La situación es alarmante. El sistema sanitario en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires marcha al colapso a partir del “tsunami” de contagios que, excepto en la última semana, desde comienzos de marzo crece en forma exponencial.
Las restricciones para bajar la circulación de personas tomadas hasta el próximo 30 de abril se endurecerían desde el próximo fin de semana en la zona del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los epidemiólogos, infectólogos y aquellos que trabajan en cuidados intensivos alertan que no hay más margen. Si no se toman esas restricciones inevitablemente no se podrá dar una atención médica adecuada a todos aquellos que lo necesiten, con duras escenas que Argentina sorteó en hasta el momento.
Uno de los que marcó esa posición de modo más enfático fue el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán: “Estamos en una situación crítica y necesitamos medidas drásticas, de 15 días por lo menos, con un cierre muy fuerte de la circulación de personas y, por lo tanto, del virus“.
“Significa que hay que bajar la circulación a un nivel que dejemos lo mínimo indispensable para desarrollar la vida cotidiana, como la primera etapa del año pasado“, agregó.
También alertó que existe “un nuevo perfil de enfermos críticos y estamos viendo pacientes jóvenes graves, que antes tardaban unos días en dar síntomas y luego se mejoraban”.
Por su lado, la Ciudad de Buenos Aires que viene desafiando el DNU presidencial sosteniendo las clases presenciales, también con una política más reticente a restricciones y a controlar la aplicación del DNU, comenzó a dar un giro discursivo dejando la puerta entreabierta para endurecer, al menos, algunas de las medidas. Esto frente a una situación que en cuestión de días puede desbordarse en hospitales porteños privados y públicos donde ya no quedan prácticamente camas para paciente críticos. Tampoco para aquellos que pagan onerosos planes de salud de medicina prepaga.
“Si en estos días, los casos bajan claramente, seguramente vamos a poder un escenario determinado; pero si no alcanzan para bajar, vamos a tener que hacer algo”, advirtió Quirós en un medio tono que desliza un cambio de postura. “Si no bajan los casos, vamos a tener que discutir bajar la circulación pública”, añadió sin convicción, pero con un inevitable realismo.
En la zona AMBA el panorama de contagios es alarmante. El único dato “alentador” es que en la última semana no crecieron los casos, pero frente a un piso altísimo de contagios, por lejos el más alto desde que comenzó la pandemia. El problema es que es necesario un descenso pronunciado para que el sistema sanitario no colapse.
En diálogo con Radio Gráfica, la titular de la Asociación Argentina de Terapia Intensiva, Rosa Reina, expresó: “El incremento de casos fue muy brusco, muy exponencial, lo cual hizo que rápidamente se ocuparan la mayoría de las camas”. A ello agregó que “el problema también es el personal, que no es suficiente para atender a tanta cantidad de pacientes”.
“Necesitan una cama, un respirador, un monitor y dos o tres bombas. Alrededor de eso tiene que haber, fundamentalmente, profesionales que puedan pensar en pacientes graves y manejar los respiradores”, advirtió. Otro punto sensible es el agotamiento del personal de salud tras un año durísimo y exigente, también la falta de insumos como oxígeno y drogas para tratamientos en algunas regiones del país.
REUNIONES. El DNU presidencial con las actuales medidas tiene vigencia hasta el próximo 30 del abril. Se espera una reunión entre Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta para el próximo jueves, donde se definirán las políticas para, al menos, los siguientes 15 días. En el mientras tanto segundas líneas se mantienen en contacto, para una necesaria coordinación en una zona que es continuo urbano.
Para las medidas venideras se descuenta que serán más duras, resta saber la intensidad y la posición de la Ciudad, que viene tomando posturas más laxas, con menos restricciones y controles. También resta saber que ocurrirá con las presencialidad en las aulas, tema con el que Juntos por el Cambio y la Ciudad en particular tomaron como bandera para oponerse al Gobierno nacional y afirmarse en franjas de parte de su electorado. Especulación política en medio de muertes y contagios masivos.
Son varias las opciones que se barajan para volver a la presencialidad, pero dado el contexto parece muy complicado que pueda ocurrir la próxima semana. En Provincia se están dictando en forma virtual, Capital las sostiene en medio de continúas suspensiones de burbujas por contagios, padres que no envían por temor a los niños y medidas de fuerza de los gremios docentes. Versiones indican que habría un regreso gradual, aún resta saber el criterio para determinar que grupos irán volviendo prioritariamente a la presencialidad.
Para estos días se espera que la Corte Suprema de Justicia defina sobre la competencia del DNU nacional sobre la Ciudad de Buenos Aires, aunque conocedores de la agenda jurídica esperan un fallo vidrioso que no resuelva y cierre la discusión sobre la presencialidad de las clases.
Este lunes, desde horas de la tarde se reunieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, junto a un grupo de especialistas. Muchos de ellos en declaraciones periodísticas previas coincidieron en la necesidad de endurecer las medidas, volver a Fase 1 o similar restringiendo lo máximo posible la circulación.
A diferencia de lo que sucedió al comienzo de la pandemia, se espera que sea más acotado en el tiempo y que alcance a las regiones que encuentren con riesgo epidemiológico. Mientras tanto la expectativa es avanzar en el plan de vacunación con la mayor velocidad posible para cubrir, al menos, las franjas etarias con mayor riesgo frente al coronavirus.
Redacción: Leonardo Martín
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