Por Andrés Fernández*
Mucha tinta se ha escrito por años respecto del surgimiento del peronismo, ya sea por escritores revisionistas afines como de detractores, con afirmaciones y medias verdades sobre sus orígenes, postulados y las implicancias de sus tres períodos de gobierno por la elección del pueblo argentino.
Cuando nos preguntamos por el origen del peronismo, surge en el ideario social una fecha emblema, el 17 de octubre de 1945, donde se plasmó el resultado de un trabajo iniciado en 1943 en la atención y resolución de derechos que Juan Perón otorgó desde la Secretaría de Trabajo de la Nación a los sectores de los trabajadores que lo demandaban y masivamente salieron a pedir por su libertad. A la luz de una investigación documentada propongo develar aquí cual fue el origen de “La Doctrina Peronista”.
Aquellos encuentros de Perón con los sindicatos y sectores de trabajadores, reflejados en publicaciones como “El Pueblo quiere saber de qué se trata” y “El Pueblo sabe de qué se trata” y sus resoluciones definieron un correlato de ideas que se fueron plasmando paulatinamente. El 17 de octubre marcó a fuego el apoyo popular a sus ideas, acompañadas con estertores de convicción como las “Plumadas” de la Agrupación de Bancarios Argentinos en los diarios Democracia, La Época, El Laborista o Tribuna, que esbozaron la primera declaración de principios publicada a favor de Perón Presidente aquella noche en la Plaza de Mayo y un mes después constituyeron el Ateneo de Bancarios Argentinos de Estudios Económico Sociales, una tribuna doctrinaria a favor de Perón, liderado por Bernardo Gago y Ángel Miel Asquía, Alfredo Machargo – entre otros – grandes sindicalistas de la Asociación Bancaria, que trabajaron por la aprobación de la Ley 12.637 en 1940 y la reglamentación de Estabilidad de los Trabajadores Bancarios en 1946, el horario Bancario, el escalafón bancario; el estatuto único, la Caja Nacional de Jubilaciones Bancarias, el Instituto Nacional de Previsión Social, la primera comisión paritaria bancaria; la personería gremial de la Asociación Bancaria,, la Dirección General de Servicios Sociales Bancarios, en forma coordinada con las autoridades de cada período en el sindicato.
El 21 de diciembre de 1945 se inauguró una sede compartida del Centro Universitario Argentino (CUA) liderado por Ricardo Guardo y el Ateneo de Bancarios Argentinos, con 300 jóvenes de distintas facultades del país y el Propio Perón asistió para dar una conferencia inaugural.
En febrero de 1946, previo al proceso electoral que llevará a Perón a ser presidente se imprime un primer volumen numerado de “La teoría y la doctrina integral del Coronel Perón”, un diccionario con sus principios fundamentales y el 14 de mayo de 1946 el Presidente electo de la República – aun sin asumir – concurrió con Eva Perón y disertó en el Primer Ciclo Cultural del “Ateneo Bancarios Argentinos” y destaca el rol de los bancarios comprometidos con la causa y expresa su agradecimiento al trabajo realizado por los bancarios para construir “nuestra teoría y nuestra doctrina”. Perón expresa: “la revolución que nosotros hemos encarnado tendrá que agradecer a las Agrupaciones que como el “ATENEO” que terminan de organizar e inaugurar los Bancarios Argentinos, sigan en el futuro prestando su colaboración para determinar, sintetizar, aislar por el análisis los distintos tópicos y profundizar el estudio analítico hasta llegar a las conclusiones sobre nuestra teoría y sobre nuestra doctrina para el porvenir”.
Y prosigue: “Ellos como el “Ateneo (Bancario) de Estudios Económico – Sociales” comienzan a tecnificar nuestro movimiento. Ya habíamos iniciado esta misma tarea en el “Centro Universitario Argentino” y circula ya por ahí, con poca difusión un pequeño diccionario que ha reunido en esa compilación los grandes principios sintéticos que en la lucha han sido lanzados como principios de batalla o “slogans” destinados a impregnar las masas de un misticismo que es indispensable para la acción revolucionaria.
El CUA, publica “Tribuna de la Revolución”, donde el propio Dr. Ricardo Guardo define a la organización creada posteriormente al 17 de octubre: “En tales circunstancias nació el Centro Universitario Argentino, como Tribuna del nuevo credo” con la finalidad de desarrollar sus ciclos culturales, cursos, conferencias magistrales, publicaciones y declaraciones públicas frente a acontecimientos nacionales de envergadura.
Fueron dos entidades de pensadores que adhirieron al movimiento peronista con la misión de articular un discurso para la construcción de una “Doctrina Peronista”. En los trabajos publicados participaron: Juan D. Perón; Homero M. Guglielmini; Vicente D. Sierra, Pilar de Lusarreta, John W. Cook, Joaquín Díaz de Vivar, Carlos Astrada, Arturo M. Jauretche y Guillermo A. Borda.
El 23 de mayo de 1946, Perón asume como “Jefe Supremo del Movimiento”, y expresa: “… caducan en el país las autoridades partidarias de todas las fuerzas del Movimiento Peronista” y encomienda a los legisladores formalizarlo como Partido Único de la Revolución Nacional” (PURN). El 14 de enero de 1947 un comunicado del PURN establecía la nueva denominación de Partido Justicialista. El 23 de mayo de 1947, Perón encarga a los legisladores nacionales organizar las elecciones internas para elegir autoridades provinciales y locales, y delegados del Congreso Nacional Constituyente.
El 1 de marzo de 1947 se publica “DOCTRINA PERONISTA Filosófica, Política, Social”, un compendio basado en 149 discursos de Perón entre el 2 de diciembre de 1943 y el 12 de septiembre de 1946, que identifican un conjunto temático doctrinario, con un orden lógico en 7 capítulos. El 21 de septiembre de 1947 se realizaron las elecciones internas del Partido Peronista en 14 de los 15 distritos electorales del país. Se eligieron convencionales para el Congreso General Constituyente del Partido, quienes tuvieron a su cargo la redacción de la Carta Orgánica, la determinación del nombre del Partido y la designación de sus autoridades. Electos Convencionales junto a los ya Diputados Decker y Colom, los sindicalistas bancarios de la Asociación Bancaria, Ángel J. Miel Asquía y Alfredo F. Machargo, fundadores del Ateneo de Bancarios Argentinos, trabajaron en la elaboración de la carta fundamental del Partido Peronista, que tendrá esbozadas las ideas que fueran reconocidas por Perón en las llamadas “Plumadas”. Cabe consignar que tanto Bernardo Gago, Asquía y Machargo fueron diputados nacionales bancarios representando a la Asociación Bancaria en el Congreso Nacional entre 1948 y 1955.
El 1 y 2 de diciembre de 1947 en el Salón Augusteo, ante 400 delegados el Presidente Perón presenta el Anteproyecto de Declaración de Principios y la Carta Orgánica Nacional con 52 artículos y su Estatuto que es aprobado y establecía: “Con el nombre de Partido Peronista queda definitivamente organizado el Movimiento de la Revolución Nacional”. Así surgió la doctrina en la que aparecen conciliadas Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social, una articulación armónica entre derechos individuales y la comunidad. Se aprobó que cada distrito establezca y redacte el Estatuto de conformación del partido en su territorio. Todo ello se compiló en “Teoría y Doctrina del Partido Peronista” editado por el CUA y constituye un documento ampliado del primer esbozo de 1946 como diccionario, que define la doctrina peronista y su carta fundamental. En 1954 se le incorporará al texto la Constitución de 1949 y otras posteriores.
Las expresiones de Perón y Eva reconociendo a los trabajadores bancarios serán destacadas y reiteradas en diversos discursos públicos como el 9 de diciembre de 1949, ante la conformación de una Escuela Superior Peronista, destinada a los estudios superiores de nuestra doctrina, donde dice: Es indudable que el movimiento no podrá olvidar nunca que quien inició esa Escuela Superior Peronista fue el Ateneo Bancario. Fue de él de donde salieron los primeros estudios de carácter doctrinario, el análisis de esa síntesis que nosotros expusimos al pueblo y la Nación entera sobre la conformación de una “nueva doctrina” todavía entonces desconocida en nuestro país. Creo que el Ateneo Bancario fue de los primeros amigos que tuvimos en la revolución; fueron los primeros muchachos entusiastas que salieron en los diarios, a la calle, en el mismo Ateneo y en los bancos de toda la República a luchar por esta nueva bandera que se levantaba en el panorama de la República. Dado que he referido aquí a estos orígenes, queda claramente expresado en esta exposición el hilo conductor de sus albores y actores quizá desconocido para muchos.
*Asesor en el Senado Nacional. Secretario General de la Agrupación Bancaria Justicialista del Banco de la Provincia de Buenos Aire y Presidente del Ateneo de Bancarios Argentinos. Autor de los libros “Centenario de la Primera Huelga Bancaria y Origen del Sindicato Bancario Argentino 1919-2019 y Origen de la Doctrina Peronista, los trabajadores bancarios y la Asociación Bancaria.
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