciones que conforman la red RENACE.
El deterioro del ambiente no se dio de un día para el otro. Tampoco se pensó, en una mañana, cómo alterar los procesos naturales. Todo resulta, explicó Ruben Daniel Mendez, biólogo y miembro de la Asociación Ecológica de Lanús, de la complicidad de científicos, corporaciones y gobiernos que encontraron, en la química de síntesis (la alteración genética de los alimentos), un negocio a nivel mundial. En el medio encontramos pueblos fumigados, la aparición de enfermedades congénitas, malformaciones de nacimiento, uso desmedido del agua (y contaminación de la misma), abortos espontáneos, grandes negociados y una desigualdad histórica que se reproduce con estos procesos.
La urgencia de atender esta crisis, e intervenir sobre ella, es lo que moviliza a las agrupaciones a actuar en distintos territorios. Por ejemplo, la RENACE ha dicho presente en la asamblea por el plebiscito de Esquel en 2004, logrando que la mina se retire y cese sus actividades extractivas. También ha sido protagonista con el movimiento “Famatina No se Toca” y en el conflicto del basurero nuclear en Gastre. La histórica presencia de la red en distintos focos de conflicto marca su movimiento resistente y la lucha social por la sustentabilidad.
El origen de la modernidad, y con ella las teorías humanistas, han traído como consecuencia la idea de un sujeto capaz de controlar del medio que lo rodea. De esta forma, la naturaleza pasa de ser un bien común a ser un recurso para el hombre, plausible de ser explotado. “Ponemos a la naturaleza en un orden de jerarquías, y es por ello que la podemos seguir explotando”, aseguró Yanniello. En este sentido, y haciendo hincapié en lo relacionado a la modernidad, podríamos inferir que “el ser humano se encuentra transitando el camino de la insustentabilidad”, señaló Méndez.
De esta misma forma, y haciendo un paralelismo histórico, después de la revolución industrial, viendo cómo las sociedades agrarias se transformaron en sociedades industriales, y en cómo el obrero pasó a ser una pieza del circuito industrial, comienza a tener sentido la palabra alienación, que define este cambio donde la persona ya no es dueña de su destino o capacidad. Este cambio de sentido se inscribe en estas lógicas de apropiación de los espacios por parte de los sectores de poder. La relación entre regulador (ente gubernamental) y regulado (corporación) se reduce a negociados y a acuerdos que han sido funcionales a la sobre explotación de los suelos y a la producción extraordinaria de mercancías.
Al mismo tiempo, la población internacional se encuentra atravesando un proceso donde algunos sectores comenzaron a ver, nuevamente, a la naturaleza como un sujeto. “Hay una resistencia que piensa en la naturaleza como un par y en su reconsideración como tal, y no como un objeto”, aclaró Méndez. Sin embargo, señaló que mientras este régimen socioeconómico siga siendo la base de extracción y de aprovechamiento de los bienes comunes en el mercado, no podemos decir que esto ha terminado. Bajo este paradigma está la resistencia, que viene como una ola por debajo, y que viene a romper con todo esto. Estas asambleas nacionales tienen el objetivo de hacer visibles estas problemáticas, y además, intervenir en esos espacios afectados por la misma.
(*) Periodista ambiental
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