Si bien algunos focos se encuentran contenidos, aún hay puntos en donde el fuego sigue activo, informó el Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales de Río Negro. Según el Ministerio Público Fiscal interviniente, la causa fue un asado realizado a 50 centímetros de un pinar, lo que provocó la rápida expansión de las llamas.
Por Juan Patricio Méndez*
El Servicio Nacional de Manejo del Fuego dió a conocer que los incendios de origen en Cuesta del Ternero están controlados. Sin embargo, confirmaron que aún hay focos activos, y el secretario de Protección Civil de la Secretaría de Estado de Seguridad y Justicia de Río Negro, Adrián Iribarrem, explicó que “se continuará trabajando para la extinción total de los mismos”.
“Los sectores 1, 3 y 5 (relativamente cercanos a Cuesta del Ternero y al epicentro de los incendios en El Bolsón) se encuentran controlados en Guardia de Cenizas”, continuó. Y refirió también que los sectores 4 y 6 aún presentan actividad en zonas altas y desde horas de la mañana se trabaja para controlar las llamas”. “Los trabajos de los brigadistas, de los medios aéreos y de todos los organismos que están en la zona, han ido dando resultados y la etapa de este momento, un estado general, contenido es muy alentador”, concluyó.
El incendio
Las llamas comenzaron el día 24 de enero, cuando un grupo de jóvenes se retiraron del predio donde se encontraban realizando una parrillada “sin apagar el fuego correctamente”, según asegura el expediente en la investigación en curso. Al momento, hay seis personas imputadas por la justicia de Río Negro como coautoras del delito de Incendio.
Los fiscales, en la presentación realizada, detallaron que “cuando el grupo se retiró del predio, lo hizo sin apagar el fuego correctamente, y como consecuencia se expandió hacia el pinar quemando, hasta el día de hoy, 8 mil hectáreas de bosque y forestación”. En ese sentido, interpretaron que debido a ese accionar de abandono de las brasas, las condiciones climáticas de origen, que involucran altos vientos y temperaturas, aceleraron los procesos incendiarios, provocando su extensión por los bosques de la región.
En los considerandos, los magistrados indicaron que este incendio “atentó y aún atenta contra la seguridad pública, resultado que desatendieron y consintieron”. En consecuencia, a los acusados se los imputó por el delito de Incendio (artículo 186, inciso 2.B. del Código Penal).
Los fuegos arrasaron con vegetación y bosque nativo (lengas, cipreses, radales, arrayanes, pinos). Al mismo tiempo, no se han reportado daños en relación a la fauna, que si bien fue afectada, no hubo animales acorralados por las llamas. Del mismo modo, cualquier siniestro de esta índole produce un grave atentado contra la biodiversidad de las regiones afectadas.
Por otro lado, este es un nuevo caso en donde hay directa intervención del ser humano en la producción y origen del incendio. Aunque no de manera intencional, esta sigue siendo una constante el involucramiento de la ciudadanía en diferentes tipos de incendios. Por un lado, operando a favor de un modelo extractivista que busca acelerar los tiempos productivos incendiando grandes porciones de territorio; por el otro lado el mero descuido. Pero siempre se repite un patrón humano en el origen de estos fenómenos.
A nivel general, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, explicó que “el 95 % de los incendios son intencionales. Por eso es fundamental que la justicia actúe”. También, a fines del 2020, Diego Concha, titular de la Defensoría Civil de La Provincia de Córdoba, afirmó que “el 98 % de los incendios que tienen lugar hoy en día son intencionales”.
Vale aclarar que las consecuencias ambientales son catastróficas en estos escenarios. Desde la pérdida de biodiversidad, tanto flora como fauna, así como los daños a la atmósfera y a la calidad de aire, son consecuencias directas de los incendios. Por ejemplo, la crisis ambiental originada en las Islas del Delta del Paraná dejó, como uno de los saldos, una gran cantidad de material particulado en el aire, así como también una gran baja en la calidad del mismo.
Todas estas eventualidades se suman a una gran lista de atentados contra el ambiente, los cuales repercuten directamente sobre el Cambio Climático. En estos casos, la puesta en marcha de un análisis exhaustivo sobre las causas propias de este fenómeno debería involucrar una fuerte crítica sobre los modelos extractivistas, sobre el modelo del agronegocio y sobre la falta de pedagogía y cuidado ambiental de la ciudadanía.
Sobre este incendio, Fernando Arbat, subsecretario de Recursos Forestales de Río Negro, señaló que “la cantidad de bosque nativo o implantado consumido son 8.000 hectáreas, el daño ambiental es muy importante, muy grave”. El fuego afectó a la vegetación nativa y también a distintas variedades de pino, las cuales son plantaciones exóticas utilizadas para el desarrollo de la industria forestal en la región. “Se han quemado cipresales que están en la ladera de la montaña Piltriquitrón. También se consumieron árboles de lenga, que esos están arriba de los 900 metros y son parte del bosque nativo”, añadió Arbat.
Al 17 de febrero, el Sistema Nacional de Manejo contra el Fuego reportó un total de 9800 hectáreas incendiadas en Río Negro, y unas 399 en Chubut. En el año ya suman 26 mil las hectáreas afectadas por el fuego. Por último, la Provincia de Río Negro informó que hay 220 brigadistas trabajando contra el fuego en la región. Al mismo tiempo, hay un foco que se encuentra activo localizado en la localidad de Ñorquinco (Puesto de Chapa). En Chubut, por último, el fuego fue controlado en Futalefú.
La quema sistemática de bosque nativo, en el último tiempo, ha implicado graves consecuencias ambientales. Fauna y flora autóctona se ha visto afectada, así como también el equilibrio de los respectivos ecosistemas. Entre otros efectos se encuentran la destrucción de la cubierta forestal, la pérdida del suelo fértil, avance de la erosión, el aumento en las emisiones de dióxido de carbono a la atmosfera y desertificación.
Se vuelve necesario, a la vista de las alteraciones provocadas por estos fenómenos, finalizar estas prácticas y apuntar hacia una construcción societaria más sustentable, saludable y en términos de ecología social.
* Columnista de Ambientalismo de Abramos La Boca, lunes a viernes de 16 a 18 horas, por Radio Gráfica.
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