Por Lucas Molinari
Mucha emoción es lo que se vive en cada acto del Profesorado Pueblos de América. Abrió en marzo de 2019, actualmente tiene 190 estudiantes. Ya se egresaron 37 maestras y maestros (sobre todo mujeres) que están dando clase y el próximo 15 de diciembre habrá 13 nuevas egresadas.
Números que deberían llevar al gobierno porteño a reconocer al Pueblos de América que puede entregar títulos pero no tiene sueldos para sus docentes. Son 78 quienes dan clase, que le ponen en el cuerpo de manera militante a este Profesorado.
Parece generar un fuerte contagio e identidad para lograr en estos tiempos de tanto individualismo, que se mantenga una cursada de excelencia sin financiamiento de la Ciudad de Buenos Aires, la más rica por lejos de todo el país.
Siguiendo con los números que seguramente interese a las autoridades porteñas: Hay 15 estudiantes de tercer año que están dando clase en escuelas primarias de la Ciudad ¿Por qué? Porque está declarada la “emergencia educativa”. Por eso, con el 70% de la carrera hecha, ya están habilitadas las maestras para estar frente a clase.
Otro dato por demás interesante es que un 20% de la matrícula de este Profesorado no es de la villa 21-24. Es decir que, el Pueblos plantea en la práctica esa “integración urbana” que tanto se declara.
Todavía no hay una comunicación oficial de cierre de la institución, pero sí hubo llamados informales que alertaron a la comunidad educativa. Este lunes 1 de diciembre, por la tarde, las autoridades del Profesorado están convocadas al Ministerio de Educación que está en la villa 31 de Retiro.
Veremos qué plantea la directora de Gestión Privada Nora Lima, que responde a la ministra Mercedes Miguel.
“Los datos que evalúa el gobierno de la Ciudad para analizar instituciones en este momento son la matrícula y la efectividad en cuanto a egresos”, explican a Radio Gráfica fuentes de Educación. Por los números que expusimos en esta nota no sólo deben abrir las inscripciones para primer año en el 2026, sino que urge que el Pueblos de América tenga el reconocimiento pleno para que siga creciendo en el corazón de la villa más grande de la ciudad, la 21-24 de Barracas.
“Acá estamos no sólo para resistir”, planteó uno de los maestros, Daniel Ferro, que continuó, “estamos para re-existir, para dar un paso adelante, para tener esa esperanza no sustantivo sino esperanza verbo. Esperanzar como nos enseña Paulo Freire y estamos esperanzando también”.













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