El intento de incendiar Asia Occidental. La inteligencia y la paciencia multipolar. El planteo de Hezbollah. Yemen. OPEP + Y BRICS +. China en Irak. La irrupción del ISIS. Europa. El abismo.
Por Gabriel Fernández *
PROVOCACIÓN Y PACIENCIA. La presión del espacio liderado por el capital financiero para conseguir una guerra ampliada en Asia Occidental se intensifica. Tras comprobar que los recientes impulsos bélicos le proporcionaron tiempo, traducido en la ralentización del proceso de acumulación de poder multipolar, el atlantismo ha resuelto ratificar la concepción guerrerista relanzada durante el Concepto de Madrid. Es ostensible que la victoria no lo acompaña en las contiendas directas, pero como exprimir a los Estados en beneficio de las corporaciones armamentísticas (financieras) se evidencia posible y sin más borde que la miseria de sociedades hasta hace poco opulentas, he ahí el camino dispuesto.
En ese marco es preciso insertar las provocaciones sobre uno de los grandes jugadores de la región: la República Islámica de Irán. Pocos días atrás, dos explosiones asesinaron más de un centenar de personas durante una ceremonia dedicada a recordar al jefe de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani. Se cumplían cuatro años del crimen cometido por los Estados Unidos en territorio iraquí. Testigos directos denunciaron dos estallidos con 10 minutos de diferencia en la ciudad de Kerman, en el centro sur del país. Otros informes registraron cuatro explosiones progresivas, lo que sugiere que se trató de un ataque ordenado y sofisticado. Según Irna News, el primer artefacto explosivo detonó a 700 metros del lugar de la sepultura de Soleimani, y el segundo fue a un kilómetro de distancia.
Irán está extremando su paciencia. Kianush Jahanpur, del Ministerio de Salud, escribió en las redes sociales: “La respuesta a este crimen sólo debería estar en Tel Aviv y Haifa”. Se esperaba un pronunciamiento desde el alto funcionariado, pero el gobierno persa sabe que una definición que implique generar un clima flamígero, será rápidamente aceptada por Occidente. Luego, el conductor de Hezbollah, Hassan Nasrralah, levantó la intensidad; sucede que su organización, radicada en el Líbano, ya está en conflicto con Israel a raíz de los ataques generados por el estado ocupante sobre Palestina. Ya veremos cuál fue su planteo.
Irán había informado recientemente la erradicación de un grupo respaldado por el Mossad. El 25 de diciembre, un ataque aéreo israelí en Siria, mató a un alto comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, lo que llevó a Teherán a advertir que Israel “sin duda pagará” por sus acciones. Los medios estatales iraníes identificaron al comandante como Razi Mousavi, un importante integrante de la Fuerza Quds. El general “fue asesinado durante un ataque del régimen sionista en el distrito de Sayida Zeinab en los suburbios de Damasco”, informó la agencia de noticias oficial.
Lo cierto es que mientras el ejército israelí centra sus operaciones en el sur de la Franja de Gaza, también incrementa la intensidad de las acciones a lo largo de la frontera. Con prudencia y sin exigirse a fondo, Hezbollah aumentó sus ataques contra los soldados de ocupación, tanto en sus lugares visibles como dentro de los asentamientos del norte de Palestina. En el último mes, este movimiento libanés ligado a la República Islámica ha empleado nuevos misiles, que poseen mayor alcance y mejor capacidad destructiva que los disparados previamente.
INTELIGENCIA Y EQUILIBRIO. Con la expresa intención de involucrar al Líbano en el conflicto, y con el velado objetivo estratégico de forzar alguna réplica iraní, en línea con lo planteado al comienzo de este texto, Tel Aviv alzó la potencia de fuego en la zona. Al aumentar sus ataques, busca infligir el mayor número posible de pérdidas entre las filas de los combatientes de la resistencia, y atemorizar a los residentes del sur del Líbano, desplazándolos y destruyendo sus hogares. Así, se intenta obligar a Hezbollah, al Estado libanés y a la República Islámica, a defender su base de sustentación popular.
Como las autoridades israelíes tienden a declamar guerrerismo para aunar a la opinión pública local en derredor del premier Benjamín Netanyahu, funcionarios de Defensa admitieron haber elaborado un objetivo a más largo plazo: El gobierno de Tel Aviv, pretende que Hezbollah se retire del sur del río Litani, para garantizar la persistencia y expansión de los colonos israelíes en el norte de Palestina. La dictadura de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre la Unión Europea (UE) ya consiguió que, tres días atrás, llovieran mensajes de gobiernos del Viejo Continente sobre Beirut para exigir ‘la implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU’, es decir, la retirada de Hezbollah del sur del río Litani.
La situación exige un equilibrio en verdad apreciable. La fuerza de Nasrrallah necesita evitar, en tanto brazo armado multipolar en Medio Oriente, una conflagración abierta; pero al mismo tiempo comprende la importancia de proteger al pueblo libanés y, parcialmente, al palestino. Como hemos visto oportunamente en estas Fuentes, la popularidad de esta organización político militar se asienta en la combinación de firmeza militar con sensibilidad social. Los analistas de The Cradle son claros: “A pesar de su deseo de no ampliar la guerra, Hezbollah ya ha comenzado a prepararse para ella. La declaración del partido Hezbollah, emitida después del asesinato de Al-Arouri, así lo indica, y las medidas y acontecimientos sobre el terreno comenzarán a aparecer con el tiempo”.
De ahí que este periodista apunte el estoicismo persa -si cabe la palabra-, ya que una tras otra, las acciones israelíes son mojaduras de oreja significativas. Pero ¿qué dijo el referente más valorado en el barrio?
HEZBOLLAH. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, pronunció un discurso muy interesante el 3 de enero. Enfatizó el compromiso de su organización político militar de proteger al Líbano de la agresión israelí y la voluntad y capacidad de librar una guerra “sin límites” contra Israel si fuera necesario. El mensaje se emitió un día después del asesinato por parte de Israel de un alto líder de Hamas en Beirut y el día en que esa nación llevó a cabo el ataque terrorista en Kerman.
Nasrallah explicó que Israel no tiene credibilidad ética ni legal en el mundo debido a sus acciones en Gaza. Israel ahora es conocido como “un asesino de mujeres y niños, que desposee, mata de hambre y aterroriza a los civiles”. Se le conoce como la entidad que lleva a cabo el “mayor genocidio de nuestro tiempo”. El jefe islámico Señaló que la fuerza de Israel depende de su “capacidad de aterrorizar”. Pero esta capacidad comenzó a debilitarse cuando Hezbollah expulsó a las fuerzas israelíes del sur del Líbano en 2000 y se debilitó aún más después de que infligiera la derrota a Israel durante la Guerra de julio de 2006.
Israel es ahora más débil, afirmó Nasrallah. Lo fundamentó: Hamás no tuvo miedo cuando lanzó la operación Inundación de Al-Aqsa el 7 de octubre, y Hezbollah no tuvo miedo cuando abrió el frente contra Israel en el sur del Líbano el 8 de octubre. El dirigente islámico enfatizó que ambos grupos de resistencia están hoy más dispuestos que nunca a enfrentar a Israel. Y apuntó que Yemen no tiene miedo de Israel. Yemen no pensó en represalias cuando lanzó ataques contra puertos o barcos israelíes en apoyo a Gaza. Yemen tampoco tiene miedo a las represalias de los Estados Unidos, puntualizó.
Después de la guerra de 2006, Israel declaró que la próxima contienda sería corta, rápida y victoriosa, enfatizó Nasrallah. Pero ahora, luego de tres meses de operaciones militares en Gaza, nada ha sido rápido, ningún logro ha sido claro y nadie ha salido victorioso. Nadie en Israel canta “victoria en Gaza” aseguró. Sólo pueden cantar victoria mediante “asesinatos cobardes”. Luego, lanzó a fondo: “Quien piense en la guerra con nosotros, en una palabra, se arrepentirá”. Y definió preceptos: “Palestina desde el río hasta el mar pertenece sólo al pueblo palestino”, afirmó. Enseguida añadió que “lo que ha sucedido en Gaza fue una prueba de que las instituciones internacionales, la comunidad internacional y el derecho internacional no pueden defender a nadie”.
“Si el enemigo piensa en librar una guerra contra Líbano, entonces nuestra lucha será sin límites, sin reglas. […] No tenemos miedo a la guerra. Ya vinieron los estadounidenses, los franceses, los británicos. ¿Acaso nos hemos detenido, nos hemos retirado?”, se preguntó, retóricamente. “Los israelíes ahora tienen claro que se enfrentan a un pueblo que no olvidará su tierra, ni su historia, ni su presente, ni sus santidades”.
RECURSOS Y ACCIONES. Hay más elementos a considerar. Por un lado, vale comprender el volumen de la irrupción yemení. Las Fuerzas Armadas de Yemen dirigidas por Ansarallah anunciaron el 14 de noviembre su intención de atacar cualquier barco vinculado a Israel que atraviese el estratégico estrecho de Bab al-Mandab en el mar Rojo. Esta vía fluvial crucial sirve como puerta de entrada al Canal de Suez, a través del cual viajan aproximadamente el 10 por ciento del comercio mundial y 8,8 millones de barriles de petróleo cada día.
También, la fuerte batalla -con múltiples interesados-, por las zonas petroleras y gasíferas de la región. En sintonía económica, por el establecimiento de corredores que unifiquen a los protagonistas internos y alcancen a Europa, activando un vínculo que los Estados Unidos sueñan con restringir y controlar a un tiempo. Como si fuera poco, las preocupaciones norteñas ante los acuerdos de seguridad establecidos entre Rusia, Irán, Turquía; por supuesto, la consolidación de Siria como asociado a esas y otras naciones en el marco de la Liga Árabe.
Sigamos. El vínculo establecido entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP +) y los BRICS + sacudió los cimientos arenosos hasta lo más profundo. Si la amalgama resulta, y será difícil sobre todo debido a la siempre riesgosa presencia saudí, el acercamiento en sí mismo puede considerarse la gran derrota de la unipolaridad en este período. Seamos francos: buena parte del hostigamiento sobre Irak, por un lado, las playas de Gaza, por otro, y las interioridades pro occidentales de los árabes y los Emiratos, más la cola del diablo que implica Qatar, explican las movidas atlantistas.
Por otro lado, China. ¿De qué modo? El Ministerio de Asuntos Exteriores del coloso asiático explicó esta semana, a través de su vocero Wang Wenbin, que colabora en la reconstrucción de Irak, “China e Irak comparten relaciones amistosas. Como amigo sincero, China participa activamente en Irak y en la reconstrucción del país”. Agregó que la presencia china en Irak ha sido “bien recibida por el gobierno y el pueblo”. “Estamos dispuestos a trabajar con Irak para lograr mayores avances”. El comercio entre China e Irak alcanzó alrededor de 50 mil millones de dólares el año pasado. El Dragón es el mayor importador de petróleo iraquí.
Imposible hallar una muestra de poder más intensa. Tras la brutal invasión norteamericana que desestructuró Irak a partir de 2003, China dejó de lado cualquier represalia pese a haber sido el más perjudicado energética y comercialmente: ahora que ha aquilatado el vigor necesario, simplemente se propone reconstruir lo que Occidente destruyó. Semejante resolución de uno de los hechos más feroces de la historia, evidencia que los procesos internacionales merecen ser observados en panorama y tomando en cuenta que los tiempos poseen una lógica intrínseca que descarta los apurones y las reacciones impulsivas.
BRICS, EL OBJETIVO. Retomamos entonces, el horizonte. El ex embajador y analista MK Bhadrakumar, acaba de realizar un trazo de enorme hondura acerca del presente que aquí abordamos. A su entender, “La profunda implicación de Washington en la fase actual de la crisis de Asia Occidental puede convertirse en un atolladero, ya que también está enredada con la política interna de una manera que la guerra de Ucrania nunca lo ha estado. Pero claro, el resultado de la guerra de Ucrania ya es una conclusión inevitable, y Estados Unidos y sus aliados se han dado cuenta de que Rusia no puede ser derrotada militarmente; el final se reduce a un acuerdo para poner fin al conflicto en los términos de Rusia”.
El especialista, que el lector de las Fuentes conoce de ediciones anteriores, explica que “Sin duda, el resultado de la guerra de Ucrania y el desenlace del conflicto entre Israel y Palestina, que es la raíz de la crisis de Asia Occidental, tendrán un impacto profundo en el nuevo orden mundial, y los dos procesos se refuerzan mutuamente”. ¿Por qué? Pues “Rusia es plenamente consciente. Las impresionantes celebraciones de fin de año del presidente Vladimir Putin en vísperas del Año Nuevo hablan por sí solas: visitas de un día de duración a Abu Dabi y Ryad (observadas por un estupefacto presidente estadounidense, Joe Biden), seguidas de conversaciones con el presidente de Irán y con una conversación telefónica con el presidente egipcio”. Se ha dicho: la violencia produce astucia.
Cuál es el significado. “En aproximadamente 48 horas, Putin se puso en contacto con sus colegas emiratíes, sauditas, iraníes y egipcios, quienes ingresaron oficialmente a los portales de los BRICS el 1 de enero. La evolución de la intervención estadounidense en la crisis de Asia Occidental sólo puede entenderse desde una perspectiva geopolítica teniendo en cuenta la hostilidad visceral de Biden hacia Rusia. Los BRICS están en la mira de Washington. Estados Unidos comprende perfectamente bien que la presencia extragrande de naciones árabes y de Asia Occidental en los BRICS (cuatro de diez Estados miembros) es fundamental para el gran proyecto de Putin de reestructurar el orden mundial y enterrar el excepcionalismo y la hegemonía estadounidenses”.
El planteo de MK Bhadrakumar, se percibe, está en sintonía con la orientación de este artículo. No porque aquí se comparta toda la filosofía, sino porque es verdad. Vale acompañarlo un tramo más para aprehender la dimensión del problema que afronta el bloque anglosajón. “En el discurso pronunciado el 1 de enero, que marcó el inicio de la presidencia rusa de los BRICS, Putin declaró su compromiso de “mejorar el papel de los BRICS en el sistema monetario internacional, ampliando tanto la cooperación interbancaria como el uso de monedas nacionales en el comercio mutuo”.
“Si se utiliza una moneda BRICS en lugar del dólar, podría haber un impacto significativo en varios sectores financieros de la economía estadounidense, como los mercados de energía y materias primas, el comercio y la inversión internacionales, los mercados de capital, la tecnología y la tecnología financiera, los bienes de consumo y el comercio minorista, los viajes. y turismo”, delinea MK Bhadrakumar. “El sector bancario podría recibir el primer golpe que eventualmente podría extenderse a los mercados. Y si Washington no logra financiar su gigantesco déficit, los precios de todas las materias primas podrían dispararse o incluso alcanzar una hiperinflación que provocaría un colapso de la economía estadounidense”. El nombre del analista será indescifrable, pero la claridad de la exposición, indudable.
Vale recordar que aquí describimos la transmutación de tantos territorios productivos norteamericanos en paraísos fiscales.
CALIFATO O REPÚBLICA. El período es cada vez más apasionante. Apenas horas antes de la publicación de este material, una muchedumbre se congregó en el funeral de las víctimas de los atentados en Kermán. Hablaron el presidente iraní Ebrahim Raisi y el comandante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Hossein Salami. Ambos, sin dejar de responsabilizar a los Estados Unidos y a Israel, aceptaron que la autoría del crimen corresponde al Estado Islámico (ISIS). El jefe de Estado puso de relieve la preocupación occidental por el crecimiento y la fortaleza de la República Islámica y garantizó más énfasis para consolidar su presencia en la región como modo genuino de homenajear a los mártires.
Salami, por su parte, calificó al grupo terrorista como el resultado de la política norteamericana en el mundo islámico y señaló que el ISIS buscaba “trazar un nuevo mapa” para establecer un califato en la región, pero fue derrotado gracias a los sacrificios de Soleimani. Qué interesante. Añadió que ahora que “no hay rastro de ellos en el mapa político del mundo” y lo que queda de sus integrantes permanecen en clandestinidad, “solo pueden actuar como agentes y mercenarios de EE.UU. y el sionismo“.
¿Absorbe, lector, el parecer de este narrador? Las autoridades iraníes se cuidan como de pisar una baldosa floja en día de lluvia, de instituir lo que podría ser una declaración de guerra inter estatal plena a raíz de estas provocaciones. En tanto puedan, evitarán el ardor de Asia Occidental pues la paz les ayuda a crecer. No trepidan en utilizar, en modo boomerang, al ISIS como responsable directo, de denunciar la responsabilidad del poder unipolar como trasfondo y de recordar urbi et orbi que los ataques se dirigen a la afirmación multipolar, industrial, nuclear, económica, de Irán. Ni Raisi ni Salami son ningunos salames, para concluir en criollo, y no por ello resultan objetados internamente.
EL ABISMO. Finalmente, quien narra se asoma a un abismo. El Estado Islámico se asentó en la notoriedad lograda tras los ataques para informar que desplegará sus violentas actividades en Europa y los Estados Unidos. La cobertura general del anuncio no es otra que la de combatir judíos y ateos en venganza de los asesinatos causados por Israel en Palestina. Sin embargo, los estados afectados por su funcionamiento en Medio Oriente han denunciado con claridad que esa entidad fue articulada, pertrechada y diseminada en la zona por norteamericanos y británicos.
El ISIS es una organización que, cuando logra hacer pie en un territorio, instala un califato. Se trata de un modelo autoritario contrastante con el republicano escogido por los países democráticos –Irán, Irak, Siria, Turquía, entre tantos-. En sintonía, su accionar radica en el terrorismo, antagónico con la tarea político militar propia de asociaciones populares como Hezbollah. Que los medios occidentales equiparen uno y otro es parte del delito comunicacional que arrasa mentes en una parte del planeta.
Cabe entonces indagar: ¿este anuncio se debe al desplazamiento logrado en la zona gracias a la acción de fuerzas sirias, rusas, libanesas e iraníes o se trata de una presión del bloque anglosajón sobre naciones europeas disconformes con el drenaje de recursos exigido para las aventuras bélicas? El ISIS aterroriza el imaginario de los ya muy confundidos habitantes del Viejo Continente. Es probable que los John Bolton´s Boys estimen útil someterlos a una elección sencilla: respaldar, a costa de una grave recesión, las acciones atlantistas en Ucrania, Gaza y derivados o afrontar situaciones dramáticas en territorio propio.
¿Quién puede atisbar el fondo del abismo? La banda criminal, que se escuda en un islamismo no reconocido por chiítas pero tampoco por sunnitas, es heredera y en ocasiones socia de Al Qaeda y Daesh. Todos, espadas sin cabeza manipulados por el centro occidental para damnificar las construcciones multipolares de los pueblos emergentes.
Las naciones europeas pretenden mostrar, en la superficie, cierta conjunción a través de las monocordes exposiciones del secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg y de la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyden. Pero se sabe que, por abajo, los corcoveos y desacuerdos son numerosos. Ya son demasiados los miembros de la UE que, privados de combustible a precio razonable, de compradores externos potentes y, conminados a canalizar grandes sumas a las áreas de Defensa, vienen objetando la unidireccionalidad de la política de sus directivos globales.
Los Estados Unidos comprenden que no pueden invadir para disciplinar a Francia o a Alemania. A España o a Italia. Ganas tienen, claro, pero el escándalo sería mayúsculo. Entonces ¿por qué no recurrir a mercenarios que, lanzando un puñado de frases en árabe, sacudan las almas bellas de la civilizada Comunidad mediante estentóreas explosiones en ciudades densamente pobladas? Ya lo han hecho; pueden volver a hacerlo.
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- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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