Por Juan Patricio Méndez (*)
La Multisectorial Humedales, junto con otras organizaciones sociales y asambleas ambientalistas, cortaron el pasado domingo 29 de Agosto el puente Rosario-Victoria, en reclamo por la inacción política y legislativa en materia de cuidado ambiental, relacionada a los incendios en el Delta del Paraná. “Por una Ley de Humedales ya. Por el fin de las quemas y la devastación de nuestros territorios. Por el derecho a la vida de nuestra flora y fauna autóctona. Por una auténtica democracia representativa”, expresaron a través de un comunicado.
Los incendios son moneda corriente desde el año pasado, y si bien se ha declarado la emergencia ambiental el 14 de junio pasado (incluído un “cese al fuego” inmediato por parte de las autoridades judiciales de la Justicia Nacional mediante una medida cautelar), la problemática aún continúa vigente. En consecuencia, este desenfrenado proceso productivo está llevando a la sistemática muerte de los suelos y los ecosistemas.
“Por una Ley de Humedales Ya. Por el fin de las quemas y la devastación de nuestros territorios. Por el derecho a la vida de nuestra flora y fauna autóctona. Por una auténtica democracia representativa”, expresaron a través de un comunicado.
Y la mención al proceso productivo es acertada, porque es producto de la intencionalidad de las quemas y la aceleración de los tiempos de los suelos es lo que está generando este devastador escenario. Lo que se genera en la quema del terreno es una relativa mayor “productividad” del campo, que resulta ser inversamente proporcional a la salubridad del suelo. Sistemáticamente, a medida que el fuego avanza, el suelo va muriendo y perdiendo la capacidad de absorción, y por lo tanto, el humedal deja de cumplir su función.
Los humedales son territorios claves para mantener la humedad del clima, así como de regular las temperaturas de los territorios y de oxigenar amplios espacios. En este sentido, los humedales constituyen una de las columnas vertebrales del medio ambiente en todo el territorio nacional. A su vez, su permeabilidad permite acumular agua (proveniente de las precipitaciones), y funcionar como una esponja. De esta forma no se producen anegamientos ni inundaciones terreno hacía abajo, y el sistema de riego en la región se mantiene natural.
“Lo que se genera en la quema del terreno es una relativa mayor “productividad” del campo, que resulta ser inversamente proporcional a la salubridad del suelo”
Es pertinente, habiendo dicho lo anterior, hablar de “ecocidio”. Las denuncias y comunicados de organizaciones, vecinos y asambleas de Paraná y Santa Fe, aludieron a la urgencia del tratamiento de una Ley de Humedales, la cual continúa en la Comisión de Agricultura desde noviembre del 2020, sin movimiento y con riesgo de perder estado parlamentario, al ecocidio generado en la región y a la gran cantidad de especies de animales incineradas y muertas. Los reclamos apuntan a una conocida consigna en el espacio de lucha ecológica: “Basta de Agronegocio” y “Ley de Humedales Ya”.
LA MANIFESTACIÓN DEL 29 DE AGOSTO
Las distintas organizaciones marcharon al puente Rosario-Victoria en repudio por “el no accionar legislativo, sumado al casi nulo compromiso del Ejecutivo nacional y de los gobernadores de las provincias implicadas, y la fatal incapacidad de la justicia de identificar y penalizar a los responsables” de los incendios perpetrados. Al mismo tiempo, el comunicado de la Multisectorial Humedales aclaró que “el Delta del Paraná, uno de los humedales más biodiversos del mundo, continúa siendo devastado por múltiples focos de incendio que diezman miles de hectáreas semanalmente”.
En el mencionado documento, la Multisectorial señala: “Ayer, en Villa Constitución, el humedal transformado en ceniza caía sobre los patios de las casas. Los focos de incendios se veían a simple vista, y continuaban hacia San Nicolás y Baradero. De acuerdo al testimonio de vecinos, los incendios se ubican en tierras donde se desarrollan actividades agroganaderas. Aunque después las autoridades nos hablen de bajante y pastos secos”.
“El Delta del Paraná, uno de los humedales más biodiversos del mundo, continúa siendo devastado por múltiples focos de incendio que diezman miles de hectáreas semanalmente”
La mención sobre la aplicación de las prácticas incendiarias sobre campos de actividad ganadera es un eje central de la cuestión. Como mencionamos previamente, la actividad agroganadera, en su búsqueda por ampliar su margen productivo, devasta los ecosistemas favoreciendo el monocultivo, extendiendo la frontera sojera, y perpetuando una modalidad extractiva que reduce al máximo la sustentabilidad de los territorios.
“Nuestra respuesta ante la muerte de los ecosistemas, los daños a la salud de la población y la complicidad ineludible del Estado, es la convicción cada vez más fuerte y multitudinaria de que el único camino a recorrer es la unión de la ciudadanía toda”, sostienen desde la Multisectorial. Y añaden: “Por la conservación de los ambientes que habitamos, y hacen posible nuestra vida y la vida de las futuras generaciones. Por una democracia ambiental, donde el bien común y la voluntad de los ciudadanos estén por encima de cualquier interés económico particular”.
“Los incendios se ubican en tierras donde se desarrollan actividades agroganaderas. Aunque después las autoridades nos hablen de bajante y pastos secos”.
Esta organización presentó, el pasado 9 de Agosto, un petitorio formal intimando a la gubernamentalidad y a los distintos poderes del Estado a tratar, con seriedad y presura, la Ley de Humedales. “Si la Cámara de Diputados no vota este año la Ley de Humedales, una vez más perderá estado parlamentario. En 2013 y 2016 una Ley de Humedales tuvo media sanción del Senado. Su tratamiento se trabó posteriormente en la Cámara Baja”, expresaron en dicho comunicado.
LAS CONSECUENCIAS DEL INCENDIO
Esta situación, ya reiterativa, generó grandes modificaciones en relación a los ecosistemas de la región. Entre varias cuestiones, muchas especies animales han muerto producto de los incendios, y muchas otras migraron a territorio seguro, lejos del humo y de los focos incendiarios.
En otro orden de cosas, desde el gobierno de Entre Ríos explicaron que “el humo y las cenizas generadas afectan la región metropolitana de Santa Fe y ciudades aledañas, y también las vías fluviales de la zona”. Esta consecuencia se repite al igual que el año pasado, cuando el humo producto de los incendios, además de llegar al interior de la Provincia de Buenos Aires, generó una bajante en la calidad del aire de hasta 5 puntos de su valor normal. El año pasado, la Secretaría de Ambiente de la Ciudad indicó que “el reporte de calidad de aire de la mañana determina que, en base a las quemas producidas en el noroeste de la Ciudad, se están analizando los valores reportados y se detecta que los mismos se encuentran por debajo de los límites admisibles”.
“el humo y las cenizas generadas afectan la región metropolitana de Santa Fe y ciudades aledañas, y también las vías fluviales de la zona”
Por otro lado, la secretaria de Ambiente de Entre Ríos, Daniela García, señaló que la bajante extraordinaria del río Paraná, la ausencia de lluvias y el cambio climático provocan que “haya mucho material combustible en las islas”. Lo cual es cierto, pero causa de la bajante del Río es la consecutiva expansión de la frontera agraria, el desmonte del amazonas, la excesiva carga de agroquímicos utilizados en las plantaciones y falta de políticas de cuidado ambiental. En este caso, la desatención a la intencionalidad de los incendios se expresa con una carga de culpa sobre la alta combustión de los pastizales secos, y no sobre las prácticas productivas. “Toda la zona está en peligro de nuevos focos de incendios”, por lo que “hasta noviembre se mantendrá el alerta”, concluyó la funcionaria.
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible publicaron un comunicado el 25 de agosto, donde informaron el accionar institucional. “A través de la Subsecretaría de Gestión del Riesgo y Protección Civil, el Ministerio de Seguridad de la Nación envió diez brigadistas pertenecientes a la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal Argentina para colaborar en la extinción de los incendios en el Delta del Paraná”, versa el informe.
Por último, es menester señalar que según un informe del Museo Scasso, Argentina lleva 6.428 focos en el año, la segunda peor marca en cantidad de incendios desde el 2012, y superando la comparativa con el 2020. Según el informe diario del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, al 30 de Agosto hay focos activos en Santa Fé (Arroyo Colorado) y Entre Ríos (Victoría e Islas de Ibicuy, este último controlado). El mismo estudio reveló que ya son 135.162 hectáreas las incineradas por fuegos.
En este contexto de emergencia urge una ley que trate, con la seriedad que el problema requiere, la situación de vulnerabilidad ecológica y ambiental de nuestro territorio. Los humedales están en crisis, y también la sustentabilidad y la salubridad de los suelos. El petitorio es nacional y los reclamos recorren cada rincón del país. Es hora que se promulgue la Ley de Humedales.
(*) Columnista de Ambientalismo de Abramos La Boca (Lunes a Viernes de 16 a 18 horas) / Radio Gráfica 89.3
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