Diego Armando Maradona y Juan Sebastián Verón son enemigos íntimos. Lo admiten sin problemas. En forma política el presidente de Estudiantes; con sus desmesuras, el entrenador de Gimnasia. El regreso de Maradona al fútbol argentino – y en particular a Gimnasia y Esgrima La Plata – pone nuevamente dimensión a la pelea.
Por Carlos Aira*
Los encuentros y desencuentros tienen casi un cuarto de siglo. Enero de 1996. Mauricio Macri presidente de Boca Juniors. Una de sus primeras medidas no fue tan sólo demoler los viejos palcos de la calle Del Valle Iberlucea. Era necesario armar un equipo nuevo luego del palazo que significó para el club perder el seguro Clausura 1995. Carlos Bilardo reemplazó a Silvio Marzolini. El Narigón pidió los dos refuerzos reglamentarios de verano: José Horacio Basualdo – figura del Vélez campeón de Bianchi – y Juan Sebastián Verón.
Verón era la juvenil figura de Estudiantes. En el paso pincharrata por el Nacional B 1994/95 mostró su talento con sólo 18 años. En sólo seis meses en la A era un diamante en bruto. Por su paso cansino y remate preciso, el profesor Daniel Córdoba, su entrenador en 1 y 57, lo comparaba con el brasileño Toninho Cerezo. Las opciones para Verón eran las dos más codiciadas: River o Boca. En Núñez ofrecían más dinero pero en la Ribera estaba Bilardo. Con 21 años a cumplir en marzo, Juan Verón decidió llevar su fútbol a Boca Juniors.
Dentro del campo de juego, Maradona y Verón se encontraron. Una mediocampo recordado: José Basualdo, Kili González, Juan Sebastián Verón y Diego Maradona. Pero el problema era extrafutbolístico. Bilardo no podía contener al plantel. El huracán Maradona arrastraba a los juveniles y promisorios Verón y González. Su entorno le pedía a Verón menos exposición. El técnico de la Selección Argentina era Daniel Alberto Passarella, enemigo declarado de Maradona. En esa guerra Passarella-Maradona comenzó a tallar el problema de las drogas. Epoca de pelo corto obligatorio, aritos afuera y rinoscopías. Con sólo 17 partidos en Boca, Verón fue transferido a la Sampdoria. Un pedido expreso de su entorno a pesar de ir al equipo entrenado por el odiado César Luis Menotti. Entre bambalinas se decía que alejarse del entorno de Diego era la única posibilidad de seguir en la Selección de Passarella.
Instalado en Italia y con un nivel altísimo en la segunda rueda de la Eliminatoria Francia 1998 – un equipo que comenzó mal y terminó brillando con Verón y Crespo como figuras – la Brujita declaró a la revista El Gráfico que sentía pena por Maradona. No eran buenos tiempos para el Diez, atravesando con complejidades los estertores de su carrera profesional. Esa declaración fue considerada una traición por Maradona. Un guiño a Passarella para asegurarse poder dentro de la Selección.
Pero hubo una vuelta de tuerca que los acercó. El 2 de junio de 1998 horas antes de partir hacia Francia, el cuerpo técnico realizó un Control Antidoping compulsivo para los 23 jugadores. Passarella estaba en conocimiento de una fiesta de despedida donde estuvieron presentes Diego y varios jugadores de aquel equipo en un boliche de moda. No hubo información oficial, pero el periodista Claudio Federovsky presentó una investigación y una bomba: hubo un positivo y le correspondió a Juan Sebastián Verón. Las sustancias que habrían sido encontradas: extasis y cocaína. La imagen de Maradona en Boston estaba fresca en la mente de los argentinos.
La noticia estalló luego del mundial. Verón, transferido al Parma, brindó declaraciones a Clarín: “Acá te tratan de destruir. Lo hicieron con todos los futbolistas importantes. Ya le pasó a Diego y a Caniggia. Yo a Diego lo respeto mucho y realmente puedo salir con él a donde quiera, pero la verdad es que nunca estuve con él antes de viajar hacia Francia“; por su parte, Maradona defendió a Verón desde El Gráfico: “Ese periodista – Claudio Federovsky – pretende ensuciarlo porque no gana como él. Sebastián es un pibe bárbaro. Lo que están haciendo es una verguenza”.
Diego, sus infiernos y renaceres. Verón, su campaña afianzada en la elite europea. También su paso en falso en la Copa del Mundo Japón 2002. Su pase millonario al Manchester United unido al histórico tranco cansino y una llamativa desorientación fueron letales para la Bruja de La Plata en el partido ante Inglaterra. Para algunos, era un vendido. Maradona volvió a respaldarlo. En 2005, Diego invitó a Verón a su show televisivo por Canal 13. En la Noche del 10 parecían dos viejos amigos. Maradona se quejó por qué José Néstor Pekerman no convocaba a Verón: “Es una falta de respeto que Pekerman terminó dándole oportunidades a tantos jugadores y no tenemos un jugador tan claro en mitad de cancha como la Bruja“. Verón no concurrió a la Copa del Mundo Alemania 2006 a pesar de su notable currículum.
Luego del Mundial, Verón volvió a su tierra. Con 31 años, fue figura y símbolo de Estudiantes de La Plata campeón 2006. El regreso a la Selección junto a Alfio Basile. Luego del errático paso del Coco, Diego Maradona tomó la Selección Argentina. El respaldo explícito a la Brujita quién no lograba entrar en el corazón futbolero promedio luego de el affaire Japón. El 28 de marzo de 2009 debutó la dupla Maradona-Bilardo. Partido de eliminatoria ante Venezuela. Maradona abrazó a Verón y pidió un aplauso de todo el estadio. En conferencia de prensa, el Diez declaró: “El que silba a Verón me está silbando a mí“. Ese respaldo fue un alivio para Verón.
En Sudáfrica 2010, Juan Sebastián Verón regresó a la Copa del Mundo. Comenzó titular, pero dejó el equipo en los enfrentamientos de Octavos y Cuartos de Final ante México y Alemania. La imagen curiosa: Verón dando órdenes junto a Maradona. Si no hubiera relación estrecha, eso sería imposible. Para sorpresa de muchos, la Bruja golpeó a Diego consumada la eliminación: “Maradona es contradictorio en algunas cosas. Primero me pidió que fuera el Xavi del equipo y después no jugué. Igual, no hubo ninguna pelea“. Una nueva diferencia. Un nuevo cruce.
Pero el detonante se dio en 2016. La rosca política del fútbol. Verón, presidente de Estudiantes. Maradona, hombre FIFA. En aquel año, AFA fue implosionada por Mauricio Macri al no poder resolver su Círculo Rojo el conflicto de conducción. El presidente pidió una intervención FIFA. La misma se llamó Comisión Normalizadora. Aquí está la trama. Diego Armando Maradona quería ser el titular de la intervención afista. Juan Sebastián Verón le puso freno. Entendía que sería él junto a Marcelo Tinelli quienes debían quedarse con el nuevo coto de poder llamado Superliga. “Yo con Verón no quiero saber más nada, me traicionó“, dijo Maradona. “No se lo puede tomar en serio“, sentenció la Bruja.
Vale recordar que la Comisión Normalizadora fue un notable fracaso. Encabezada por Armando Pérez, presidente de Belgrano de Córdoba; Javier Medín, abogado del Grupo Socma, cercano a Mauricio Macri; Los restantes miembros fueron la Dra. Carolina Cristinziano y Pablo Toviggino.
Entre plazas y diagonales, esta historia tendrá un nuevo capitulo en la ciudad fundada por Dardo Rocha.
(*) Conductor de Abrí la Cancha. Colectivo de Dirección de Radio Gráfica.
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