Fuertes debates al interior de la República Islámica. Estados Unidos, Rusia y China en derredor del Acuerdo Nuclear. Ejercicios conjuntos y pronunciamientos vigorosos. Semiconductores. ASML descarta la orientación de Washington y se acerca a la República Popular. Irán y Países Bajos, dos naciones de baja difusión, que influyen en el futuro.
Por Gabriel Fernández *
Uno de los países más agitados del planeta en las semanas recientes, ha sido, sin embargo, de los menos citados por los espacios periodísticos abocados al panorama internacional. No porque su importancia sea escasa, sino debido a las complicaciones que conlleva el enfoque de sus vicisitudes. Los factores que detonaron la agitación corren paralelos; solo en algunas ocasiones concretan enlaces que los potencian. A ver.
ADIÓS AL LIBERAL. Dos semanas atrás, 182 miembros de la Asamblea Consultiva Islámica (conocida como Majlis) destituyeron al ministro de Economía y Asuntos Financieros Abdul-Nasser Hemmati, apenas seis meses después de asumir el cargo. Su destitución se debió a la caída del rial, la inflación y el aumento del coste de la vida. Más precisamente al rasgo “liberal” de su orientación.
Cuando Hemmati fue designado en septiembre de 2024 gracias a un voto de confianza del Majlis, el rial iraní se cotizaba a 500 mil por dólar estadounidense. En el momento de su caída, había alcanzado un mínimo histórico de 924.300; una fortísima devaluación del 53,44 por ciento. La inflación subió del 31,2% al 35,3%, y el índice de precios al consumidor pasó de 264,7 a 305,5, lo que impulsó a los bienes de uso un 4,1% más que seis meses atrás.
El lector observará la dimension del problema: como se ha indicado en estas páginas, el nuevo presidente, Masoud Pezeshkian, arribó luego de las presiones externas padecidas por la República Islámica, con la bandera de una aproximación a Occidente y, dentro de ese perfil, de una menor incidencia estatal en la vida económica persa. Vale entonces apuntar, con realce: ¡En Irán el Congreso participa de la discusión sobre el rumbo económico! Bien, pero resulta que el actual jefe de Estado fue escogido a través del voto en elecciones limpias. ¿Entonces?
El presidente iraní, y el estrecho campo pro occidental, se opusieron a la moción destituyente. Sus planteos justificaron las acciones de Hemmati argumentando que él no estaba a cargo de las políticas económicas o financieras y que sólo seguía órdenes. Pezeshkian precisó que Hemmati sólo implementó decisiones que habían sido tomadas y aprobadas por él, el jefe del poder judicial [Gholam Hossein Mohseni] Eje’i y el presidente del Parlamento (Mohammad-Bagher] Ghalibaf en el Consejo Supremo de Coordinación Económica”. En la sesión de juicio político, Hemmati se defendió afirmando que las políticas monetarias las elabora el Banco Central de Irán y el gobernador del CBI, Mohammad-Reza Farzin”, y que “el Ministerio de Economía no está a cargo del mercado de divisas”. Sus críticos replicaron que Farzin había mantenido la estabilidad del mercado antes de que Pezeshkian asumiera el cargo; por lo tanto, señalaron, las políticas de Hemmati desencadenaron la crisis.
El dilema salta a la vista. En el esquema de poder iraní, el líder espiritual Alí Jamenei, viene orientando la nación en sentido autonómico e industrial, con fuerte apuesta a los BRICS + y los vínculos euroasiáticos. La sintonía con el presidente anterior, Ebrahim Raisi, era ostensible y su muerte -en aquel borroso accidente de helicóptero- dejó un vacío. Los numerosos ataques atlantistas sobre Irán parecen haber trazado un surco sobre el humor del electorado, que optó por una versión política menos conflictiva para los estados que vienen hostigando a Irán. Y a sus aliados más cercanos, como se explica en este interesantísimo material de The Cradle.
En el período previo a la destitución, el presidente Pezeshkian y su aliado político, el presidente del Parlamento Ghalibaf, hicieron todo lo posible para evitar la moción. Pero el impulsor de la misma, el legislador Haji-Deligani, invirtió el razonamiento y con destreza aseveró que “Pezeshkian ahora puede impulsar la coordinación dentro de su equipo económico y elegir un ministro que esté más cerca de su propia ideología orientada a la justicia”.
La votación de 182 a 89 reveló que no sólo los partidarios de la línea dura sino también los independientes veían a Hemmati como un lastre. A partir de ahora será importante observar los pasos económicos de esta potencia de Asia Occidental, ya que como veremos, las definiciones internas tienen repercusión zonal y, en derivación, mundial.
FEDERACIÓN Y REPÚBLICA ISLÁMICA. El 17 de enero la Federación de Rusia y la República Islámica de Irán suscribieron un tratado estratégico destinado a fortalecer sus lazos económicos y militares. El acuerdo fue suscripto por los presidentes Vladimir Putin y el ya mencionado Masud Pezeshkian durante una ceremonia en el Kremlin. El jefe de Estado ruso destacó que la amalgama contiene “objetivos ambiciosos” y puso de relieve que los dos países están “unidos” para llevar su relación “a un nuevo nivel”.
El anuncio se realizó a pocos días de que el presidente electo de los Estados Unidos, el republicano Donald Trump, asumiera la presidencia. Vale recordar que en su primer mandato (2017-2021), el estentóreo retiró a Washington del acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015 con la comunidad internacional, e impuso severas sanciones como parte de su política de “máxima presión” contra Teherán. Rusia e Irán –cuyas economías intentan ser apremiadas por las sanciones– han trabajado por un acercamiento acelerado en los últimos años, en particular desde el tramo más reciente del litigio ucraniano, en febrero de 2022.
Según el presidente iraní, el nuevo acuerdo permitirá “dinamizar” los vínculos y fortalecerlos. Pezeshkian, añadió que el pacto aborda “la cooperación económica y comercial en los ámbitos de la energía, el medio ambiente y las cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad”. “Es un paso hacia la creación de un mundo más justo y equilibrado. Irán y Rusia, conscientes de su responsabilidad histórica, están construyendo un nuevo orden”, manifestó.
El 7 de marzo, el presidente norteamericano informó que se iniciaron conversaciones para arribar a un acuerdo nuclear con Irán. En Fox Business, dijo que envió una carta a los líderes de la República Islámica con la esperanza de iniciar un nuevo vínculo y llegar a coincidencias. “Espero que negocien, porque será mucho mejor para Irán”, reveló Trump. “Creo que querían recibir esa carta. La otra alternativa es que hagamos algo, porque no podemos permitir que se desarrolle otra arma nuclear” apuntó, sin especificar que implicaría “hacer algo”.
La carta fue dirigida al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y a otros dirigentes persas. “Hay dos formas de manejar a Irán: militarmente o haciendo un trato”, añadió el rubicundo, para luego sorprender con esta frase. “Preferiría hacer un trato, porque no busco dañar a Irán. Son gente maravillosa”. El líder espiritual iraní, sin embargo, mostró cautela: recordó que el responsable de la ruptura del acuerdo nuclear fue el propio Trump, durante su primera gestión. También, que su país dispuso el asesinato del jefe de la fuerza Quds, Qasem Soleimani.
ENERGÍA NUCLEAR. Apenas horas después, Irán envió una misión ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Advirtió que un desmantelamiento de su programa nuclear pacífico “nunca tendrá lugar”. Los delegados iraníes señalaron que podrían contemplar la concreción de debates para analizar la potencial militarización de las actividades nucleares, pero que rechazaban la posibilidad de cualquier conversación destinada a anular sus investigaciones con fines civiles.
En 2015, Irán junto con otras potencias mundiales firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto que sosegó su programa nuclear a cambio del alivio de las sanciones. Sin embargo, en el primer mandato de Trump, los Estados Unidos se retiraron del acuerdo en 2018 y retornaron las acciones punitivas; por lo tanto, Irán comenzó a incumplir sus compromisos. Los intentos para volver a encaminar el acuerdo fueron en vano ya que Teherán se ha negado, lógicamente, a realizar acuerdos bajo presión o sanciones.
En este conflicto, la figura de Ali Jamenei viene cobrando una relevancia crucial. El sábado pasado advirtió que el interés de ciertas potencias “acosadoras” en tener conversaciones con Irán tiene como objetivo imponer sus propias expectativas más que en resolver problemas. El ayatola advirtió que si Irán se niega a negociar, esos poderes van a montar un escándalo, acusando al país de “distanciarse y abandonar la mesa de negociaciones”. Mencionó a potencias como el Reino Unido, Francia y Alemania, que vienen agitando estandartes bélicos mientras imputan a la República Islámica de insuflar la brisa que los mueve. De acuerdo con Jamenei, luego de que los Estados Unidos se retiraran, Europa prometió compensaciones que nunca llegaron.
Aunque cueste seguir el tranco ondulante de la información, lector, la dificultad se despeja como un buen cambio de frente en campo rival, cuando se comprende estar ante un juego de fulleros. Occidente acusa a Irán -y hace constar ante Rusia y China– de hacer lo que hace el mismísimo Occidente. De tal modo, si la nación persa procede como indican medios y gobiernos al servicio de los intereses financieros, es culpable de planificar agresiones. Si no, también.
EJERCICIOS CONJUNTOS. Mientras este periodista redacta las Fuentes, las fuerzas navales de China, Irán y Rusia desarrollan un ejercicio en conjunto, anunciado públicamente por el Ministerio de Defensa Nacional del coloso asiático. Se lleva a cabo en zonas aledañas al puerto iraní de Chabahar. El ejercicio fue bautizado como Cinturón de Seguridad 2025; incluye simulacros de ataque a objetivos marítimos, control de daños, así como equipos de búsqueda y rescate con el objetivo de fortalecer la confianza militar e impulsar la cooperación entre las armadas de los tres países.
El Golfo de Omán es una puerta de entrada crucial que conecta el Océano Índico y el Estrecho de Ormuz, por donde pasa más de una cuarta parte del petróleo comercializado por vía marítima en el mundo. Los Estados Unidos mantienen una presencia significativa en la región a través de la Quinta Flota, con base en el cercano Bahréin. Esa presencia ha sido objetada de continuo por Irán y considerada una amenaza latente por parte de Rusia.
El Ministerio de Defensa de la Federación abrió el juego e informó que los ejercicios navales conjuntos involucran 15 buques de combate, buques de apoyo y cañoneras, así como helicópteros. “La parte rusa está representada por las corbetas Rezky y Russian Hero Aldar Tsydenzhapov, y el petrolero Pechenega de la Flota del Pacífico”, puntualizó el ministerio. En tanto, China desplegó el destructor de misiles guiados Tipo 052D Baotou y el buque de suministro Gaoyouhu de una fuerza de tarea de escolta naval cercana para participar en el ejercicio, afirmó el Ministerio de Defensa del Dragón en un comunicado. Irán envió una corbeta con misiles furtivos y buques patrulla, según los medios estatales persas.
La nación que lidera Xi Jingpin precisó que el objetivo de los ejercicios es “mejorar la confianza militar y fortalecer la cooperación práctica”, y que los mismos incluyen ataques simulados contra objetivos marítimos, operaciones de visita a bordo, búsqueda y captura y ejercicios de búsqueda y rescate.
Azerbaiyán, Sudáfrica, Omán, Kazajistán, Pakistán, Qatar, Irak, Emiratos Árabes Unidos y Sri Lanka asisten a los ejercicios en calidad de observadores. En efecto, los observan con detenimiento. Sin embargo, hay otro robusto protagonista que evalúa, circunspecto, los acontecimientos. Se trata de Turquía, cuyo canciller, Hakan Fidan, viene toreando a las autoridades islámicas: las acusa de generar “ansiedad” en la región. Ha dicho, recientemente, que si Teherán busca proteger su propia “casa de cristal” para que no se rompa, debería pensarlo dos veces antes de “arrojar piedras a otros”. El ministerio de Relaciones Exteriores iraní replicó que no se adentra en otras realidades, y mucho menos en la interioridad turca. Este narrador estima que el roce merece especial atención.
QUE QUEDE POR ESCRITO. China, Rusia e Irán difundieron una declaración conjunta el 14 de marzo con el objetivo de exigir el fin de las sanciones “ilegales” de los Estados Unidos contra la República Islámica tras la secuencia de encuentros en Pekín entre los tres países. Los firmantes enfatizaron la necesidad de “poner fin a todas las sanciones unilaterales ilegales”. Asimismo, reiteraron que el compromiso político y diplomático y el diálogo basado en el principio del respeto mutuo sigue siendo “la única opción viable y práctica a este respecto”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China reveló que Pekín acogerá la semana que arranca nuevas conversaciones de alto nivel sobre la cuestión nuclear con Rusia e Irán, coincidiendo con la creciente tensión entre Washington y Teherán por el programa de energía atómica iraní. Rusia también señaló estar dispuesta a facilitar las negociaciones entre Irán y Estados Unidos. El Oso no descuida a la patria de Komeini, pero se muestra sensibilizado por las gestiones con los norteamericanos sobre Ucrania.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó en febrero que Irán aumentó sus reservas de uranio de grado “casi” armamentístico en 92,5 kilogramos (203,9 libras) desde su informe anterior en noviembre. El miércoles pasado se celebró una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU). Tras el cónclave, el embajador adjunto del Reino Unido ante la ONU, James Kariuki, acusó a Irán de enriquecer uranio de forma drástica hasta alcanzar el nivel necesario para la fabricación de armas y afirmó que los países occidentales tomarán todas las medidas diplomáticas posibles para impedir que Irán adquiera un arma nuclear, incluida la reimposición de sanciones.
Teherán insiste en que su programa nuclear es completamente pacífico, de acuerdo con una fatwa religiosa contra las armas de destrucción masiva, así como con el hecho de que es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) (Fatwa se llama a una explicación jurídica no vinculante asentada en la Ley islámica). Sin embargo, es inocultable que enfrenta constantes amenazas de ataque por parte de Israel. Informes del mes pasado, citados por la inteligencia estadounidense, indicaron que Israel está considerando seriamente atacar instalaciones nucleares iraníes, lo cual podría ocurrir este año. Se estima que el país que conduce Benjamín Netanyahu posee no menos de un centenar de armas nucleares no declaradas.
Si se recorre la información ofrecida a lo largo de este capítulo de nuestras Fuentes Seguras, se podrá percibir la intensa discusión política interna en la República Islámica y ha de comprenderse que la misma tiene raíz y derivación local pero también influencia exterior. China y Rusia no solo visualizan la situación, sino que, a través de ejercicios militares y comunicados, definen un rol de amparo hacia la potencia regional integrante de los BRICS +. Los Estados Unidos necesitan reorientar su postura en Asia Occidental, pero solo pueden hacerlo lanzando improperios y amenazando con tempestades para no ser evaluados como parte del aplastamiento del centro occidental. Aunque el Reino Unido intenta recobrar un lugar trascendente en el frente mortuorio, las palabras de Trump se endurecen con el tiempo, pues dejan de ser advertencia y de presentarse cual broma, para pasar a ser descripción: “¿Podrían enfrentarse a Rusia ustedes solos? (risas)”. Al costado, sin batifondos, se despliega Asia Pacífico. Y mientras todo ocurre, se instalan líneas férreas y se establecen rutas marítimas, se articulan corredores, se fortalece la Franja comercial. Irán juega un rol decisivo y, como vimos, parece dispuesto a corregir desaciertos. Además, ha sufrido muchos ataques externos, pero ninguno de trazo estructural; por el contrario, el desgaste israelí es más profundo que los túneles de Gaza.
OTRA GRAN SORPRESA. Así como el año pasado la gran noticia -barrida bajo la alfombra- fue el acercamiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a los BRICS +, este nuevo período da cuenta de una novedad significativa: la empresa ASML tiene previsto construir un nuevo centro de reutilización y reparación en China. Así lo reveló la compañía en su Informe Anual, publicado la semana pasada. Allí enmarca la decisión en su estrategia para estimular su crecimiento.
ASML Holding N.V. (abreviado ASML, siglas de Advanced Semiconductor Materials Lithography) es una empresa neerlandesa dedicada a la fabricación de máquinas para la producción de circuitos integrados. Se trata del mayor proveedor del mundo de sistemas de fotolitografía para la industria de los semiconductores. A partir de 2023 es el único proveedor mundial de máquinas de fotolitografía ultravioleta extrema (EUV) necesarias para fabricar los chips más avanzados. A marzo de 2024, ASML era la empresa tecnológica europea más valorada, con una capitalización bursátil de unos 397.000 millones de dólares.
La sede corporativa de ASML se encuentra en Veldhoven (Países Bajos) y es el lugar de investigación, desarrollo, fabricación y montaje. ASML emplea a más de 42.000 personas de 143 nacionalidades y cuenta con una red de casi 5.000 proveedores de primer nivel. Posee una cartera de clientes que abarca todo el mundo y más de sesenta puntos de servicio en dieciséis países. Debido a su enorme adelanto en la tecnología de punta, los Estados Unidos le exige, desde hace varios años, que obstaculice la difusión de sus logros e impida el acceso de la República Popular China a los mismos. De hecho, la Administración de Joseph Biden endureció el tono en sus conversaciones con Países Bajos.
Esta decisión empresarial ¿hace caso omiso de los planteos norteamericanos debido a sus estrictas necesidades comerciales, o recibió un visto bueno al respecto por parte de la nueva gestión? Es preciso tomar en cuenta que el gigante asiático es clave para la firma, pues concentra más del 35% de sus ventas en 2024, sustituyendo a Taiwán como su mayor mercado. Así, China ya configura una pieza clave en el engranaje de ASML, y las restricciones a su contacto son objetivamente anti económicas. Los norteamericanos están conscientes del impacto de ASML en la industria de los chips, cuyas versiones avanzadas resultan esenciales para el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA).
Por lo pronto, al decir del Financial Times, “la firma parece haberse salido de la línea marcada por Washington, pues ha anunciado recientemente la construcción de una nueva planta en Pekín”. Esta decisión se produce después de que representantes estadounidenses, neerlandeses y japoneses se reunieran, el pasado mes de febrero, para discutir la restricción de los ingenieros de ASML y Tokyio Electron en las labores de mantenimiento en territorio chino. En apariencia, no hubo acuerdo; y además de observar la nueva orientación holandesa, no estaría demás asomarse para percibir los rumbos adoptados por los nipones. Pero esa es otra historia.
El tiempo no para, dice la canción. Pero enseguida, se equivoca: Yo veo al futuro repetir el pasado.
Es un lugar común atractivo pero inexacto.
A decir verdad: El tiempo no para. Y ya nada será igual.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pinturas. Claude Monet.
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