En una entrevista en Radio Gráfica con Lucas Molinari y Leila Bitar, Carlos Raimundi, abogado, docente universitario y actual representante argentino ante la OEA, repasó las prioridades en la agenda internacional del gobierno que encabeza Alberto Fernández. Respuestas globales a la pandemia, bloqueos a Cuba y Venezuela, estallido social en Colombia, y el reclamo soberano sobre nuestras Malvinas, fueron algunos de los ejes abordados durante la conversación.
LM: Hay un problema con los organismos internacionales de la segunda posguerra que no están dando respuesta a la situación mundial. ¿Cuál es tu mirada desde la OEA?
CR: No escapa a ese juicio. Tenemos a la OMS (Organización Mundial de la Salud), a la OMC (Organización Mundial del Comercio), al FMI (Fondo Monetario Internacional), que han hecho declaraciones en favor del levantamiento de las patentes (de las vacunas contra el covid-19) para que se cumplan los requisitos del plan Covax. Inclusive otorgando –en el caso del FMI– fondos a países de desarrollo medio y de bajos ingresos, y aún así no han podido doblegar el poder de los laboratorios privados. Indudablemente es una muestra de la debilidad del multilateralismo.
Defiendo el origen de la palabra multilateralismo que implica establecer normas y organismos internacionales para poner límites a la voluntad libre de los más poderosos, en ese aspecto es una definición buena. Cuando el multilateralismo se presenta débil e ineficaz, ya no para frenar estados poderosos –que ya de por sí sería importante–, sino para hacer frente a las grandes corporaciones, que son de dos tipos en este momento; los grandes servidores de la tecnología digital y los laboratorios, que son los que han obtenido ganancias extraordinarias a partir de una tragedia que azota a la humanidad entera. Quiere decir que en los poderes públicos tendríamos que habernos impuesto y no lo hemos logrado. La OEA no escapa a eso, mas allá de las críticas que podemos hacer a su actual secretario general, que se ha mostrado mucho más altanero y visible para tratar de intervenir en asuntos internos de algunos países que para tratar de intervenir en los laboratorios y lograr la provisión de insumos, medicamentos y vacunas. Es cierto que la OEA tiene una característica especial por la personalidad de su secretario, pero en general lo que ha habido es una debilidad del multilateralismo frente a las grandes corporaciones privadas, que solamente se puede reequilibrar con un mundo más multipolar, con más polos de poder que defiendan a los estados y no a los monopolios.
“Los grandes servidores de la tecnología digital y los laboratorios son los que han obtenido ganancias extraordinarias a partir de una tragedia que azota a la humanidad entera”
LB: ¿Qué lugar debería ocupar Argentina y América Latina en éste escenario de disputa geopolítica entre el eje occidental liberal y el eje euroasiático?
CR: La historia de los movimientos nacionales y populares cada vez que ha llegado al gobierno ha construido una tradición que nos ha hecho fuertes y relevantes en el mundo. Cuando se ha hablado de la política exterior argentina se ha hablado de algunos principios. Eso llegó a su máxima expresión con la tercera posición del peronismo, que además de ser ejercida fue enunciada en una teoría política. Yo creo que habría que actualizar ese esquema, es decir, mantener lo que representa en términos de valores; defensa de la soberanía, autodeterminación de nuestros recursos, que nuestros pueblos son los dueños verdaderos de los recursos naturales, y que por lo tanto sean los que tienen que imponer condiciones a los grandes grupos privados y tener libertad para, en función defensa de esos valores, poder negociar con los distintos bloques, y acordar. Lo ideal sería que lo haga toda América Latina, no sólo Argentina.
“Nuestros pueblos son los dueños verdaderos de los recursos naturales, y por lo tanto, los que tienen que imponer condiciones a los grandes grupos privados”
Se están creando nuevas instituciones por primera vez, se ha pasado de la crítica a las instituciones de posguerra, a coexistir con otras instituciones; la ruta de la seda, el banco asiático de infraestructura, el consenso de Shanghai, son instituciones nuevas que intentan seducir a nuestros países y vienen en nombre de otros valores; de cooperación, de no imponer condiciones a nuestros países, de – hasta el momento– no voltear gobiernos, de no decirnos cuál tiene que ser nuestra política económica. En eso yo creo que hay diferencias, respetan más la soberanía de los estados. Esto no quiere decir que hay que alinearse detrás de ese nuevo bloque, no. Hay mayor respeto para negociar soberanamente, pero tendría que haber mucha mayor armonía entre los gobiernos de nuestra región como en los primeros lustros de este siglo XXI, que llevó a proyectos de crecimiento, independencia que no estamos viendo con esa intensidad, por el momento.
Argentina ha tenido posiciones dignas en cada uno de los conflictos internacionales, sabiendo que somos un frente político, que no todos tenemos la misma mirada, pero hemos sido capaces de construir dos o tres comunes denominadores para que Argentina tenga posiciones firmes en materia internacional.
LM: La semana pasada Argentina retiró la acusación hacia Venezuela ante La Haya que había iniciado el macrismo, y votó para que se investiguen los crímenes de Israel. ¿Qué apreciación haces de esos dos hechos de política internacional?
CR: El presidente desempeñó un rol muy importante en la salida democrática de Bolivia, que confirmó la elección del 2019 donde la OEA desempeñó un papel importante para crear un clima de golpe. Argentina tuvo una posición muy distinta junto a México. Nuestro presidente luchó para que Lula (Da Silva) saliera de la cárcel y también lo escuché decir que sería esplendido que Lula vuelva a ser presidente de Brasil. Eso no lo hace cualquier presidente. También manifestó una preocupación muy honda en cuanto a los excesos en el uso de la fuerza del gobierno de Colombia.
Yo creo que el tema Israel – Palestina es muy delicado y hay que abordarlo de dos puntos de vista. Es cierto que hay una asimetría de fuerzas extraordinaria, la manera en que vive el pueblo de Israel es una y cruzando la vereda la que vive un palestino es completamente distinta, infinitamente con más limitaciones. Ahora, cuando muere un niño por un ataque, a ese niño no hay que defenderlo más si es un niño de un gobierno o de otro, hay que ponerse en el lugar del niño, de su familia, que quizá no comparte las posiciones de su gobierno. Entonces, ¿qué hizo Argentina? condenó el ataque a civiles de un lado y de otro. Porque se pone en el lugar de quien sufre el ataque, de la víctima.
El otro plano es político, y ahí la Cancillería argentina también asumió una buena postura de apoyar la posición de la Alta Comisionada (de la ONU) para los Derechos Humanos, que planteó que Israel probablemente estuviera cometiendo crímenes de guerra. Lo dijo Bachelet. Y segundo, bregar por una solución pacífica duradera que pasa por la construcción de un estado territorialmente contiguo y viable para Palestina, respetando los territorios originales de la resolución de 1948 que nunca se cumplió. En ese sentido Argentina también ha tenido posiciones absolutamente firmes y claras.
Y al mismo tiempo, el presidente viene de una gira por Europa y habla con Angela Merkel y recibe a un enviado del gobierno de Estados Unidos, y participa de la cumbre climática, se reúne con el Papa y es invitado a China. La claridad no implica no poder hablar y discutir con todos los actores, y esa es una figura y semblante que está construyendo nuestro presidente en materia de política exterior.
LB: Hay un tema del que se ocupan mucho los organismos internacionales: el bloqueo a Cuba y Venezuela. Más allá de lo que cada uno pueda opinar de los gobiernos de esos países, ¿Cuál es la postura argentina ante la política de sanciones?
CR: Las últimas disposiciones tomadas por el gobierno argentino tienen que ver con tener un criterio propio; desempeñar un rol en desactivar las sanciones y los bloqueos. La posición argentina también había sido clara. Yo sé que tenemos matices, he sufrido operaciones mediáticas al respecto, buscando ahondar en las diferencias, sin embargo, hemos sido capaces como frente político de gobierno, de encontrar los grandes denominadores comunes, aquellos temas que nos expresan a todas las alas de la coalición. El primer punto es la defensa de los derechos humanos. Si vemos un problema de derechos humanos hay que preocuparse y pedirle al gobierno, si es que tiene responsabilidad, que lo resuelva y que juzgue si hay una institución policial o militar que tuvo abusos. Eso nos define a todos y a todos los países, no a un país sí y a otro no.
“Hemos sido capaces como frente político de gobierno, de encontrar los grandes denominadores comunes, aquellos temas que nos expresan a todas las alas de la coalición”
Y el segundo punto la condena a los bloqueos, porque no han manifestado perjudicar a los gobiernos sino a los pueblos. En eso Argentina ha sido muy firme. Y en tercer lugar, tratar de obtener salidas negociadas y pacíficas. ¿El bloqueo que hace? Lleva a un gobierno asfixiado por las sanción de un grupo de países a aliarse geopolíticamente con otro grupo y eso expone a la región a un conflicto geopolítico que puede tener inconvenientes en términos de violencia, y América Latina tiene que preservar la paz. Porque cuando uno mira como está cada región del mundo donde la violencia se ha convertido en un elemento crónico, ese es el inicio de la perdición. Por eso hay que mantener América Latina en paz, y de allí que defendemos soluciones soberanas y negociadas, donde los gobiernos que han sido excesivamente duros con la oposición entiendan que tiene que contemplar a todos los sectores políticos pero siempre desde estos principios; derechos humanos, autonomía, no bloqueos y sanciones, y soluciones pacíficas y negociadas.
“América Latina tiene que preservar la paz. Porque cuando uno mira como está cada región del mundo donde la violencia se ha convertido en un elemento crónico, ese es el inicio de la perdición”
LM: Hablabas de la paz en la región y hay dos temas que preocupan. Uno es Colombia, ¿qué está haciendo la OEA por Colombia? , y otro es Malvinas, contanos qué estás planteando en tema Malvinas, que es una causa latinoamericana.
Sobre Colombia Argentina se ha expresado, y la OEA no ha tomada cartas porque el actual gobierno es uno de los respaldos más grandes que tiene (Luis) Almagro, entonces la OEA hizo una declaración en alguna medida, pide tangencialmente, marginalmente, que no se exceda en el uso de la fuerza pero básicamente condenan a los grupos que protestan. El secretario general está parado en una defensa muy fuerte del gobierno de Colombia.
En Malvinas la OEA tiene una tradición de que anualmente en Asamblea General se vota por unanimidad y aclamación el apoyo a la declaración argentina, que ni siquiera dice que las Malvinas son argentinas, dice que los británicos tienen que respetar el derecho internacional y sentarse a discutir la soberanía. Obviamente en términos pacíficos y en repudio al colonialismo, y a la presencia militar y nuclear en la región del Atlántico Sur, con todo lo que eso implica como amenaza y como disputa de recursos.
El nuevo gobierno argentino siguiendo la tradición peronista kirchnerista y de los gobiernos populares no peronistas, en todo este nuevo tramo ha tenido una gran iniciativa que es poner la mirada en el Atlántico, en el mapa bioceánico de la Argentina, en el mapa bicontinental, porque Argentina conectada con el Atlántico y por vía de las rutas del Atlántico Sur, también con el Océano Pacífico, amplia enormemente su perspectiva geopolítica. Obviamente el día que tengamos una mayor armonía entre los gobiernos del Cono Sur, eso se potenciará mucho más y América Latina se podrá constituir en un polo más de poder en esa multipolaridad internacional que todos anhelamos.
- Entrevista realizada en Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10 hs)
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