Por Lucas Molinari
Según el diccionario de la Real Academia contubernio es una “alianza o liga vituperable que causa deshonra”. Fue el título del libro que publicó 1931 el obrero gráfico y militante socialista Joaquín Coca (*) en el que denuncia cómo se forjó la alianza del bloque socialista con los conservadores y anti personalistas, para desgastar y golpear al gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Es un término que puede graficar la aprobación de la ley Bases en la Cámara de Diputados.
La entrega nacional está en marcha pero se contrapone, a pesar de las dificultades y especulaciones, una Defensa Nacional.
Ningún análisis político de coyuntura puede desconocer la capacidad de movilización popular. En estos cinco meses que lleva Milei en el gobierno, se gestaron múltiples convocatorias.
En diciembre, Plaza Tribunales con los movimientos social y sindical. En enero, el paro con concentración en el Congreso. El 8 y 24 de marzo… para llegar a la multitudinaria defensa de la educación pública del 23 de abril.
Vale detenerse en ese día. La Gráfica estuvo en la calle y pudo conversar con muchos estudiantes que marchaban por primera vez. La posibilidad del arancelamiento o del cierre de las casas de altos estudios, pegó fuerte en los sectores medios.
“Yo voté a Milei y espero que escuche el reclamo”, comentó un estudiante de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
En varios momentos de la movilización se cantó “el que no salta, votó a Milei”… Si bien parecía unánime la consigna, era evidente que muchos votantes del oficialismo estaban ahí.
El docente e historiador Ezequiel Adamovsky analizó aspectos de la convocatoria:
“La cuestión del individualismo, el influjo que ha tenido esta ideología más de centrarse en el interés personal privado y desentenderse completamente del otro ha calado más profundo que los sectores medios, está muy presente también en los sectores bajos, de modo tal que es un problema realmente serio. Por supuesto, que toda movilización es una apelación a lo colectivo, sería un poco lo contrario de ese influjo individualista en el que estamos metidos ahora. Si ven cómo se ha planteado el reclamo, estuvo muy centrado en las redes sociales, en personas contando su experiencia individual, yo soy hijo de.. o yo pude ir o yo voy a la Universidad”.
Luego vino el 1º de mayo con una expresión importante del movimiento sindical. Un músculo que está siendo debilitado, pero pese a todo sigue mostrando vitalidad.
Según el titular de Sipreba (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), Agustín Lecchi, hay que valorar la unidad que mantiene la CGT porque explica que no haya habido ruptura del bloque de Unión por la Patria en Diputados. Que además está llevando adelante un Plan de Lucha.
Este análisis surge en respuesta a las corrientes troskistas y liberales de izquierda que insisten con una campaña “anti-CGT” que, aunque sea minoritaria, se complementa con el tradicional ataque de los medios corporativos.
El 9 de mayo tendremos el primer paro de 24 horas. Será fundamental que sea contundente, que los gremios del transporte frenen totalmente la actividad, tanto en las ciudades como en los puertos. Porque el próximo paso será movilizar al Senado cuando se trate la ley.
¿Hay dirigentes sindicales colaboracionistas? Claro, siempre los hubo. Pero están todos empujados a continuar el conflicto porque este Experimento eliminó la mesa de negociación. Con la excepción que quitó de la Reforma Laboral el desfinanciamiento de las estructuras sindicales (retención de cuotas solidarias para no afiliados). Sin embargo, con este modelo el sindicalismo se achicará y muchos gremios desaparecerán.
La peleas reivindicativas están surgiendo de manera fragmentada, el interrogante es cómo unificar lo político (con una dirigencia profesional que a veces da muestras de profundizar la derrota) y reponer el debate sobre proyecto de país.
En la base de esa discusión siempre está Malvinas…
Esta semana se realizó un homenaje a los 323 caídos del ARA General Belgrano. Allí, el combatiente y co-fundador del primer centro de veteranos en 1982, Miguel Ángel Trinidad, dio un discurso en que expresó la indignación por este presente:
“No importa si sos peronista, antiperonista, si sos de derecha, de izquierda, la dignidad está en las Malvinas y si hay una grieta en la República Argentina, el puente se llama la Malvinidad. No me importa cómo pienses hermano, judío, católico, protestante… La Patria te tiene que doler. Esto nos duele, que haya un presidente que admira a Margaret Thatcher”.
Es que andamos en el laberinto que generó la derrota…
“Te diría que hay dos bandos en la militancia, quienes están diseñando la disputa electoral del 2025 y quienes buscamos organizar la Resistencia”, comentó una referenta esta semana que agregó: “Esto ya nos pasó en el macrismo”.
¿Pasará la ley en el Senado? ¿el sistema político le pondrá un freno a este Plan de saqueo? La respuesta que surge es: poca expectativa en el Palacio, mucha esperanza en que se pueda presionar en la Calle. Porque las corporaciones que conducen el gobierno están analizando de manera cotidiana la gobernabilidad.
Ahora bien, vayamos al debate ideológico que es clave para pensar nuestro futuro. Porque en la sesión de Diputados en el bloque de Unión por la Patria se sigue repitiendo el repertorio desarrollista.
Un referente sin dudas de esa postura es el ex ministro de Producción Matías Kulfas que hizo una publicación en Twitter hablando del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), que hemos explicado en la edición anterior. Junto a la Reforma Laboral, es el capítulo que más le interesa a los grupos económicos, ya que significa un avance en la planificación del robo de nuestros bienes comunes.
Kulfas escribió: “Estoy de acuerdo en que el país necesita un régimen de incentivo a las grandes inversiones. La inestabilidad macroeconómica que venimos padeciendo desde hace varios años, el débil crecimiento de la última década en la que el PIB per cápita cayó un 7% y la necesidad obvia de aumentar la inversión, justifican la implementación de un régimen especial”.
Luego el exministro criticó: “El RIGI está fundamentalmente orientado a la inversión en actividades primarias” y continúa: “admite la posibilidad de importar sin ningún tipo de arancel cualquier bien de capital, repuesto y otros insumos sin aclarar que éstos deban ser nuevos o usados, con lo cual incluso se da la posibilidad de que operadores internacionales ingresen maquinaria ya utilizada generando una competencia desleal con instrumental obsoleto, es decir, donde no hay transferencia de la mejor tecnología internacional, que es uno de los objetivos que debe perseguir cualquier régimen de incentivos a las grandes inversiones. ¿El objetivo es entonces promover la inversión o generar negocios a empresas comercializadoras de bienes importados libres de aranceles?”
Como vemos, el desarrollista pide moderación en el saqueo, no discute los fundamentos de nuestra dependencia.
De allí, que la pregunta de fondo que urge empezar a discutir en términos programáticos mientras se planifica la Resistencia es: ¿Cuál sería el DNU, la Ley Bases de un Gobierno Popular?
Carlos Avondoglio del Centro de Estudios para el Movimiento Obrero nos aporta para esta edición una valiosa crítica al desarrollismo:
“A la sombra del eclipse kirchnerista, viene ganando fuerza una corriente de opinión cuyo rasgo dominante es que el peronismo debe entablar una relación madura con el gran empresariado —local o extranjero— que actúa en nuestro país. Aun cuando parten de diferentes campos de análisis (política, sociedad, economía), todas estas miradas parecieran llegar a un mismo lugar: la Argentina no tiene enemigos, la Argentina es su propia enemiga, fruto de su incapacidad para brindar los “estímulos adecuados” que permitan atraer al capital y para construir un “Estado inteligente” que oriente las inversiones en el sentido correcto. Esta actitud, que ha estado en la base del pensamiento desarrollista desde su origen, instala como adulto y realista un enfoque que, en rigor, contrabandea ingenuidad y resignación. Al buenismo con los pobres o a la preocupación excesiva por el ambiente que le imputan al progresismo (consignas que, ciertamente, necesitan ser revisadas), estas mentes rigurosas le oponen un buenismo de signo contrario, es decir, una valoración un tanto benevolente sobre una burguesía que, a la luz de los hechos, no parece estar a la altura de tamaña apuesta. Pero lo más llamativo no es el vigor que han cobrado estas voces, que desde luego tienen su lugar en el debate por el destino nacional. Lo extraño es que las mismas logren hacer de cuenta que la alternativa desarrollista no se estrelló, ayer nomás, contra la indiferencia y la avaricia del gran empresariado, su “sujeto histórico”. Así como no se puede ignorar el desgaste que la interna irresponsable del Frente de Todos produjo sobre gobierno, tampoco cabe sostener que la clave del fracaso residió allí y no en la imposibilidad de dirigir, aunque sea mínimamente, al puñado de grupos económicos que desarticuló la vida de los argentinos durante los últimos ocho años”.
“Es posible que, al toparse con los límites de la restricción externa, el kirchnerismo haya incurrido en el error de creer que podía domar las tensiones derivadas de sostener el despegue nacional con emisión, sin implementar mecanismos de captación de renta más profundos. Pero, en respuesta a esta inconsistencia, recupera centralidad otra que une —desde siempre— a liberales y desarrollistas: el diseño de “políticas de largo plazo” (“Moncloas”) que permitan la llegada de las famosas inversiones productivas. Ahora bien, ¿los capitales no tuvieron algo más que “seguridad jurídica” entre 1976 y 2001 y entre 2016 y 2019? ¿Ello derivó en otra cosa que no sea una bancarrota nacional sin precedentes? ¿Y la “seguridad jurídica” del pueblo que invierte su esfuerzo cotidiano en el país? ¿No será que en la base de ambas inconsistencias se halla el carácter semicolonial de la Argentina? Si esto es así, el anhelado “despegue” solo puede comenzar por la ruptura de ese orden. Y esto nos devuelve al principio: el pueblo argentino tiene enemigos. El kirchnerismo no se equivocó en enfrentarlos. En todo caso, equivocó los medios y las lógicas que debían guiar ese enfrentamiento”.
En el mismo sentido, aportando a la discusión de la etapa, vale realizar un apunte sobre dos tramos del discurso de Cristina Kirchner en Quilmes:
Dijo CFK hablándole a Milei:
“El problema que tiene es que es muy dogmático. Entonces él quiere acomodar la cabeza al sombrero. No, Presidente, cuando el sombrero calza bien no achique la cabeza, agrande el sombrero. Es por ahí. Es por ahí. Y si lo hace lo vamos a ayudar porque nadie quiere que le vaya mal. Porque si le va mal a usted, le va a mal a todos los argentinos“.
Aunque parezca repetitivo, vale la pena contradecir a la ex-presidenta: Si le va bien a Milei no sólo nos irá mal a las grandes mayorías sino que la disolución nacional será un hecho. ¿Podría evitar esas declaraciones o es el respeto de la gobernabilidad es un mandamiento de la democracia liberal?
Luego, se refirió al sistema energético que está en manos extranjeras. Quien repase el discurso completo verá que describe nuestra dependencia, pero no propone cómo romperla (que sería una autocrítica de su gobierno). No sólo no postula una salida, que muchos esperan al considerarla su conducción, sino que dice: “Ni privatistas ni estatistas“. Es decir, que insiste sobre ese desarrollismo que ya demostró sus límites y busca obturar el surgimiento del nacionalismo popular.
Volviendo sobre las noticias, a la rabiosa actualidad, el Gobierno fijó esta semana el aumento del salario mínimo en 6%, lo que lo lleva a $234.315 para el mes de mayo, un aumento de $13.263 y menor al que ofrecían las cámaras empresariales.
Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma, explicó lo mal que estamos: ”En comparación con noviembre de 2023 el SMVM perdió casi un 28% en términos reales. Contra diciembre de 2019 está un 37% abajo y contra diciembre de 2011 retrocedió un 58,5%. Si se hubiera actualizado por inflación desde 2011 hoy estaría en $ 564.230 por mes. Actualmente el SMVM se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 20 años. Apenas está por encima de 2002/2003 y se ubica un 10% debajo de los niveles de los años ‘90”.
El modelo en marcha tiene objetivos concretos, a pedido del Norte, como la destrucción de nuestro desarrollo nuclear. La titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Adriana Serquis, finalmente renunció a su puesto luego de realizar varias denuncias públicas contra el desguace del área de energía atómica. “Estamos preocupados. Todo el personal es calificado y elegido para cumplir funciones muy particulares. Empieza a haber mucho temor. Yo no estoy dispuesta a firmar ningún despido“, había planteado Serquis. La decisión de frenar la construcción del reactor CAREM-25 en la localidad bonaerense de Lima y del RA-10 en el Centro Nuclear de Ezeiza provocará una nueva “fuga de cerebros”.
En lo que también avanza el gobierno es en comprar pertrechos preparándose para una conflictividad que irá creciendo con la profundización del modelo de saqueo: El Ministerio de Seguridad encabezado por Patricia Bullrich realizó la compra de un nuevo armamento, destinado al personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Se trata de 1000 pistolas Byrna (de origen estadounidense), armas de aire comprimido que lanzan postas de goma cargadas con distintas sustancias como gas pimienta y tienen un alcance de 20 metros. En la comunicación oficial informaron sobre el acto realizado en la Plaza de Armas del Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria (ISSA): “Los grupos especiales de la PSA realizaron una serie de ejercicios para demostrar el uso del nuevo dispositivo. La primera situación fue en el interior de una aeronave, donde Agentes Federales Embarcados encubiertos mediante el uso del sistema Byrna neutralizaron a un pasajero disruptivo que discutía con la tripulación e intentaba entrar a la cabina (…) Por último, un grupo de manifestantes que cortaban la calle activan el protocolo anti-piquetes, oficiales de la GIA piden que cesen en su conducta y regresen a la vereda, ante la negativa utilizan el sistema Byrna logrando despejar la calzada”.
Cabe recordar que la PSA estuvo en las salvajes represiones durante el macrismo. Nuevamente Argentina dirige las armas contra su pueblo al mismo tiempo que entrega sus ríos a una fuerza extranjera.
El gobierno sabe que tiene que quebrar cualquier resistencia callejera. Un aprendizaje del 2017, cuando nuestro pueblo respondió a pedradas contra la Reforma Previsional.
El problema es que el Frente de Todos defraudó la esperanza que surgió de esa Resistencia, y ahora la crisis es tan profunda que hace a un futuro sobre todo incierto.
El analista y militante del Encuentro Patriótico, Rodolfo Treber, plantea: “La promulgación de la Ley de Bases podría dar el mensaje de gobernabilidad y acuerdo político que los grandes grupos económicos esperan para profundizar su plan de saqueo. Consumado esto, se podría dar un ingreso de dólares por mayor endeudamiento externo o inversiones extranjeras directas (que tiene el mismo fin dado que se fugan las riquezas generadas), que le de cierta estabilidad o paz de cementerio, a una economía argentina totalmente saturada de continuos sobresaltos”.
Y agrega que “uno de los fines de este proceso de desintegración nacional es el aniquilamiento de la moneda local y la imposición del dólar estadounidense en su reemplazo. La dolarización total, conllevaría nefastas consecuencias. La primera e inmediata sería la destrucción del poder adquisitivo dado que las divisas existentes, aunque ingresen 20 mil millones más, alcanzarían para un salario promedio que de ninguna manera superaría la línea de la pobreza, con lo cual el 90% de la población quedaría debajo de la misma. La segunda es que, en el corto plazo, todas las empresas nacionales comenzarían a competir mano a mano con la industria extranjera; por lo que se terminaría por destruir todo el entramado productivo nacional, ocasionando una desocupación masiva. Y, finalmente, anularía toda capacidad de respuesta de parte de los gobiernos de turno ya que la emisión, tasa de interés y condiciones políticas las impondrían los Estados Unidos. Esto es la anulación total de la soberanía nacional”.
Ahora bien, como explica el cuadro realizado por Horacio Rovelli, hasta ahora la liquidación de la cosecha viene siendo baja en relación a otros años. ¿Será que la promulgación de le Ley Bases va a destrabar este escollo?
Por lo pronto, la Defensa Nacional continúa. Este lunes 6 habrá asambleas en los gremios del transporte convocada por la CATT (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte).
El martes 7 los movimientos sociales van a estar nuevamente en la calle: Desde las 10 de la mañana habrá diferentes cortes en diferentes puntos del conurbano y posiblemente una columna se encamine a la Quinta de Olivos.
La protesta es contra la ley de bases, pero mientras los que están registrados discuten la reforma laboral y el impuesto a las ganancias, quienes están por fuera y organizados reclaman por la continuidad el monotributo social, los alimentos para los comedores y contra el ajuste en el Potenciar Trabajo.
Sobre el Potenciar Trabajo que cobran 1.200.000 compatriotas el recorte en estos días fue feroz. Este gobierno primero enero desacopló el programa de los aumentos del Salario Mínimo (incumpliendo la ley de emergencia social de 2016) y ahora dio de baja todos los “Nexos”. Se trataba de un cobro doble para quienes (cerca de 200 mil) tienen mayor responsabilidad, tareas en la producción cooperativa, desarrollo de tareas sociales, entre otros espacios. Un ataque frontal a la organización del sector.
La semana ya va a arrancar con una conferencia de prensa del Frente Sindical Aeronáutico que anticipó la postura de movilizar cuando la Ley Bases se trate en el Senado: “No sólo por la Reforma Laboral” plantean en el comunicado, “Ley Bases habilita la privatización de Intercargo y Aerolíneas Argentinas. Cabe recordar que nuestra compañía aérea estuvo en dos oportunidades en manos privadas y en ambas terminó al borde de la quiebra. La evidente recuperación de Aerolíneas Argentinas es consecuencia de la tarea cotidiana de sus trabajadores y tiene en las áreas de Cargas como en la de Mantenimiento (realizando trabajos técnicos para terceros), las claves para aumentar aún más sus ingresos. El futuro de la compañía es la expansión, no el achique”.
Edgardo Llano explicó en Gráfica el plan para quebrar Aerolíneas Argentinas y que LATAM y American Airlines puedan quedarse con la infraestructura. Lo mismo con Intercargo, otra de las empresas en el listado de las privatizaciones que aprobó Diputados.
Se vienen jornada de movilización y posiblemente represión. La Gráfica estará en la calle para contarlo, como siempre, desde el pueblo y desde el sur.
(*) Joaquín Coca. Nació en Barcelona en 1882, en Europa trabajó como zapatero y vino a la Argentina en 1914 antes del estallido de la Gran Guerra. Aquí fue obrero y militante gráfico, escribió en el diario socialista La Vanguardia y desarrolló una carrera política. En 1924 asumió como diputado nacional y volvió al recinto en 1934. En 1944 se sumaría a la naciente Revolución Justicialista, como tantos otros dirigentes que dejaron las filas de los partidos comunista y socialista. En el 55 con la Fusiladora fue encarcelado y después de ser liberado se exilió en Brasil donde murió en 1962 a los 79 años.
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