Por Alfredo Moreno*
El gobierno de Javier Milei, en el primer año de gestión, desarmó el Sistema de Ciencia y Tecnología, para un modelo de país que no lo necesita. Las decisiones presupuestarias y las políticas implementadas por el gobierno del ultraderechista están hundiendo al sector, un área clave para el desarrollo del país. Eso afecta no solo a los investigadores, profesores, profesionales, universidades y al CONICET, sino también a las posibilidades de construir un futuro competitivo y sostenible en un mundo cada vez más tecnologizado.
El análisis del Grupo de Estudios sobre Política Científica, en colaboración con el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Ciencia, Tecnología e Innovación, muestra que el impacto de estas políticas es devastador y evidencia cómo los recortes presupuestarios afectaron cada rincón del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).
La caída en términos reales del Crédito Vigente de la función de Ciencia y Tecnología es la mayor de la historia desde el retorno de la democracia, mostrando un deterioro semejante al del año 2002 (-30,5% real). Esto se contrapone con ello a períodos de crecimiento interanual continuado (1993-1995, 2003-2013 y 2021-2023) y marca el retorno a una tendencia declinante como la exhibida en el período 2016-2020.
Los salarios del sector continúan descendiendo como resultado de la decisión política del gobierno de utilizar los ingresos salariales de los trabajadores del sector público como ancla nominal de la economía y como factor de equilibrio en el frente fiscal. La evolución real de corto plazo de los sueldos muestra que, en un año de gestión, y suponiendo una inflación del 2,9% en noviembre, los sueldos de investigadores (CIC) y el personal de apoyo (CPA) del CONICET han caído un 30,0% en términos reales, los ingresos de los investigadores y docentes de las universidades en un 22,7% y las remuneraciones del personal del empleo público (SINEP) un 20,2% en términos reales, tomando como base los ingresos salariales de noviembre de 2023.
La línea de ejecución teórica debería rondar el 87,8% del total del crédito asignado. La ejecución de la FCyT continúa alejándose cada vez más de esa línea, situándose ahora a más de 6 puntos por debajo de la misma (81,6%), producto de una fuerte sub- ejecución.
(Imagen: Grupo de Estudios sobre Política Científica)
La reducción del presupuesto destinado a Ciencia y Tecnología es una catástrofe. El sector representa el 0,216% del PBI, un descenso del 30,5% respecto a 2023 y el nivel más bajo desde 1972.
La decisión política de Milei elimina la capacidad para hacer investigaciones, para innovar en tecnología. Esta decisión limita gravemente la posibilidad de formar nuevas generaciones de científicos y promueve la emigración de los ya formados en nuestro país. Este escenario afecta áreas clave como la salud, la educación y el desarrollo industrial. Migra un modelo de país con cierta autonomía de producción y servicios tecnológicos a un modelo de país consumidor de estos servicios. El vaciamiento de empresa exitosas públicas, como INVAP y ARSAT, son un claro ejemplo de esta migración política.
La función Educación y Cultura, mayormente compuesta por los programas y actividades de la Secretaría de Educación, y cuyo principal programa es el destinado a la inversión en Universidades Nacionales, cae un 41,2% en términos reales respecto de 2023. La caída de esta función se ubica con ello más de 20 puntos por debajo de los valores de 2007, lo que implica un retroceso que no tiene antecedentes en la historia presupuestaria argentina.
La ejecución acumulada en los primeros once meses del año continúa mostrando un continuo deterioro en la comparación interanual (Imagen: Grupo de Estudios sobre Política Científica)
En términos salariales, los trabajadores del sector científico-tecnológico sufrieron una caída del 30% en sus ingresos reales, mientras que las universidades nacionales vieron una reducción del 22,7% en los sueldos de su personal. Estos recortes no solo erosionaron el poder adquisitivo del plantel universitario, sino que también desincentivaron la carrera científica, fomentando el éxodo de talentos hacia otros países.
La inversión en proyectos y subsidios de investigación cayó un 61,2% en términos reales, desde diciembre de 2023, dejando a numerosos programas sin el financiamiento necesario para operar. Además, los programas destinados a federalizar el acceso a la ciencia, como “Construir y Equipar Ciencia”, ejecutaron solo el 0,002% de los créditos disponibles, lo que paralizó la expansión del desarrollo científico más allá de los grandes centros urbanos.
La ejecución presupuestaria de los programas educativos cayó, en promedio, 45,3% interanual. Se destacan paralizaciones, como en el Fondo Docente FONID y en Conectar Igualdad, y caídas abruptas como en Infraestructura y Equipamiento, Jardines de Infantes, Formación Tecnológica y Becas. (Imagen: Grupo de Estudios sobre Política Científica)
La educación pública superior, un orgullo de Argentina, también sufrió un duro golpe. El presupuesto ejecutado para las universidades nacionales cayó un 33,1% en términos reales.
La evolución real de corto plazo de los sueldos muestra que en un año de gestión, y suponiendo una inflación del 2,9% en noviembre, los sueldos CIC-CPA del CONICET han caído un 30,0% en términos reales.
Argentina y el futuro
El impacto en el futuro de la motosierra de Milei es letal. La ciencia y la tecnología no son solo una inversión necesaria para un país en desarrollo y soberano, sino la clave para la construcción de un futuro esperanzador para todos los argentinos. Los recortes y el abandono del sector debilitan las posibilidades del país de competir en un mundo cada vez más tecnologizado.
Sin innovación, Argentina se reduce en sectores como la educación, industria, la salud y el cuidado ambiental, perpetuando la dependencia económica y achicando las oportunidades para las generaciones de argentinos que puedan formarse y producir en el país.
En la semana de la Inteligencia Artificial que se desarrolló entre el 2 y 6 de diciembre, en el ex Ministerio de Ciencia y Técnica, actual Secretaría, se promovió un encuentro donde las grandes ausencias la marcaron Investigadores, Profesores y Empresarios argentinos en los paneles donde se debatieron las temáticas de esta disciplina. Por el contrario, los paneles contaron con la presencia de Martín Migoya CEO de Globant; Fernando López Iervasi presidente de Sudamérica Hispana de Microsoft; Roberto Nobile CEO de Telecom; Laura Alvarez Modernel Head for Public Sector Transformation Programs Latin America de Amazon Web Services; Marcelo Riva Machine Learning Manager de Mercado Libre; Pilar Manchón Portillo directora de Estrategia de Investigación en GoogleAI; y Paula Vargas Director, Privacy Policy & Engagement de LATAM META, entre otros.
En la apertura el presidente Javier Milei, expresó: “No por nada, pero – como decía – si hay algo que abunda en Argentina son las almas grandes. No por nada tenemos el mejor recurso humano del planeta, ese que saca agua de las piedras y sobrevivió, a cien años de aberraciones fiscales. El mismo que tiene la mayor cantidad de unicornios per cápita – en toda Latinoamérica -, a pesar de haber tenido la menor inversión producto de décadas de colectivismo. Y no es lo único que abunda, en Argentina, también abundan las tierras inhóspitas a baja temperatura – en toda nuestra Patagonia -, lo cual es una ventaja comparativa para montar servidores de inteligencia artificial. ¿Y saben qué otra cosa necesita los servidores? Energía, mucha, otra cosa que abunda en nuestra Patagonia”.
La producción de resultados de la Inteligencia Artificial (IA) depende de la energía eléctrica. Esta tecnología necesita de una arquitectura de supercomputación que necesita ser enfriada constantemente para satisfacer las demandas de los usuarios. A saber, la industria de la producción de electricidad y calor ha propiciado un aumento significativo del 46% en las emisiones globales. La IA será el motor principal de la duplicación prevista de la demanda mundial de electricidad y gran aumento en el consumo de agua para los centros de datos en el período 2026.
Los centros de datos ya consumen más electricidad que países enteros. El uso de la IA Generativa intensificará enormemente el uso de energía.
Cuando van construyendo poder son anónimos, pero cuando pasan al plano de la disputa política, se hacen públicos porque necesitan la adhesión de la gente y hoy los rostros y los nombres de los grandes magnates tecnológicos son más conocidos que los líderes políticos. Han conseguido una tremenda dependencia de parte nuestra, que se potenciaron con la pandemia.
Hoy es casi imposible vivir sin plataformas y redes sociales. Puede existir la Inteligencia Artificial, la nanotecnología, pero el latido del corazón humano es siempre el mismo y la necesidad de apoyar la cabeza en el hombro de alguien, alguna vez en la vida, no le puede faltar a ningún ser humano.
Por eso la política tiene que recuperar esta dimensión para, desde ahí, empezar a construir un camino esencialmente distinto.
(*) Computador Científico, Ingeniero en Tecnologías de la Información y Comunicación en la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales ARSAT. Profesor en la Universidad Nacional de Moreno.
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