Uno de los actores que más han sufrido el golpe de los tarifazos son los clubes de barrio. En Abramos La Boca, Camila Hernández Benítez y Lautaro Fernández Elem dialogaron con Darío Stella, secretario de la Unión de Clubes de Barrio de la Ciudad de Buenos Aires quién dio cuenta de la crisis que aqueja a instituciones básicas en el entramado social, cultural y deportivo.
“Las tarifas nos golpean brutalmente, no paran de llegar aumentos a los clubes. Somos organizaciones sin fines de lucro con una función social, donde se establecen vínculos entre las familias, donde los chicos hacen deporte, actividades culturales y sociales que hacen en sí al club y al barrio. Los barrios tienen muchos clubes donde se generan relaciones de todo tipo” señaló inicialmente Stella.
El dirigente del club Villa Modelo señaló que la dificultades económicas limitan el desarrollo de las actividades, “es la misma gente del barrio la que viene a poner el hombro, aportar su experiencia para abrir nuevas disciplinas o proponer tareas. Hoy cuando llega una propuesta tenemos que analizar si la aceptamos o no por el tema de tener la luminaria encendida, el tema del gas del agua” destacó. En este sentido aportó que la subsecretaría de deportes del gobierno de la Ciudad “tiene un programa de subsidios anuales deportivos y de infraestructura. El año pasado y a través de la subsecretaría conseguimos después de un gran esfuerzo que nos den un paliativo que eran las luces LED” pero que sigue siendo insuficiente como ante la política tarifaria como definición nacional.
Ante estos embates “desde la Unión de Clubes nos organizamos y nos presentamos en EDENOR y EDESUR y obtuvimos tres logros: una mesa de trabajo donde estén representados los clubes, la quita de intereses a las facturas adeudadas que tenemos y el no corte del suministro. Además se organizó un sistema de plan de cuotas acorde a las posibilidades de cada institución” destacó Stella que fue parte de estas reuniones así como de la redacción de un proyecto de ley en 2015 que fue aprobado en el Congreso pero que ante su no homologacíon, no tiene efecto aún. “La UCB en 2015 presentó un proyecto de ley que es la 27.098 que en su artículo 16 dice que tenemos que tener una tarifa diferencial para todos los servicios, el artículo 17 habla de la inembargabilidad y el 18 del derecho a la propiedad” y agregó: “si por lo menos el artículo 16 fuera homologado nos daría un respiro gigante”.
En la Ciudad de Buenos Aires, no sólo son las tarifas uno de los tantos problemas que aquejan a estas instituciones barriales, sino otra problemática arrastrada desde hace años es la irregularidad en los controles de la Agencia Gubernamental de Control (AGC). “La AGC tiene diferentes criterios, viene un inspector y te pide tres puntos, a la semana siguiente viene otro y te pide siete. Lo que planteamos es que se unifiquen los criterios. El decreto 492 nos pide ciertas pautas por ser clubes de barrio, si bien está un poco atrasado, los inspectores se abusan de su autoridad”.
Ante la consulta de si alguno de los clubes permitiría que una inversión privada externa se haga cargo del financiamiento, Darío Stella dejó bien en claro que “iría en contra no sólo de nuestros estatutos sino de nuestras convicciones. No podemos permitir que suceda otro Luna de Avellaneda. Que quieran intentarlo es posible, pero los clubes de barrio no creemos que ese sea el camino”.
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