En la ribera del arroyo Las Piedras, en Solano, Quilmes, la Papelera Ansabo. Allí 49 trabajadores ocupan la fábrica y resisten para poder volver a producir. La historia se repite, patrones vaciadores, quiebras fraudulenta y como contrapartida, la organización de la clase trabajadora. Radio Gráfica dialogó con dos de los obreros: Jonathan Bonomi, el más joven, de 28 años y Luis Quintana, de 62, el más veterano que en diez meses debería jubilarse. Los dos coinciden en que hay que pelearla y la idea de recuperar la empresa como cooperativa, está muy presente.
Por Lucas Molinari *
“El lunes se decretó la quiebra y ese día hicimos una asamblea muy importante donde definimos reactivar la empresa bajo gestión obrera, ya que nuestra fuente de trabajo es lo único que tenemos. Hay compañeros con mucha antigüedad”, explica Jonathan que está en Ansabo hace cinco años.
Son 46 hombres que trabajan en producción y 3 mujeres, que son administrativas. Ansabo es “el primer eslabón en el mercado del papel, hacemos la pasta y la bobina de papel con la que después se hace la caja, el corrugado…”, comenta Bonomi, y remarca: “Es fundamental contar que acá no hay un problema de clientes, porque si bien la crisis económica golpeó al sector, se siguen haciendo cajas. El tema acá fue el fraude de la patronal y el vaciamiento que fue haciendo en los últimos años que decantó en el cierre de la fábrica. No pagaba la luz, el gas, el agua, la AFIP, no pagaba las cargas sociales… Entonces ahora están los clientes, la mano de obra, las máquinas y necesitamos ayuda del gobierno por los servicios. La luz para la máquina y el gas porque el secado de papel se hace con una caldera…”
Los dueños son dos hermanos que heredaron la fábrica, Susana y Ricardo Angeletti, “dos estafadores” apuntan los laburantes. La mujer vive en Quilmes centro y el hombre en un country en Hudson. “Siempre se llevan la plata y nadie los controla, tendría que haber una ley que controle a las personas”, dice Luis, masticando bronca.
En la recorrida por la empresa se ve la desidia total de los dueños. Nacho Silva, hace la recorrida por el galpón explicando los detalles de la producción. Tiene 41 años y 20 de laburar en la Papelera. Explica los procesos que hacía la empresa y cómo fueron desarmando máquinas y llevándoselas. Eso ocurrió con la impresora, que le ponía la marca a las cajas que se fabricaban, “como Bagley”.
“Atalo con alambre”, explica Nacho para describir la lógica patronal de “no invertir ni en un tornillo, sumado a que las máquinas son viejas”. Lo grave está en las consecuencias de este accionar empresarial: los “accidentes” de trabajo. “La mayoría de nosotros estamos mutilados, a muchos les falta un dedo o tuvieron golpes en la cabeza“, cuenta Luis.
“Nosotros trabajábamos en condiciones inhumanas, con muchísimo riesgo de todo tipo, de agarrarse la mano en alguna máquina, que explotaban tableros, riesgo que llovía más adentro que afuera. Era jodido, porque si ibas a la ART perdías el premio y perdías plata, entonces en general seguíamos trabajando estando accidentados”, explicó Jonathan.
Ahora la fábrica está sin producir, pero la idea de construir una cooperativa está presente y es una propuesta que van a llevar adelante para el proceso de quiebra que se abrió hace pocos días.
Respecto al sindicato, en Ansabo cuentan que está muy ausente, por lo que se fueron articulando con otras fábricas en lucha. Así nació hace algunas semanas. la Coordinadora de Trabajadores en Lucha de Zona Sur.
“Nos dimos cuenta que los sindicatos y la CGT hacen vista gorda de estos conflictos, así que nos pusimos a organizar de manera independiente nos abrazamos con otros compañeros como los de Ran-Bat, despedidos de Coca Cola, SIAM, Eitar. Todos los lunes, funciona como sede Ansabo, nos reunimos a las 17hs y convocamos a cualquier trabajador. Acá la único que se pide es que sea trabajador y que venga a apoyar la causa de otro, no importa si están despedidos o si no están en conflicto“.
* Periodista de Radio Gráfica, conductor de Punto de Partida.
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