Por Lucas Molinari
“La patria es una fracturación dolorosa. Una oposición real, áspera, cotidiana, de las clases sociales nacionales y antinacionales entre sí. Y esta lucha ordena desentronizar a la antipatria en sus múltiples e inconsútiles manifestaciones económicas, políticas y culturales”, afirma Juan José Hernández Arregui en “Nacionalismo y liberación”, publicado en 1969.
Luego explicita su concepción: “Es un nacionalismo que reniega de la “democracia” colonial. Este nacionalismo sabe que la democracia, aunque sea constitucional y parlamentaria, es una trampa. Un amuleto. No puede haber democracia en los países cuyos dirigentes necesitan invalidar la voluntad nacional del pueblo y cuyos recursos naturales son usufructuados por metrópolis remotas que así pueden vivir en democracias”. Y continúa: “Un país colonial, aunque tenga un gobierno propio, si no es dueño de su economía tampoco lo es de su suelo (…) es y será siempre, como país deudor, una factoría encadenada a la metrópoli de superior poderío económico y militar.”
En 1969 nuestro país aún estaba integrado socialmente. Las bases del modelo peronista seguían vigentes a pesar de la apertura económica de la Fusiladora a las grandes corporaciones transnacionales.
En la resistencia al cierre del frigorífico Lisandro de la Torre en el barrio de Mataderos (ordenado por el FMI a Frondizi) surgió la consigna “Patria si Colonia no”. Un conflicto que se perdió pero a la vez impulsó una corriente de militancia obrera a protagonizar construcciones que se planteaban la liberación nacional.
La democracia como trampa en aquel `69 no sólo se explica en la proscripción al peronismo. Sino que, para los revolucionarios la tarea era (y sigue siendo) dejar de ser colonia.
No se trataba entonces de pensar en ir a votar sino en planificar una patria con justicia social. Había que recuperar soberanía y diseñar un Estado que pueda conducir un proceso de desarrollo endógeno.
Este 2025 es un año electoral. Ya pasaron varias elecciones y vemos como común denominador que existe un gran desapego de nuestro pueblo por el acto de sufragio.
Veamos el caso de Rosario, ciudad donde se ubica el puerto (privatizado) más importante (en volumen de exportaciones) del país.
El domingo pasado votó para la renovación del Consejo Deliberante tan solo un 48% de los 815.011 electores. Félix García Colombi, periodista de la radio comunitaria Aire Libre, analizó: “En 10 años bajo casi un 25% la participación, de 2015 a la fecha progresivamente fue bajando el nivel de votación”, y comentó la situación que se vive en los barrios: “En Rosario el promedio de entrada a consumo de drogas bajó en los últimos años y ronda los 11 años. Hay pibes con consumo que entran con 8 años. En esta ciudad viven más personas en villas que en CABA con menos de la mitad de los habitantes. El desempleo se vuelve estructural cuando gobiernan los oligarcas e imponen políticas de saqueo y anti industriales”.
Luego, Félix opinó sobre estos comicios: “El Concejo Deliberante no le cambia la vida nadie. Se toma carrera para futuras candidaturas y los que no fueron a votar lo saben. Luego, creo que por varios motivos parte de nuestro pueblo está convencido que hacer política le cambia la vida a los que la hacen y ellos son espectadores. Yo veo a la ciudad muy rota y va se va a profundizar eso. El gobierno local es un desastre y las lecturas nacionales (de los resultados de esta elección) creo que son forzadas”.
Esto último quizá no caiga simpático a aquellos compañeros/as que difundieron comunicados titulados “El peronismo arrasó en las urnas…” Y no es una cuestión de optimismo – pesimismo, sino de análisis político de coyuntura.
A ver, vayamos al hueso… ¿Qué pueden cambiar las elecciones de medio término?
El gobierno demostró la devaluación del Congreso Nacional y de las instituciones en general. Siendo minoría logró disciplinar (con la prepotencia de las corporaciones) a los gobernadores y logró algo impensado año atrás: Reformas estructurales, como la laboral, que se están ejecutando en cuotas pero a paso firme.
La CGT sigue apostando al diálogo. Gerardo Martínez fue el representante de la Mesa Chica en el Consejo de Mayo. Insistimos, de la Mesa Chica, porque la CGT es mucho más que esa cúpula dirigencial. Son las federaciones, confederaciones, regionales, las comisiones gremiales internas…
El lunes pasado en UPCN se reunió esa Mesa y discutió fuerte según contó Ricardo Carpena (ex funcionario vaciador de Télam) en Infobae: “Omar Plaini (canillitas) propuso que un tribunal de disciplina de la CGT sancione a los dirigentes “que se cortan solos”.
La bronca se planteó contra la marcha multisectorial por la Soberanía y el Trabajo que se realizó el 25 de junio, encabezada por la CATT (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte). Quien la representa es Juan Carlos Schmid, que discutió con Plaini, según relata Carpena, y se terminó yendo antes de la reunión.
Lo curioso de la propuesta sobre el tribunal de disciplina es que en la movilización hubo varios dirigentes de esa Mesa Chica, como el co-secretario general Octavio Arguello, Julio Piumato y Jorge Sola.
En Gráfica pudimos entrevistar a Omar Plaini para consultar si eso que publicó Infobae con tanto detalle había ocurrido. El dirigente se enojó con la pregunta y no desmintió el hecho, luego afirmó que “No se valora la estrategia inteligente de CGT”.
Lo que está claro que es hay varios debates en la central obrera. El principal es si hay que confrontar o dialogar con este gobierno. Los sindicatos marítimos fueron empujados al conflicto por un decreto de desregulación que atenta contra todas las conquistas alcanzadas en el siglo XX. Pero, por paritarias a la baja y despidos todos los gremios tienen razones para dar pelea contra este modelo de miseria planificada.
La Unión Obrera Metalúrgica, como contamos en la edición anterior, sacó un comunicado para exigir un Plenario de Secretarios Generales para discutir qué hacer como central obrera. En la marcha por la Soberanía, consultamos al camionero Arguello si iban a ponerle fecha a esa reunión y dijo que si. Pero Plaini contó que ese tema no se trató en la reunión del lunes.
Además de la discusión sobre cómo posicionarse ante la coyuntura, en la CGT se preparan para el recambio de autoridades previsto para el último trimestre del año.
¿La Unión Obrera Metalúrgica quiere volver a la secretaría general? Es un rumor que corre y estaría apoyado por gremios industriales y del transporte.
En estas discusiones, lamentablemente, también entran en juego las tensiones de la política profesional (kirchneristas o kicillofistas, por poner etiquetas). Es decir, en un escenario de disgregación nacional como el que vivimos hay dirigentes sindicales que también tienen como prioridad en su agenda el cierre de listas.
Veremos cómo avanza esta Multisectorial por la Soberanía, el Trabajo y los Salarios dignos… Por lo pronto, están organizando ollas populares para el 9 de julio y empujando por una “gran marcha federal“.
Los conflictos se dan por separado, pero nadie puede decir que no hay pelea. La asamblea del Hospital Garrahan convocó a copar la Plaza de Mayo el jueves 17 de julio. Los miércoles continúan los jubilados y en varias fábricas se dan diferentes luchas defensivas.
Vale una mención a la conquista de la Cooperativa Madygraf que logró su expropiación en el Senado bonaerense, en el mismo día que la vicegobernadora desempató para que haya reelección indefinida de legisladores provinciales. Una gran noticia que pasó de largo porque la atención mediática estuvo puesta en la agenda de la “casta“, que el gobierno nacional aprovechó para denostar al conjunto del peronismo.
Mientras tanto, el Experimento sigue avanzando: Luis Caputo dio señales claras de lo que se viene. Más deuda, profundización del saqueo y una fuga de capitales que este año puede ser la más grande de la historia nacional. Según Rodolfo Treber, al ritmo que vamos, en 2025 se van a ir al exterior 60 mil millones de dólares, superando lo ocurrido en 2018.
Caputo anunció que van a ir por: Privatización de empresas públicas (Aysa, Intercargo, Nucleoeléctrica, entre otras, están en la lista de la ley bases), venta de activos del Estado (edificios, tierras, liquidación de entes reguladores), concesiones como las hidroeléctricas de Neuquén y Río Negro, y venta de blocktraides.
“Lo que importa es que entren dólares por más que tenga que vender todo”, explicó Treber. Ya lo dijo el Jp Morgan en un documento: “todos al dólar“.
Sabemos que la deuda es para disciplinarnos, para consolidar un modelo de saqueo que sea intocable para futuros gobiernos.
Un ejemplo está en el gas. Esta semana Mar del Plata se quedó sin suministro y no hubo GNC por varios días… Roberto Baratta, funcionario clave del kirchnerismo en el ministerio de Planificación Federal, dio una extensa explicación en Gráfica sobre las razones de este déficit energético: Desde el 2015 se frenaron las obras de infraestructura y hay una desidia total de la actual gestión.
Pero no es sólo que no les importa un carajo nuestro pueblo y nuestro país, sino que se está profundizando un esquema colonial de extractivismo: Sin obras, el gas de Vaca Muerta no llega a los centros urbanos. De ese modo, Argentina depende de importar GNL (Gas Natural Licuado). La dinámica es la siguiente: “Estás exportando a 6 y estás importando a 12. Cuando se exporta lo cobra el privado y cuando se importas lo pagamos todos”, describió Baratta.
“El 73% de todo el gas que produce la Argentina está en manos de cuatro empresas. Durante los últimos meses del año pasado y los primeros de 2025 la multinacional francesa TotalEnergies desplazó en forma histórica a YPF como la principal productora de gas del país. Completan el ranking Pan American Energy y Tecpetrol, seguidas a distancia por Pampa Energía de Marcelo Mindlin y PlusPetrol“, escribió Fernando Gómez que recuerda en su nota la grandeza de Gas del Estado que fue entregada en 13 partes en la privatización de 1992.
Urge reivindicar el rol empresario del Estado como clave de recuperación futura de la riqueza nacional. Sobre todo en esta coyuntura en que buscan arrebatarnos YPF y faltan voces que reivindiquen la expropiación realizada.
La dirigencia política profesional en vez de cuestionar este colonialismo del siglo XXI, discute las migajas que nos dejan las corporaciones (cuando piden más coparticipación) o van al extranjero a pedir deuda para hacer las obras de infraestructura (rutas), porque las multinacionales ni en eso quieren invertir.
Es el “Estado bobo” para la extracción de nuestros recursos que se van sin valor agregado.
Como decía Don Arturo: Somos un país en el que llueve la riqueza pero que está techado con canaletas que se llevan todo para fuera. Por eso, el próximo 9 de julio es un gran día para el encuentro, para reafirmar convicciones y discutir cómo organizar la resistencia contra un modelo de miseria planificada que quieren que naturalicemos.
UNIVERSIDADES ANTE EL AJUSTE
El pasado 26 de junio se realizó una marcha de antorchas que caminó en la Ciudad de Buenos Aires hasta el Palacio Pizzurno, donde supo existir la sede del ministerio de Educación. Con este gobierno es una secretaría dentro de Capital Humano. Ese día se realizaron movilizaciones en diferentes casas de altos estudios del país.
La coyuntura es que no hay mesa de negociación salarial y el ajuste se profundiza ¿Cómo visibilizar la situación crítica? Es una pregunta que aparece en el frente de sindicatos universitarios. Los no-docentes no marcharon esta vez, pero todos hablan de un segundo semestre complicado. Incluso algunos rectores afirman que en las condiciones actuales no pueden iniciar las clases. ¿Habrá una gran tercera marcha universitaria?
Para esta edición entrevistamos a Clara Chevalier, que enseña “Historia del movimiento obrero” en la Universidad Arturo Jauretche y conduce el sindicato docente de esa institución (ADEIUNAJ).
¿Cuál es la situación social de los/las estudiantes en la Universidad Jauretche?
Nuestra Universidad en su origen ha tenido una importante matrícula de estudiantes primera generación universitaria. Hoy tenemos un estudiantado más heterogéneo. Pero lo cierto es que la mayoría de nuestros estudiantes trabajan y en general en trabajos informales. Además, en muchos casos tienen hijos e hijas. Y en ese sentido es un estudiantado al que le golpea fuerte la situación económica que estamos atravesando. Tanto por el lado de la dificultad para cubrir lo necesario a lo largo del mes (se ve cerca de fin de mes como se incrementan las faltas a la clases), por el lado de la falta de becas y del congelamiento de los montos de las mismas.
¿Qué instancias de contención se desarrollan en este contexto de crisis social, para que no abandonen las carreras?
Justamente en estos momentos en que más se necesita instancias de contención es cuando menos recursos tiene la Universidad para desplegarlos. Hay programas de tutorías, de tutores pares, becas que la propia institución provee, becas en el copiado que organizan los centros de estudiantes. Pero, por ejemplo, la Universidad tiene un proyecto de guardería aprobado con financiamiento externo también aprobado que no se pudo ejecutar porque el gobierno de Milei no puso al funcionario que tiene que firmar para ejecutar eso que ya está aprobado. Así que, nos quedamos sin esa herramienta que es fundamental por las características de nuestro estudiantado y que sería muy importante también para los docentes.
¿Qué debates atraviesan a la docencia en esta coyuntura, además de la problemática salarial?
Por un lado, hay un debate muy grande en torno a los entornos virtuales y la enseñanza aprendizaje. Desde la pandemia se vienen dando cambios acelerados en nuestra forma de trabajo y en la forma en que las universidades ofrecen distintas trayectorias formativas. Hay un debate muy acalorado sobre si ser optimistas respecto a las posibilidades que abren estas herramientas o si encontramos que afectan la calidad de la enseñanza. Otro de los debates que nos tienen bastante tensos por estos por estos días es en torno al estudiantado frente a esta situación tan crítica de nuestro sistema universitario. No son pocas las veces que esas discusiones tienen que ver con que no queremos descuidar el aula, que queremos llegar a dar los programas de nuestras materias, que consideramos que el aula también es un espacio de lucha y de construcción política y, al mismo tiempo, en los últimos meses apareció fuertemente un malestar respecto de la falta de reacción que muchas docentes ven en el estudiantado. Frente a una situación que es límite que está llevando a la renuncia de ya de 10.000 docentes, empieza a aparecer este debate sobre cómo los docentes piensan al estudiantado, porque está el recuerdo presente para muchos de cómo fue la resistencia en los 90 motorizada por el movimiento estudiantil.
¿Cómo crees que debe avanzar la pelea de las Universidades contra el ajuste?
Señalaría dos líneas. Una que tiene que ver con el protagonismo a la voz de los trabajadores de las trabajadoras. Se habló mucho de que las universidades no podían pagar la luz no podían pagar el gas como si las universidades fueran un edificio. Y lo cierto es que la columna vertebral del presupuesto universitario somos sus trabajadores, sin personas enseñando, investigando, haciendo extensión, los edificios no son universidades. Por otro lado, creo a esta altura que está claro que el gobierno de Milei ha elegido, como uno de sus tantos enemigos, tanto al sistema universitario como al científico. También está claro que el gobierno de Milei quiere volver 100 años atrás cuando había tres Universidades y 10.000 estudiantes universitarios. Nosotros hoy tenemos 75 universidades desplegadas a lo ancho y largo del territorio nacional con una diversidad de carreras y una cantidad de estudiantes provenientes de distintas clases sociales que no tienen asidero en un proyecto de país que no se plantee la soberanía, el desarrollo la industria como ejes. Con la certeza que, si lo permitimos, este gobierno no dudará en poner a nuestras Universidades sobre la mesa de negociación con el FMI.
YAPA NACIONALISMO Y HUMANISMO
En esta columna y en Radio Gráfica en general sostenemos que nuestro oficio periodístico nunca es neutral y se define por “el lugar del mirador”.
“Desde el pueblo y desde el sur”… desde allí pensamos y buscamos contar los sucesos en desarrollo… Ahora bien, en una época de profunda crisis civilizatoria como la que vive Occidente, vale la pena reponer otro tramo del libro citado de Juan José Hernández Arregui:
“El nacionalismo de los pueblos coloniales sabe que la celebración de la humanidad sólo se alcanzará con la destitución del nacionalismo de las metrópolis, para las cuales, el universo no es la humanidad, sino su universal opresión sobre la humanidad”.
Esa es la pelea en curso, tanto en nuestro país como a nivel global. La importancia de la política internacional radica, entonces, en dar cuenta que las tareas de la militancia jamás se reducen a un territorio. Somos parte de una gran nación latinoamericana que fue partida por el Imperialismo. Liberar a la Argentina de los nudos coloniales, echar a los virreyes de las corporaciones que saquean nuestros bienes comunes, es un hecho de repercusiones hoy inimaginables. Es posible y el peronismo tiene la historia para que desde sus filas surja un liderazgo que convoque a tal gesta.
Por eso, Nacionalismo y Humanismo son conceptos que se unen ante el guerrerismo de las potencias y el feroz saqueo de las corporaciones.
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