Por Valeria Rodríguez*
La semana pasada el primer ministro de Irak, Mostafa Kahadimi, estuvo de visita en Estados Unidos por invitación del Congreso norteamericano cuyo objetivo era llegar a una negociación para el retiro de las bases militares en Irak.
Al regreso a Bagdad, Kahadimi anunció que después de la reunión con Trump y con la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, se acordó que el retiro comenzará a hacerse efectivo dentro de los próximos tres años.
Ante este anuncio hubo descontento por parte de los representantes ya que existen distintas posturas al interior.
Por un lado están quienes apoyan el retiro de las bases pero manteniendo las relaciones de cooperación militar con Estados Unidos ( esa es la posición del primer ministro) y por otro lado, están quienes exigen el retiro de las bases por haber violado la soberanía del país.
Irak, como país multiétnico cuenta con varias facciones desde sus inicios, incluso antes de la formación del Estado como tal, de hecho, el actual Irak era la antigua Mesopotamia, la cual estaba compuesta con diferentes pueblos con idiomas y culturas características, a su vez, en la actualidad esto se reproduce en la política nacional.
Estados Unidos y conflictos internos
Además de los actores propios del país hay otros que juegan un rol fundamental en la política interna, uno de ellos es Estados Unidos que cumplió un importante rol en los años 80 durante la a impuesta a Iran y posteriormente después del 11 de septiembre de 2001.
Estados Unidos no solamente utilizó la lucha contra el terrorismo para mantener su presencia estratégica en la región sino que también buscó acercarse a aquellos grupos separatistas para beneficiarse políticamente.
Irak cuenta con una serie de acuerdos de cooperación militar con Estados Unidos que tienen que ver con la formación militar de las fuerzas armadas nacionales.
En noviembre del 2019 hubo una serie de manifestaciones sociales contra el gobierno del Primer Ministro de ese momento, Abdel Abdul Al Mahdi.
Al Mahdi, venía batallando las negociaciones por la finalización de los acuerdos militares que habían terminado formalmente en diciembre de 2011 pero que se habían extendido por las acciones de la Coalición Antiterrorista encabezada por Estados Unidos en la cual participan más de 30 países y que realizaron trabajos en conjunto con la Coalición Rsii encabezada por Rusia contra los grupos terroristas.
Cabe destacar que el país fue prácticamente liberado de los grupos terroristas y solamente quedaron en el norte de Irak que es justamente donde se encuentran los principales yacimientos de petróleo del país y que son disputados por los kurdos y los terroristas.
Las manifestaciones de noviembre, por un lado llevaron a la renuncia del Primer Ministro y por otro lado cambiaron su dirección cuando Estados Unidos decidió bombardear las instalaciones de Hezbollah en Siria durante el mes de diciembre lo cual desembocó en que los soldados norteamericanos se atrincheraran en la embajada de Bagdad.
Tan sólo tres días después,Estados Unidos asesinó a los Generales Suleimani (Guardia revolucionaria iraní) y Mohandes (Milicias populares iraquí),violando la soberanía del país lo que llevó a que se exigiera el retiro de las bases militares en el país árabe.
Ante el asesinato de ambos generales, el Primer Ministro tuvo que mantenerse en su cargo hasta que se eligiera uno nuevo pero de acuerdo a la Constitución iraquí, para que esto se hiciera efectivo se necesitaba lograr legitimidad por parte del Congreso.
Después de tres intentos de nombrar y dar legitimidad a un Primer Ministro, recién en mayo de este año se consiguió legitimar a Khadimi quien es el responsable de hacer cumplir la resolución del Congreso sobre las bases militares y quién debe conseguir resolver la crisis interna en la cual se encuentra inmerso el país.
Khadimi cuenta con una postura un tanto blanda en torno al retorno de las bases ya que sostiene que no quiere dejar de lado los acuerdos militares con Estados Unidos, los cuales tienen que ver con la formación de los soldados.
A su vez, al asumir como Primer ministro, se reunió en Irán con Jamenei y también inició una serie de reuniones con otros mandatarios árabes inclusive unos días después su regreso de Estados Unidos se reuniría con el rey Saudí Bin Salman pero fue cancelada por el estado de salud del rey.
Mientras tanto, ya cayeron al menos tres misiles Katyushka cerca de Bagdad y las manifestaciones populares contra las bases no cesan a pesar de la pandemia.
El mismo martes que explotaba el Puerto de Beirut, el ejército norteamericano, a través de un comunicado del comando Hard Will anunciaba el inicio de ejercicios militares con munición real, cerca de la base Al Tanaf, a 55 km del cruce entre Siria, Irak y Jordania.
Rusia, Turquía e Irán
El papel de Rusia en la región también es crucial ya que tiene intereses en el petróleo y gas iraquí donde invirtió más de 10 mil millones de dólares a través de empresas rusas como Gazprom que es la subsidiaria del proyecto Turkstream entre Tuquia y Rusia.
A su vez, Rusia es aliado de Irán que durante los últimos años estaba reconstruyendo las relaciones con Irán que a pesar de la guerra impuesta del 1981 tiene conexiones por que Irak cuenta con mayoría de shiita y la presencia del Ayatollah Sistani es tan importante como la presencia de Jamenei en Irán.
Además, al interior del shiismo iraquí también hay otras posturas más nacionalistas como la de Mourtada Sadr quien hasta hace poco tenia posturas un tanto ambiguas ya que en 2017 había intentado acercarse a Arabia Saudita marcando una distancia a la resistencia pero en septiembre de 2019 se lo vio muy cerca de Jamenei en Mashhad donde se fotografiaron.
La foto con Jamenei, simbólicamente demostró que el rompecabezas de la resistencia se iba haciendo más compacto y eso era un problema para los norteamericanos.
El domingo, manifestantes iraquíes incendiaron un canal de noticias durante el décimo día de Ashura, una conmemoración religiosa que recuerda la lucha del nieto del profeta contra la tiranía, ya que el canal de televisión había faltado el respeto al luto.
Algunos analistas políticos sostienen que Estados Unidos intenta generar este tipo de disputas al incorporar valores extranjeros a través de los medios de comunicación, como lo han hecho con los graffitis durante las manifestaciones de noviembre.
Turquía por su parte, cuenta con intereses en el norte de Irak, una de las zonas más calientes del país ya que por un lado hay una influencia kurda y por otro lado también es una zona en la cual se encuentra el último bastión terrorista.
Entre Turquía y los kurdos hay un encono histórico, principalmente con el movimiento Pkk que es considerado como grupo terrorista por Ankara.
Unos días antes de la visita de Kahadimi a Estados Unidos, Turquia violó el espacio aéreo iraquí con un dron en el área de Sakedkan que se encuentra en la frontera entre el kurdistan iraquí y el gobierno de Iraq.
Si bien es recurrente que existan disputas entre kurdos e iraquíes, en este caso, el dron turco disparó y mató a dos Generales iraquíes y a otras 14 personas.
Ante está situación, el Ministerio de relaciones exteriores de Iraq convocó al embajador de Turquía en Bagdad y emitieron un memorando de protesta.
Los conflictos internos y la injerencia norteamericana son una bomba que puede explotar en cualquier momento.
Si bien Estados Unidos sostiene que se retirará de Iraq, su injerencia continúa a través de las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación, así como la utilización de los grupos separatistas.
Para complicar aún más la situación, Macron visitó Irak en un intento de conseguir presencia en la región ya que ante la explosión en Beirut volvió a ganar presencia en la zona.
El martes se reunió con el Presidente iraquí Burhan Saleh y con el Primer ministro, también con los representantes kurdos del norte del país.
*Política internacional en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs, por Radio Gráfica)
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